Los reyes del río: un viaje a través de la historia de los vikingos por Oriente

Abre los ojos, pasa la punta de los dedos por este libro de cubiertas naranjas y déjate llevar por el épico relato de los vikingos que Cat Jatman nos ofrece en su libro de ensayo, Los reyes del río. En un tiempo en que los monasterios de Europa temblaban ante los saqueos vikingos, Jatman nos muestra que esta civilización nórdica tenía mucho más que ofrecer que la mera conquista basada en la violencia.

Así, Ático de libros que ya había sentado los pilares del conocimiento con su anterior obra publicada, Vikingos de Neil Price, nos trae una nueva obra con la que ampliar nuestros conocimientos sobre el mundo vikingo a través del puño y letra de Jatman, bioarqueóloga especializada en la época vikinga. A través de este ensayo que parte del estudio y la investigación que rodea a una cuenta de cornalina perdida en un túmulo de Inglaterra, la autora recorre tumbas, senderos, rutas comerciales y asentamientos arqueológicos para demostrarnos que, más allá de su temida presencia en Europa occidental, los vikingos también remontaron ríos y mares hasta las tierras de la India y Constantinopla. Reyes del río es, por tanto, un fascinante viaje a través de restos arqueológicos que nos presenta a los vikingos como exploradores audaces, comerciantes inteligentes y, en ocasiones, aliados inesperados.

Todo comenzó con una cuenta de cornalina

Reyes del río de Cat Jarman empieza y gira alrededor de una pieza de cornalina encontrada en una tumba de Repton. A partir de este pequeño objeto, la autora empieza a realizarse diferentes preguntas lógicas sobre la pequeña cuenta. ¿Qué hace allí un abalorio tan pulido propio de oriente? ¿Cómo llegó tan lejos de su hogar? ¿Fue parte de una herencia familiar o lo trajo consigo una mujer tras haberla comprado a un mercader?

Alrededor de esta premisa la autora comienza a elucubrar, ofreciéndonos un abanico de datos que saltan de un campo a otro y que ofrecen una visión más general del mundo vikingo de per se. Así, Reyes del río se divide en tres partes: Occidente, Tierra Natal y Oriente, donde se engloban diferentes aspectos del mundo económico, social, migratorio y arqueológico de los vikingos.

Para empezar, desembarcamos en Occidente, en uno de los emplazamientos más importantes para los arqueólogos especializados en el mundo vikingo: Repton. Repton será la tumba de la cuenta de cornalina, pero también la de otro centenar de esqueletos y objetos que no solo desafiaron el mundo histórico y las creencias sobre los vikingos que teníamos hasta entonces, sino que además entrañan las historias de unas vidas que hoy en día solo podemos llegar a imaginar. ¿De dónde venían estos vikingos? ¿Vivían allí? ¿Y era de verdad el papel de las mujeres el de simples sirvientas y criadas de los hombres cuando hay emplazamientos donde se han encontrado esqueletos femeninos con armas?

Cat Jarman narra en su obra cómo se emplearon todo tipo de métodos de investigación y análisis como la prueba de ADN, el análisis de carbono-14 y otra serie de test sobre cada hueso, objeto o incluso tejidos para descubrir cualquier pista sobre los orígenes de los fallecidos. Así, la autora confiesa que ella buscaba trazar la dieta y la procedencia de los alimentos consumidos por los guerreros en busca de pistas que le permitieran descifrar las costumbres migratorias de los vikingosy así probar que los vikingos no solo emigraban en solitario o en grupos exclusivamente masculinos, sino que llevaban consigo a sus esposas, hijas y pertenencias, redefiniendo así la concepción tradicional de estas migraciones nórdicas.

Cada sepulcro que Jarman y su equipo desentierran, cada crónica que relatan, no es más que una pieza más en el gran rompecabezas de la historia que la autora está ansiosa por compartir. Sus descripciones, vívidas y detalladas, nos transportan a una época distante. El comienzo de la obra es especialmente conmovedor, con relatos de sacrificios humanos y entierros que se encuentran en su camino, pintando un cuadro escalofriante pero fascinante del pasado vikingo.

Cat Jarman enriquece su narración y sus reflexiones e hipótesis al citar fuentes de coetáneos de los vikingos, consciente de que estas pueden estar teñidas por la visión violenta de los vikingos y la influencia del cristianismo de la época. A pesar de estos posibles sesgos, la autora los utiliza como herramientas para desentrañar cada misterio y enigma que encuentra en las tumbas y para bordear y replantearse conocimientos antes dados por sentado de los vikingos y que ahora la arqueología pone a prueba. ¿Son esos cuatro niños enterrados en un cruce de caminos unas víctimas rituales religiosas? Entonces, tal y como se rumoreaba como los esqueletos de niños que fueron víctimas de asesinatos rituales, proporcionando una perspectiva cautivadora y a menudo desgarradora del pasado.

Construyendo la historia de una civilización a través de restos arqueológicos.

