En 1917, durante la Gran Guerra, Turín se ve sacudida por los tumultos de la llamada Revuelta del pan: se levantan barricadas en todas las esquinas y el ejército ha de empeñarse a ...
«Yo no he escrito este libro. Lo he robado.»
Una rica coleccionista encarga a un hombre que encuaderne tres manuscritos con una condición: que no los lea. Pero cuando se entera de que ...
Dos mujeres unidas por el dolor y el arte. Una novela basada en un cuadro perdido de Frida Kahlo.
México, 1935. Cuando Frida Kahlo descubre que Diego Rivera la ha engañado con su hermana ...
—Aquí tienes que aprender a crear tu propia intimidad. A nosotros nos enseñan, desde la infancia, a recluirnos dentro de nosotros mismos, a levantar muros impenetrables detrás de los cuales vivimos. Si no pudiésemos hacerlo, ciertamente nos volveríamos locos y nos mataríamos los unos a los otros.
—¿Qué muros? —había preguntado él.
—¡Oh! Tenemos un laberinto infinito donde ocultarnos. Ritos y costumbres, tabúes de todas clases. Incluso nuestra lengua tiene matices que no tienen las vuestras y que nos permiten eludir, con toda cortesía, cualquier pregunta a la que no queremos responder. Uno de nuestros más antiguos poemas, que figura en el Kojiki, nuestro primer libro de Historia, escrito hace unos mil años, tal vez te ayudará a comprender lo que estoy diciendo:
Ocho cúmulos surgen para que se oculten en ellos los amantes.
Las Ocho Vallas de la Provincia de Izumo encierran estas ocho nubes.
¡Qué maravilla, esas Ocho Vallas!
Cuando la galera de guerra Argo parte de Yolcos llevando a bordo una asombrosa tripulación de héroes y semidioses (Hércules, Orfeo, Atalanta, Cástor, Pólux, Linceo y otros muchos), ...