Comprender la conclusión del libro El señor de las moscas te permitirá entender por completo el final de la obra. Este libro escrito por William Golding es una maravillosa y al mismo tiempo desgarradora metáfora de la maldad humana.
Ya os habíamos aportado un análisis bastante concienzudo de la obra en otra de nuestras entradas e incluso os hablamos del libro en un vídeo. Hoy, sin embargo, nos centraremos única y exclusivamente en el final.
Las últimas páginas del libro se centran en cómo Ralph intenta escapar de la tribu de los otros niños que quieren asesinarle. Tal y como recordamos, tras el enfrentamiento final entre Ralph y Jack Merridew, la mayor parte de los niños se unen a la tribu de Jack y mueven su base a otro emplazamiento. Cuando los que quedaron fuera de los mayores van a enfrentarse a ellos, estos reaccionan con violencia asesinando a Piggy y forzando a los gemelos a unirse a ellos. Más tarde Ralph se esconde al enterarse de que a la mañana siguiente realizarán una batida para asesinarle.
Los niños de la tribu le prenden fuego a la jungla y persiguen a Ralph hasta la playa, donde este se encuentra a un oficial de la marina que desembarcó al ver que la isla estaba ardiendo. Irónicamente, la motivación principal de Ralph a lo largo de toda la obra fue crear una señal de humo que les permitiera ser rescatados y aunque Jack siempre la pospuso en detrimento a cazar y conseguir carne, este último será el que consiga que un adulto les vea.
A lo largo de toda la obra tanto Ralph como Piggy se pasan todo el tiempo deseando que apareciera un adulto que pusiera un orden lógico a su vida, pero cuando este hace acto de presencia y ve a los niños actuando como salvajes en lo que es evidente que es un brote de histeria violenta colectiva por asesinar a un compañero, prefiere pasar por alto las implicaciones que esto implica. Ligero y banal, sobre todo banal, le resta importancia a la situación preguntándole a los niños si estaban jugando y riñéndoles por no mostrar el debido decoro.
Esto puede interpretarse como la forma en la que la humanidad tiende a darle la espalda y banalizar los actos de barbarie y violencia cometidos, especialmente en la II Guerra Mundial en la cual combatió el propio autor. De esa forma, Golding intenta mostrar que los adultos también han empezado una guerra que se toman como un “juego” por motivos simplemente superficiales (las consecuencias del tratado de Versalles que empobreció Alemania tras la I Guerra Mundial y que provocó la ascensión del fascismo en el país).
Al mismo tiempo la obra nos muestra cómo, tras los desesperados intentos de Ralph de mantener a los niños en un entorno a salvo y civilizado, al final la violencia que vive latente en cada hombre, mujer y niño acaba imperando. De esta forma nos muestra que que a pesar de nuestros mejores esfuerzos para mantener el orden y la civilización, los seres humanos son propensos a la autodestrucción. Este final sugiere que a pesar de lo que queremos creer, la línea entre el orden civilizado y el salvajismo humano es prácticamente invisible
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