No solo son las espadas, tejidos y cuentas de cornalina lo que permite que la autora y otros investigadores reconstruyan la vida y movimientos migratorios de los vikingos. A través de una curtida narración que salta de un punto a otro a otro para ofrecerte un amplio abanico de datos e información, Cat Jarman nos habla de la importancia de los dírhams de plata de Oriente descubiertos en diversas ubicaciones a lo largo de Europa y Asia. Muchas veces, estos dírhams se han convertido en collares mientras que en otros casos enriquecen los tesoros que los vikingos enterraban antes de entrar en combate. Así, la gran cantidad de elementos orientales presentes en tumbas vikingas en Occidente plantea como pronto la pregunta sobre la frecuencia, forma y motivación de migrar de los vikingos, alejándonos del relato hegemónico que situaba a los norteños como asaltadores que llegaban, destruían cuanto veían y se marchaban con sus poderosas naves llenas de tesoros.

En su relato, Jarman enfatiza cómo la arqueología ha tenido que reconsiderar su interpretación de la civilización vikinga a raíz de la aparición de nuevas evidencias científicas, ilustrando que aún persisten ciertos prejuicios y suposiciones. El libro nos confronta con la tendencia a asumir que las tumbas con armas pertenecen a hombres, cuando en muchas ocasiones carecemos de los cráneos o pelvis para confirmarlo. Del mismo modo, cuestiona la idea de que las tumbas marcadas con cruces son cristianas y las demás son paganas, cuando la realidad puede ser mucho más compleja. La autora desvela ejemplos de tumbas vikingas con símbolos cristianos y sorprendentemente, de mujeres enterradas con armas, desafiando las concepciones arraigadas y abriendo nuevos horizontes en nuestra comprensión de esta intrigante civilización.

Mujeres y migraciones vikingas

Los reyes del río también reflexiona sobre el rol de las mujeres en la sociedad vikinga, un terreno lleno de interrogantes que la arqueología aún está tratando de desentrañar. Jarman se enfrenta a los desafíos inherentes a la reconstrucción de la función y posición de las mujeres en este contexto histórico. Cuestiones como si las mujeres emigraban con los hombres en los mismos barcos, algo que la autora se inclina a creer que sí, o si participaban en las batallas. Así, Jarman destaca la desproporción de tumbas de mujeres en comparación con las de hombres, un misterio que sigue sin respuesta.

Sin embargo, como la propia autora plantea, es difícil creer que una sociedad que venera a las valquirias y a la poderosa diosa Freya relegase a las mujeres a un segundo plano social.

Asímismo, conforme vamos avanzando hasta el final de la obra y llegamos a la tercera sección nos encontraremos con un relato completamente diferente. Y es que Jarman examina meticulosamente los movimientos migratorios de los vikingos y sus asentamientos centrándose en las regiones orientales. Los rudos, violentos y poderosos nórdicos se convierten de pronto ante nuestros ojos en rus, comerciantes y poderosos que cambian con su presencia la estructura social y la política de las áreas a las que acuden. Este apartado, plagado de anécdotas extraídas del viajero y erudito árabe Ibn Fadlan, cuyos escritos ofrecen una valiosa perspectiva de primera mano sobre las interacciones y la influencia vikinga en Oriente, se llenan de historias de sacrificios humanos, muerte, religión, miedo, comercio y una perspectiva primitiva que repugnó

Mi opinión sobre Los reyes del río

Los reyes del río es una obra complementaria perfecta para los interesados en la civilización vikinga y su impresionante alcance. Su enfoque arqueológico, basado en el estudio y análisis de las pruebas y restos de las tumbas que la autora extrapola a detalles históricos, hace que puedas hacerte una idea general de la sociedad vikinga y, sobre todo, que puedas aprender mucho más de una de las partes de su historia más desconocidas: su dominio de Oriente y reconversión en los llamados rus.

La obra de Jatman, presentada en la robusta tapa dura de la editorial Ático de los libros, tiene momentos de gran genialidad y relatos apasionantes sobre sacrificios humanos, historias de tumbas que se revelan como parte de la familia del famoso Ragnar Lothbrok y pequeñas perlas sobre joyas y dírhams de plata que te aportan una experiencia fresca y novedosa sobre ese momento histórico. No puedo terminar esta reseña sin cita la magnífica edición de Ático de Libros que se complementa con mapas en blanco y negro, ilustraciones y fotografías a color recogidas en mitad de la obra que apoyan e ilustran los textos de la obra.

De cualquier forma, quizás influenciada por lo magnífica y maravillosa que me pareció la anterior obra de ensayo que leí de Ático de Libros, Vikingos de Neil Price, Los reyes del río por momentos me pareció algo confusa ya que no cuenta con un hilo conductor claro y no compartimenta o categoriza la información que nos va dando. De esta forma, a veces sentí que me perdía o que el libro era un poco desorganizado ya que sentía que la autora saltaba de un tema a otro sin una transición clara. Sin embargo, este es un pequeño inconveniente en comparación con la riqueza de información que ofrece el libro y la cantidad de información profusa y detallada que acaba posándose sobre tu cultura general al terminarlo.

Los reyes del río es, en definitiva, una obra que amplía nuestro conocimiento arqueológico y cultural de los vikingos y nos abre los ojos a un sinfín de detalles más allá de los barcos con rostro de dragón y las ideas preconcebidas para presentarnos a los vikingos en toda su complejidad: como comerciantes, exploradores, guerreros y personas que buscaban una nueva vida.