¿Eran Aquiles y Patroclo amantes? Respuesta corta: sí

Aquiles, el gran héroe griego que se enfrentó, rabioso e iracundo contra Héctor ante las puertas de Troya, es una de las figuras más explotadas en el ámbito literario, cinematográfico y cultural. Al fin y al cabo, su fuerza y belleza prodigiosa, así como su proximidad con los dioses llevan siglos fascinando a cualquiera que se aproxime a su relato.

Sin embargo, Aquiles es un personaje tremendamente complejo cuyas decisiones vitales todavía son una fuente de estudio y controversia. Uno de los temas que más sale a debate cuando hablamos de Aquiles es su sexualidad. ¿Es cierto que Aquiles era mantenía una relación amorosa con Patroclo?

Hoy, en Momoko, reexaminamos la apasionada relación de Aquiles y Patroclo desde La Ilíada para demostrar que, efectivamente, ambos mantenían una relación. Te recomiendo, para la lectura de este artículo, reproducir de fondo Gang Of Youths - Achilles, Come Down.

Sobre la sexualidad griega y por qué no podemos usar el término gay para describir a Aquiles.

Como ya sabemos, Aquiles es un personaje ficticio que aparece en diferentes obras clásicas como La Ilíada y La odisea (Homero. S.VIII a.C.). Sin embargo, es importante contextualizar la sociedad y el tiempo en el que vivió antes de poder emplear terminología como “gay” al referirse a ellos.

La guerra de Troya, momento en el que Aquiles destaca especialmente, data de alrededor del 1194 y 1184 a.C., lo que quiere decir que las historias que se narran sobre ella se escribieron más de 500 años después de que ocurrieran. En esta época los griegos no tenían interiorizados conceptos como “hetero” u “homosexual” ya que su sexualidad era mucho más fluida. Esto quiere decir que a menudo en obras clásicas e históricas de la época podemos ver cómo la sociedad del momento aceptaba que un hombre se sintiera atraído no solamente por una mujer sino también por un hombre.

Los griegos comprendían, por supuesto, que uno puede tener una preferencia por uno u otro género. De hecho, en ‘El simposio’ de El banquete de Platón (385–370 a. C) ilustra precisamente a través del ser humano primitivo esta concepción sobre el amor. Estas preferencias, realmente, las asumen como apetencias temporales más que como una regla escrita sobre el fuego que determinen la identidad sexual de un individuo.

¿Y por qué todo esto es importante? Pues porque Aquiles, en ninguno de los casos podría ser llamado gay, ya que hay múltiples textos en los que se le muestra con un fuerte deseo sexual hacia las mujeres. Sin ir más lejos, en La Ilíada se muestra cómo Aquiles subyuga a Briseida, una mujer capturada, y la convierte en su esclava sexual. No solo eso, sino que Briseida era de tal valor para Aquiles que el castigo que le impone Agamenón cuando este se niega a luchar a su lado de entregársela se convierte en uno de los puntos centrales del poema.

Pero entonces ¿tenía o no Aquiles una relación amorosa con Patroclo?

El hecho de que Aquiles se sintiera atraído por Briseida no quiere decir que no tuviera una relación amorosa con Patroclo. La Ilíada nunca describe a los dos hombres como amantes ni se los ve besarse o mantener relaciones sexuales, pero esto no quiere decir realmente nada. Y os voy a explicar por qué, aunque no sea explícito, queda muy claro en el texto que ambos eran amantes.

Aquiles, el poderoso héroe y rabioso combatiente del campo de batalla, cuenta con un “amigo” cercano. O, al menos, muchas personas se han obsesionado con mostrar a Aquiles y a Patroclo como amigos cercanos o incluso primos (como en el caso de la infame película de Troya (Wolfgang Petersen. 2004). Sin embargo, cualquiera que haya examinado el texto se dará cuenta de que está implícita una relación sexual entre ambos.

Para empezar, Aquiles describe continuamente en La Ilíada a Patroclo como “πολὺ φίλτατος . . . ἑταῖρος,” lo cual significa “mi compañero más amado con diferencia”. No solo esto, sino que en el Canto 16 Aquiles llega a desear que todos los soldados griegos y troyanos mueran para que así puedan conquistar, los dos juntos, la famosa ciudad de Troya.

Ante la noticia de la muerte de Patroclo a manos de Héctor, Aquiles reacciona de forma violenta, lamentándose de tal forma que llega a decir que ha perdido la voluntad de vivir hasta que lo vengue.

Sus lamentaciones y obsesión por aferrarse a su cuerpo y no permitir que lo entierren es más propia de un amante con el corazón roto que de un amigo o un compañero. Asimismo, cuando por fin acepta realizar el ritual funerario, Aquiles introduce un mechón de su pelo en las manos de Patroclo antes de despedirse de él (Canto 23).

Hay muchos momentos similares en los que somos testigos de la relación tan especial que tienen Aquiles y Patroclo. Sin ir más lejos, al final de obra Patroclo vuelve en forma de fantasma para tener una conversación postrera con Aquiles.

