Memorias de Idhún 1, la resistencia: reseña de la novela de Laura Gallego

Hacía muchos años que había leído Memorias de Idhún 1 y lo único que recordaba de la novela era la sensación de haber sido absorbida por la trama en un momento de mi vida en el que era algo más impresionable. Precisamente por eso, y por el anuncio de la producción de la serie de anime por parte de Netflix, decidí releerme de nuevo la trama sobre Jack y Victoria. Estas son mis impresiones.

Argumento de Memorias de Idhún 1

La resistencia es la primera parte de una trilogía de fantasía juvenil. En este primer tomo conoceremos a Jack, un joven que vive en Dinamarca con sus padres y que continuamente tiene la sensación de ser un peligro para el resto debido a los extraños accidentes que es capaz de generar con el fuego.

Un día, al volver a su casa, descubre que dos desconocidos han asesinado brutalmente a sus padres. Jack, horrorizado, ve cómo un hombre con una espada de hielo y un encapuchado con toda la pinta de mago, se acercan a él con la intención de matarle. Jack corre, pero nadie es capaz de escapar de su emblemático perseguidor. Y cuando cree que su vida ha acabado para siempre, dos desconocidos se teletransportan a su casa y lo llevan muy lejos de allí, a un lugar donde puedan hablarle de la profecía, de su misión y del mundo del que proviene: Idhún.

Sobre la adolescencia en las novelas, y la forma de tratarlo de Laura Gallego

No es temerario decir que la trilogía de Memorias de Idhún es la obra que lanzó la carrera de la propia autora. Pero ¿se trata de una novela juvenil más? ¿Es simplemente otro paquete estandarizado de magos y guerreros con espada capaces de vencer cualquier enfrentamiento gracias al poder del amor? Y, sobre todo ¿la pasión de la propia autora por el anime llega a empañar la historia hasta convertirla en un shonen estereotípico? Me alegra deciros que no, no es así. Más de doce años después de haber leído la novela por primera vez, ahora que soy una adulta con las ideas más claras y mi sentido crítico más agudizado, me siento lo suficientemente cómoda como para aseguraros que esto no es así.

Laura Gallego entiende a los adolescentes. Lejos de convertirlos en adultos en miniatura con una personalidad lógica y madura, los hace comportarse como adolescentes reales (en mayor o menor grado, teniendo en cuenta que Victoria y Kirtash también están en esa tierna edad). Jack es impulsivo, rencoroso, vengativo y tiene continuamente arranques de ira y cambios emocionales propios de su edad, mientras que Victoria es reservada, insegura y en general una marginada de su clase y de su colegio, donde no es capaz de interactuar con otras chicas de su edad.

A lo largo de la obra, mientras Jack conoce a Alsan y entrena con él con la espada, podemos ver cómo este fracasa una y otra vez en sus prácticas y en sus combates, desterrando el manido concepto del héroe capaz de igualar a sus enemigos debido a su talento innato. La crueldad y la frialdad de Kirtash se describen majestuosamente bien a la hora de ver cómo asesina a gente inocente sin pestañear, llegando incluso a compararse estéticamente con una parca al vestir siempre de negro, no hacer ningún tipo de ruido al moverse e incluso matar con la mirada.

Continuamente el enfrentamiento entre La Resistencia y Ashran y Kirtash se mantiene increíblemente igualado. Sorprende saber, por ejemplo, que en La Resistencia solo están Shail y Aslan y que ambos pertenecen a órdenes contrarias (magos frente a caballería). Este tipo de asperezas entre ambos es capaz de dotarle al universo de Idhún de una profundidad mucho más creíble y convincente que si simplemente dividiéramos el mundo entre buenos y malos.

Limbhad y el motivo de su existencia

Para poder sentar las bases de una trilogía llena de acción como la presente, Laura Gallego necesitaba generar una tensión permanente en el que los protagonistas estuvieran siempre en peligro pero sin renunciar por ello al sueño de cualquier adolescente: un refugio seguro en el que estos puedan recluirse para procesar sus sentimientos y emociones y donde no les moleste nadie.

