

Aquí encontrarás análisis, reseñas y artículos de opinión sobre literatura
Es el verano de 1976. Peggy Hillcoat tiene ocho años y pasa los días con su padre, James, un hombre obsesionado con la supervivencia que ha convertido el sótano de su casa en un refugio ...
En la región japonesa de Kobe, Osaka, una línea ferroviaria une Takarazuka con Nishinomiya. Las vidas de miles de pasajeros se entrechocan a diario en sus vagones y, a cada parada, ...
Sobrevivir a la bomba atómica: El testimonio del trauma. La desgarradora obra maestra de una escritora incomprendida e injustamente olvidada.
«En un pasado lejano, no la llamábamos ...
Cuando me volví a dormir, soñé con dos personas que morían congeladas en su cama individual, encajadas juntas formando una doble ese. Cuando el sol primaveral se colaba por la puerta, los cuerpos se descongelaban y se derretían. Un desconocido entraba en la cabaña, abriéndose paso con un hacha entre los tallos de una rosa llena de espinas que mantenía la puerta cerrada. El hombre estiraba la mano, basta y peluda, hasta alcanzar los sacos de dormir. Al abrirlos aparecía una pulpa sin rostro, como las resbaladizas entrañas de un pescado. Me desperté sudando, aterrorizada por la imagen y la sensación que se me quedó, pero fue peor darme cuenta unos segundos después de que ningún hombre podría nunca abrirse paso hasta die Hütte para encontrar nuestros cuerpos en descomposición. No quedaba nadie en el mundo más que nosotros dos.
Merecedora del premio Pulitzer, La buena tierra (1931), segunda n ovela de la premio Nobel Pearl S. Buck, confirmó el talento de su autora y la colocó entre los maestros de la narrativa ...