¿Qué dicen los autores clásicos sobre ello?

Conforme han ido pasando los años, numerosos autores han reexaminado la relación de Aquiles y Patroclo y han extraído conclusiones sobre los comentarios que hace el texto al tipo de afecto que se tenían uno y otro.

Sin ir más lejos, Gregory Nagy, uno de los mayores expertos a nivel mundial en La Ilíada, declaró que «Para Aquiles... en su escala de afecto, tal y como lo dramatiza la composición de La Ilíada, el lugar más alto pertenece a Patroklos».

Así mismo, Robin Lane Fox, otra de las figuras más influyentes en el estudio de la Grecia Clásica, confiesa que «no hay ninguna evidencia en el texto de la Ilíada de que Aquiles y Patroclo fueran amantes» (The Tribal Imagination: Civilization and the Savage Mind, pg. 223).

Entonces ¿por qué hay tanta gente que actualmente parece afirmar que tanto Aquiles como Patroclo fueron amantes? La respuesta es bastante sencilla: porque la mayor parte de los autores influyentes del siglo V y IV a.C. mostraban de forma abierta a Aquiles y Patroclo como amantes.

Sin ir más lejos, Platón en El banquete (385 a.C.), Píndaro en sus Odas Olímpicas (476 a.C.) o Esquilo en *Los Mirmidones (*V a.C.) muestran a Aquiles y a Patroclo como amantes de una forma abierta y muy naturalizada.

Aquiles y Patroclo en Los Mirmidones de Esquilo

Los Mirmidones, la obra de teatro clásica escrita por Esquilo, es conocida por mostrar abiertamente una relación sexual e íntima entre Aquiles y Patroclo. En ella, Aquiles aparece representado como el erastes, o activo, mientras que Patroclo se muestra como el eromenos o pasivo.

Sin ir más lejos, Los Mirmidones hacen alusión a una práctica sexual sin penetración muy recurrente en la época que consistía en la masturbación empleando los muslos de un compañero.

En el fragmento 135 de la obra, un personaje le recrimina a Aquiles:

“σέβας δὲ μηρῶν ἁγνὸν οὐ κατῃδέσω, ὦ δυσχάριστε τῶν πυκνῶν φιλημάτων”

O, lo que es lo mismo:

Pero no sentiste vergüenza por las maravillas sagradas de los muslos, oh, hombre más ingrato de los besos multitudinarios.

Por si no fuera poco, cuando Patroclo muere Aquiles vuelve a hacer refrencia a esta forma de práctica sexual con su compañero.

Aquiles y Patroclo en El banquete de Platón

Para Platón, estaba claro que Aquiles y Patroclo eran amantes. Al contrario que Los mirmidones de Esquilo, en El simposio, parte de El banquete de Platón, nos queda claro que Aquiles era el pasivo (eromenos) y Patroclo el activo (erastes).

La relación entre ambos, además, se muestra desde una perspectiva positiva y, como poco, optimista.

Aquiles y Patroclo en Contra Timarco de Esquines

Otro de los autores que abiertamente considera a Aquiles y a Patroclo como amantes es Esquines (389-314 a.C.) y así lo muestra en su obra Contra Timarco. Para Esquines Homero no habla abiertamente de la relación entre Aquiles y Patroclo porque su afecto es tan evidente que lo sobreentiende.

No solamente esto, sino que compara de forma evidente la relación que tienen Aquiles y Patroclo, basada en el mutuo consenso y respeto entre dos adultos, con la de Trimarco, el cual ha estado prostituyéndose a otros hombres por dinero.

Interpretación de la relación entre Aquiles y Patroclo tras la época clásica

El mito de Aquiles y Patroclo no desapareció tras la conquista de grecia. En la obra Erotes, atribuida a Loukianos de Samosata (125-180 d.C.) dos personajes discuten sobre si es mejor tener relaciones con un niño o con una mujer (ya, barbárico. Qué se le va a hacer). En este punto, uno de ellos emplea como argumento que «Aquiles y Patroclo no son más que amantes ostentosos».

Posteriormente la idea de que Aquiles y Patroclo eran amantes fue desapareciendo durante la época medieval hasta que William Shakespeare lo recupera en Troilo y Crésida (1602). En el acto I, escena III Ulises se queja de que Aquiles pasa todo el tiempo en la cama con Patroclo.

Y es que la elusión abierta al tipo de relación que Aquiles y Patroclo mantienen en La Ilíada ha hecho que los autores y sociedades más conservadoras los encasillen en simples camaradas, mientras que para las más liberales son un claro ejemplo de relación homosexual. Sin ir más lejos, La canción de Aquiles, de Madeline Miller (Adn Novelas. 2011) ha popularizado esta segunda versión a través de un retellying simplemente maravilloso sobre la relación entre ambos.

La realidad es que nunca podremos saberlo a fe cierta. Para mí, está claro que el texto deja traslucir la pasión y la devoción que solo se tienen dos amantes. Al fin y al cabo ¿qué clase de relación tenía un hombre que introduce un mechón de su cabello en la mano de su camarada muerto?