¿Por qué no hay dos árboles iguales?
Los árboles están deseando decirnos muchas cosas. Si los escuchamos, nos hablarán de la tierra, del agua, de las personas, de los animales, del ...
Las mujeres de la Edad Media recuperan por fin su voz
La Edad Media se considera una época sanguinaria poblada por vikingos, caballeros, monjes y reyes: una sociedad patriarcal que ...
Ishmael, su hermano Junior y sus amigos sufrieron un ataque rebelde en 1993 en su población natal, Mattru Jong, Sierra Leona. Estos pequeños niños que rondan los 12 años de edad se ...
Urdaneta fue uno de los últimos en marcharse. Se quedó para intentar conseguir un cargamento de clavo. Llegó a Lisboa en junio de 1536, llevando con él a una hija que tuvo con una mujer de las Molucas. Había estado fuera ocho años: tenía diecisiete años cuando salió de España, veinticinco cuando regresó, rico en experiencia y conocimientos. Había visto mundo, luchado en guerras, aprendido las lenguas locales, negociado con los jefes tribales y los gobernadores portugueses en nombre de sus comandantes y viajado por todo el archipiélago y más allá, hasta las islas de Banda y Java, ricas en nuez moscada. Por el camino, había obtenido información inestimable: cultural, comercial y meteorológica. Había hecho interminables viajes en canoa por las Molucas y experimentado la belleza de los trópicos profundos.
¿Por qué no hay dos árboles iguales?
Los árboles están deseando decirnos muchas cosas. Si los escuchamos, nos hablarán de la tierra, del agua, de las personas, de los animales, del ...