Oryx y Crake es una inolvidable historia de amor y una conmovedora imagen de un cercano e inquietante horizonte postapocalíptico.
Conocido como Jimmy antes de que el planeta se viese asolado por una serie de desastres naturales, Hombre de las Nieves llora la pérdida de Crake, su mejor amigo, y de la bella y esquiva Oryx, de quien ambos estaban enamorados, mientras lucha por sobrevivir en absoluta soledad sobre la faz de la Tierra.
A merced de los elementos, acechado por los recuerdos y sin más compañía que la de los Hijos de Crake, esos seres de ojos verdes que lo consideran una especie de profeta, Hombre de las Nieves se pregunta cómo ha podido cambiar todo en tan poco tiempo y emprende un doble viaje hacia su pasado y hacia la burbuja de alta tecnología creada por Crake, el lugar donde empezó todo.
Vaya, hay pocas novelas como las que escribe Atwood… Los conceptos que esgrime esta autora canadiense en Oryx & Crake son conocidos y se han empleado en mil críticas a lo largo de los años, pero la autora canadiense es capaz de imprimirles un tono nuevo, malicioso y mordaz que conjunta de una forma extraña con los paisajes rosados y los adorables animalitos que crea.
Así, hace que desprecies las egoístas mutaciones genéticas de los científicos de la obra mientras al mismo tiempo deseas un mofache para ti; hace que arremetas contra el egoísmo de la madre de Jimmy por abandonarlo cuando, como adulta, comprendes que quizás estaba haciendo lo menos egoísta del planeta. Oryx & Crake es por tanto rara, incalificable y pausada por momentos, pero al mismo tiempo inolvidable y distinta. Solo puedo decir que durante su lectura no era capaz de soltarla ni un momento, pero que el final… el maldito final de Margaret Atwood, me ha hecho querer desear que se encontrase delante de Oryx y Crake aquel fatídico día