Carmilla, el clásico vampírico de Joseph SheridanLe Fanu, se anticipó en un cuarto de siglo al Drácula de Bram Stoker, pero su valor va mucho más allá que el de ser el antecedente femenino del famoso conde de Transilvania. La escabrosa y atrevida relación entre sus protagonistas, Laura y Carmilla, aún hoy resulta sorprendente. La temática de la femme fatale alcanza aquí su máximo exponente, y los ecos de esta magnífica novela gótica la convierten en uno de los principales referentes del terror que se escribe en la actualidad. Todo un clásico cuya lectura hará las delicias de los amantes del género.
Decidida a lograr su independencia económica y a ayudar en su casa, Agnes Grey, la hija menor de una familia venida a pique, se coloca como institutriz en la casa de la familia Bloomfield. Su juventud e inexperiencia, así como la crueldad de los niños con quienes le toca lidiar y la frialdad de sus padres, son una difícil piedra de toque. Pero su perseverancia la llevará a cambiar de casa en busca de mejores perspectivas. Con sus nuevos empleadores, los Murray, las condiciones tampoco son fáciles, pero Agnes, poco a poco, se abrirá camino...
Inglaterra, a caballo del siglo XIX. Marta Leigh —una joven seria, sosaina y, para más inri, poco agraciada— abandona su ciudad natal y toma rumbo al Oeste, hacia las agrestes tierras de Cornualles, con objeto de trabajar como institutriz de la indomable retoña de un terrateniente de la zona, Conan Tremellyn, amo y señor de un vetusto castillo (amén de viudo interesante). Desde el mismo día de su llegada, la joven se apercibe de que algo extraño debió de suceder tiempo atrás entre los pétreos muros que ahora la alojan. Se trata de un misterio del que parecen partícipes tanto los allegados a la familia como la servidumbre de la casa y que parece estar íntimamente relacionado con la trágica desaparición de la esposa de castellano. El choque frontal inicial con padre e hija dará paso, con el tiempo, a una relación de mutuo respeto y distante cordialidad. De este son, la institutriz se irá granjeando la confianza de criados y vecinos, y, con ella, vendrá la revelación de rumores, hablillas y otros secretos referentes a la difunta cónyuge de su jefe y a sus circunstancias. Casi sin comerlo ni beberlo, Marta Leigh se verá a partir de ese momento arrastrada por un rosario de intrigas que la conducirán de lleno hacia la tortuosa verdad que impregna todo el castillo, desde sus hondos cimientos hasta el más alto de sus pináculos.