La maternidad tóxica en el cómic: los ejempos de En el limbo y Cuéntalo

Las novelas gráficas nos ofrecen una ventana única y poderosa para explorar temas complejos y a menudo dolorosos y precisamente vengo con la intención de reflotar dos obras autobiográficas muy potentes de La Cúpula, En el Limbo y Cuéntalo, que nos sumergen en las profundidades de la maternidad tóxica, revelando cómo las madres, en lugar de ser un apoyo, proyectan sus inseguridades y presiones sobre sus hijas, con devastadoras consecuencias.

En el Limbo: La Carga del Sacrificio

"En el Limbo" nos presenta la historia de Debbie, hija de inmigrantes surcoreanos, atrapada en una red de expectativas y sacrificio. Deborah acaba de empezar el instituto y se siente sola, fea, fracasada e inadecuada en todos los aspectos. Su madre, lejos de ser una figura de consuelo, al ver que su hija va obteniendo notas más bajas y es relegada a un puesto poco importante en la orquesta de la escuela, emplea la violencia verbal y física como herramientas de crianza, haciendo al mismo tiempo a su hija responsable de su sacrificio familiar. Esta dinámica, donde la presión por el triunfo académico es constante, ilustra cómo las inseguridades y fracasos de la madre se proyectan directamente sobre su hija, erosionando su bienestar emocional.

Uno de los aspectos más desgarradores de "En el Limbo" es la incapacidad de la protagonista para comunicarse abiertamente con su madre. La relación está marcada por gritos y recriminaciones, dejando a la hija sin un refugio seguro donde expresar sus miedos y angustias. Esta falta de comunicación no solo agrava su estado emocional, sino que también impide cualquier posibilidad de entendimiento o reconciliación y la lleva a tomar terribles decisiones de las que no quiero hablaros por no haceros un spoiler enorme de la obra.

Cuéntalo: El Grito Silencioso

Por otro lado, Cuéntalo nos ofrece una perspectiva autobiográfica devastadora. La autora relata su experiencia tras ser violada y cómo su madre, en lugar de notar las señales de trauma —como arrancarse los pellejos de las uñas o morderse los labios hasta sangrar—, responde con gritos y acusaciones. La madre se convierte en una figura de opresión más que de apoyo, ignorando los evidentes síntomas de sufrimiento de su hija.

La obra expone brutalmente los problemas de comunicación que surgen cuando las madres se niegan a ver o aceptar la realidad de sus hijas. En "Cuéntalo", la protagonista se encuentra aislada, sin un canal de comunicación efectivo con su madre ni con ninguna figura que le preste verdadero apoyo, provocando que la experiencia de la violación se le enquiste dentro y se sienta cada vez más sola y cada vez más deprimida. Esta desconexión no solo intensifica su depresión, sino que también perpetúa el ciclo de abuso y negligencia emocional. En su momento, cuando leí la novela gráfica, esta situación ya hizo que me hirviera la sangre y escribí un post sobre *Shitty parents,* pero nunca está de más volver a ello.

La Obsesión por los Resultados y la Felicidad Perdida

Ambas madres, tanto en En el Limbo como en Cuéntalo, están tan enfocadas en los resultados académicos y en lo que sus hijas deberían hacer y ser, que se olvidan de lo fundamental: apoyarlas y escucharlas. En En el Limbo, vemos cómo a Débora deja de gustarle tocar el violín, a pesar de que hasta el momento era el centro de su universo, debido a la presión de no ser la mejor en la orquesta. Su decisión de dejarlo, apoyada por su profesor, choca de frente con la negativa de su madre que ha invertido una enorme cantidad de esfuerzo y dinero en que su hija se amolde a la idea de “niña perfecta”. Sin embargo, poco a poco su madre eventualmente acepta el camino del dibujo que Débora escoge, aunque con reticencia.

En Cuéntalo, la madre de la protagonista es incapaz de ver los claros signos de trauma que su hija muestra. En lugar de brindarle el apoyo emocional que necesita, responde con gritos y acusaciones, ignorando el dolor profundo que su hija está experimentando y centrándose en la carencia de buenas notas y la escasez de tareas domésticas que realiza la protagonista. Este enfoque en lo que "deberían" ser y hacer sus hijas, sin considerar su bienestar emocional, no solo las aleja de la felicidad, sino que agrava su sufrimiento y aislamiento.

En ambas obras, "En el Limbo" y "Cuéntalo", se puede observar cómo las protagonistas muestran claros síntomas físicos de apatía y anhedonia, típicos de la depresión. Pasan mucho tiempo durmiendo, experimentan cambios de humor extremos y, de manera especialmente significativa, ambas se arrancan los pellejos de los dedos y las uñas. Estos síntomas, que deberían ser alarmantes, pasan desapercibidos por sus familias, quienes, demasiado ocupados con sus propias preocupaciones y trabajos, no notan el evidente sufrimiento de sus hijas. Esta normalización del dolor y la falta de atención agravan el estado emocional de las protagonistas y reflejan en el fondo una desconexión y negligencia maternal profundamente arraigada que te pone los pelos de punta a la hora de leer las obras y procesar la realidad.

La Valentía de Representar la Realidad

Abordar temas tan personales y dolorosos a través de la literatura gráfica requiere una valentía inmensa. Deb JJ Lee, autora de En el Limbo y Laurie Halse Anderson en Cuéntalo, se atreven a retratar sus experiencias de infancia y adolescencia, poniendo al descubierto la cruda realidad de sus relaciones maternas. Este acto de vulnerabilidad no solo es catártico para ellas, sino también esencial para nosotros como lectores, que podemos encontrar reflejos de sus propias experiencias en estas páginas.

Es crucial reconocer que no todos los padres son como los idealizados en muchas historias. En muchas ocasiones, nos encontramos con padres que no aceptan las preferencias sexuales de sus hijos, como en El Beso Número 8, otra obra de La Cúpula, donde la protagonista comprende que perderá la relación que tiene con su padre si sale del armario. Estos relatos son necesarios porque visibilizan la tristeza y el sufrimiento que a menudo se ocultan tras las puertas cerradas y permiten que las personas que han pasado por lo mismo encuentren un referente y un punto en común que, muy a menudo, es más sanador de lo que podríamos llegar a imaginar

Conclusión

La representación de la maternidad tóxica En el Limbo y Cuéntalo nos recuerda la importancia de abrir diálogos sobre la comunicación familiar y el apoyo emocional. Estas novelas gráficas no solo narran historias, sino que también nos instan a reflexionar sobre nuestras propias relaciones y a buscar formas de romper los ciclos de abuso y negligencia. En última instancia, se requiere coraje para exponer estas verdades, pero es a través de esta valentía que podemos encontrar comprensión y, con suerte, sanación.