Ese lugar es Limbhad, un sitio al que solo pueden acceder Victoria y Shail (debido a su naturaleza mágica) y que sirve de base de operaciones para la Resistencia. Es genial el hecho de que la autora haya llegado a plantearse incluso las diferencias arquitectónicas de las viviendas de los habitantes de Idhún en función de las razas y, más adelante, en La Tríada, descubriremos que ese tipo de bóvedas circulares son propias de los celestes, lo cual le dota de más credibilidad a todo el conjunto.

El famoso triángulo amoroso y otros spoilers

Muchas de las críticas que ha recibido Memorias de Idhún han sido precisamente orientadas a la gran cantidad de páginas que dedica en defender uno de los triángulos amororos juveniles más populares de la historia de la literatura juvenil: el de Jack + Victoria + Kirtash, provocando que incluso los propios lectores tomen partido por Jack o por Christian. Sin embargo yo me he encontrado sorprendiéndome continuamente cada vez que Christian hablaba con Victoria de su amor.

El amor de los tres protagonistas es bastante razonable dentro del mundo que ha creado Laura Gallego y que, OJO SPOILER, responde a su naturaleza híbrida. Lejos de que Victoria sea una belleza magnífica, lo cual refuerza tremendamente el carácter feminista de la propia obra ya que en ningún momento se describe el físico de Victoria objetivizándolo o indicando que es atractiva única y específicamente por su cuerpo. De hecho, si no me equivoco, las únicas descripciones pormenorizadas que se hacen del cuerpo de Victoria es en relación a sus ojos marrones, debido además a la magia que se esconde detrás de ellos.

El hecho de que ambos chicos respeten los sentimientos de Victoria al final de la novela y sean capaces de pasar por alto su odio por el amor que ella les profesa, además del hecho de que ninguno la presiona en el avance de su relación, convierten a esta novela juvenil en un estandarte perfecto de feminismo y pensamiento contemporáneo.

El libro va más allá de tratar si el poliamor es posible y ni siquiera le pone etiquetas o lo llama de ninguna forma estereotipada. Como dice Victoria, ella no es capaz de escoger qué es lo que siente. De cualquier forma, la idea de la monogamia es una construcción política y social que no tiene por qué aplicarse, siempre y cuando las tres partes estén de acuerdo.

Mi opinión sobre La Resistencia - Memorias de Idhún 1

La Resistencia no es un libro perfecto ni mucho menos. Le sobran unas 100 páginas aproximadamente por el medio de la novela, cuando Jack sale en busca de un Aslan perdido y que simplemente sirve como excusa para hacer que tanto Jack como Victoria crezcan y se vuelvan más poderosos e independientes, pero eso no quiere decir que no merezca la fama que tiene.

Los confusos y conflictivos sentimientos de Victoria hacia Kirtash están increíblemente bien descritos y desarrollados, desde el momento en el que ella se resiste a ello a su forma de sobrellevar la supuesta “traición” hacia sus amigos. Cada uno de los personajes tiene una evolución a lo largo de la novela, desproveyendo a Aslan de su halo de príncipe digno y a Jack de su pinta de niño inmaduro. La autora tiene suficiente valor como para asesinar a Shail, el cual de momento no aportaba realmente gran cosa a la trama, de manera que su desaparición en el mundo provoque un cambio sustancial en Victoria, que haga que ella misma pase de buscar la dependencia de otras personas a reafirmarse solo en sí misma.

La novela está plagada de magia, emoción y acción y aunque desde el principio estaba más que cantado el hecho de que Jack iba a ser el dragón de la profecía, todo sucede con unos arcos muy bien planteados de presentación de los héroes, desarrollo de su talento y fuerza y batalla final hasta el paso al otro mundo.

Es sin lugar a dudas uno de los mejores libros de fantasía juvenil con el que me he encontrado y que, sin duda, me encantaría que el día de mañana leyeran más jóvenes. Porque los valores que tiene y que muestran los personajes no se ven a menudo en las novelas de hoy en día. Y, sin lugar a dudas, si hubiera más Jacks en el mundo, las cosas mejorarían para todos.