«Yo no he escrito este libro. Lo he robado.»
Una rica coleccionista encarga a un hombre que encuaderne tres manuscritos con una condición: que no los lea. Pero cuando se entera de que ...
Ruud Delagrange llega a París un día de invierno en el que las calles están llenas de nieve gris.
Recién incorporade a Industrias d'Arsonval, la empresa más grande del país, se encuentra ...
Cuando la cazadora Feyre mata a un lobo en el bosque, una criatura bestial irrumpe en su casa para exigir una compensación. Así, es trasladada a una tierra mágica y engañosa de la ...
Pero, si un novelista serio no anuncia esta visión como su impulso central, o bien está plegándose a un público imaginario del pueblo llano, o bien, en la polémica del propósito moral, social o formal, ha olvidado qué lo inspiró de verdad. Todo el mundo repite el tópico de que la novela es una metáfora extendida, pero demasiados pocos, quizá insisten en que la metáfora lo es todo y que la extensión es solo el medio de expresarla.
Mi nombre es Sidaya, hija de Yrea, nacida en Isla Verde. Guerrera de las huestes de Riela, superviviente del horror de Uhda, huérfana de la cascada y protectora del velo.
Solo ...