Un mundo gobernado por la magia. Un expedicionario espacial perdido en un planeta lejano. Un relato a dos voces en el que fantasía y ciencia ficción se unen de forma magistral para crear una historia épica.
Lynesse Cuarta Hija es una princesa rebelde menospreciada por su madre. Ahora el reino se ve amenazado por un terrible demonio que está sembrando el pánico y el horror allá por donde pasa. Su madre, la Regente, no da crédito a sus advertencias, pero ella está decidida a derrotar al monstruo. Para ello invocará el antiguo pacto con el Ancestro Nyrgoth, el gran hechicero que habita en la torre de la cima de la montaña.
Pero Nyr no es un hechicero, y tiene prohibido ayudar a las gentes del lugar. Además, sus conocimientos científicos le dicen que no puede tratarse de un demonio... Sin embargo, todo esto se viene abajo cuando una princesa guerrera llama a su puerta para pedirle ayuda, convencida de que su magia puede salvar su mundo.
Hubiera dicho que era medio monstruo de no haber sabido que era algo más parecido a un medio dios. Era el último vástago de los ancestrales creadores que, según contaban las historias, habían colocado a las personas en el mundo y les habían enseñado cómo vivir.
Aunque nunca me ha interesado la religión, aparte de como tema de estudio en otros sujetos, en mis momentos más funestos de desesperación siempre encuentro a Dios y le pido ayuda, porque solo una fuerza exterior omnipotente podría levantar la roca que me oprime. Pero Dios se aleja con paso ligero hacia el inconsciente colectivo.
A la traicionera luz de la memoria, ella era gloriosa como el sol, aunque un sol al que mi memoria honra solo al comprender lo terriblemente oscuro que se ha hecho ahora que ya se ha ido.
Hay una bestia que me acecha desde hace siglos […]. Está siempre detrás de mí y a veces se envalentona y cierra los dientes sobre mi garganta. Me arrastra hacia abajo, y si no interpusiera un escudo para defenderme de ella, podría no volver a quitármela de encima. Quizá a ti o a alguien de tu pueblo os ocurre lo mismo, aunque tal vez nunca te han hablado de ellos. Tales bestias cazan en secreto, y sus presas son reticentes a hablar de ellas por miedo a mostrar debilidad.