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Mi jefe, opinión de la nueva novela erótica de Whitney G. y Phoebe Romántica

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Escritora consumada, concept artist en ciernes y adicta al trabajo. Do...


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Imágen destacada - Mi jefe, opinión de la nueva novela erótica de Whitney G. y Phoebe Romántica

Mi jefe es la nueva novela de Whitney G.: una obra cargada de erotismo en el que el cuerpo se revela ante la barrera ideológica de la edad.

Argumento de Mi Jefe

Claire Gracen tenía la vida perfecta: dos hijas inteligentísimas y maravillosas, un marido que la quería con locura y un trabajo en el que se sentía valorada y realizada. Sin embargo, todo eso cambiará cuando un día descubre que su esposo le había puesto los cuernos con su mejor amiga, a la que aún encima había dejado embarazada.

Para conseguir superar el divorcio con el que ella creía que era el hombre de su vida, Claire se marcha a otra ciudad, acepta un trabajo que odia rodeada de incompetentes y hace todo lo posible para recuperarse de la depresión. Hasta que de golpe conoce a un chico mucho más joven que ella con el que saltan chispas en un supermercado. Claire ya sabía que una relación con un hombre 12 años menor que ella sería complicado, pero cuando descubre que además este es su jefe, su vida dará por fin el vuelco que necesitaba.

TODO

Una novela cargada de puro erotismo con la mejor protagonista femenina de la historia.

Whitney G. vuelve a la carga con una novela fresca con su habitual estilo de escritura cargado de ironía, humor, sarcasmo y sobre todo, una increíble maestría a la hora de describir las escenas más picantes. A diferencia de otras obras como Una noche y nada más, en Mi jefe nos encontraremos con una obra claramente exhibicionista, en la que las situaciones de erotismo explosivo y los orgasmos húmedos se desarrollan en entornos públicos y rodeados de personas que no quieren o simplemente no pueden ver el escándalo que se desarrolla a su alrededor.  

Dejando de lado la credibilidad que tenga masturbar a una mujer en una pista de baile sin que nadie se dé cuenta, está claro que Whitney ha vuelto a bordar, sin tener ningún tipo de pudor al respecto (en mi opinión, como debe ser en este género) las escenas de puro erotismo. Y es que Mi jefe no se trata de una novela romántica: no tiene grandes gestos bajo la lluvia e incluso los detalles más típicos (como el regalo de flores) se minimizan a simples líneas genéricas.


Pero lo que sin lugar a dudas es genial de la novela es que por fin contamos con una mujer no prototípica en el género. Claire puede ser todo lo guapa que quieras (y pelirroja, para más INRI) pero se trata de una mujer con hijos y que roza los cuarenta. Por primera vez nos encontramos con una mujer que representa a todas aquellas que tuvieron que rehacer su vida cuando todo parecía encauzado por el camino tradicional, que no se amilanaron por el lloriqueo de su marido infiel y su mejor amiga y que luchan diariamente para sobrellevar la depresión del divorcio. Porque seamos honestos: Claire no se siente como la mujer más apasionante y atractiva del mundo y lo único que le gustaría es acurrucarse en la cama y dimitir para no enfrentarse a sus incompententes subordinados, pero lucha día tras día para salir adelante, y esas son cualidades muy raras y muy poderosas a la hora de crear una novela erótica contemporánea y accesible.

TODO

Al mismo tiempo, Claire cuenta con otras maravillosas características: es increíblemente competente y muy seria con su trabajo, y no teme luchar por su equipo y decir la verdad aunque ello pudiera provocar que la despidiesen. Se nota que Whitney G. se ha documentado profundamente sobre el mundo de la publicidad y el marketing y su funcionamiento (con sus extrañas jerarquías, su forma de acceder a ese tipo de puestos y sus copys ridículos y acelerados). Su humor ácido y mordaz, su gran profesionalidad y lo bien ambientado que está su puesto de trabajo nos permite leer sus impresiones y críticas ante el pésimo trabajo de sus subordinados, lo cual consiguió arrancarme más de una carcajada.

Por supuesto, el drama necesario (spoiler inside)

Sin embargo, por muy innovadora que sea frente a la elección de Claire, Mi jefe repite algunos de los típicos del género como la estructura evidente de todas las novelas eróticas que se basan en:

  1. Él y ella se conocen y se atraen inmediatamente.
  2. Ella niega la atracción de él. No puede ser, pero acaban sucumbiendo a la pasión.
  3. Empiezan una relación basada en sexo que evoluciona en algo romántico.
  4. Una tercera (y malvada) mujer provoca una ruptura momentánea.
  5. Pasa el tiempo, los dos parece que prosiguen con su vida PERO NO LO HACEN.
  6. Se reencuentran, se juran amor eterno. THE END.

Además, los dos protagonistas tienen ambos un terrible y oscuro pasado que los atenaza y persigue. Mia Sheridan (gran autora de la misma editorial que Mi jefe), nos había acostumbrado a un drama capaz de congelar nuestras venas, pero Whitney G. no se queda atrás con Mi jefe. Tanto Claire como Jonathan cuentan con pasados terribles (que no revelaremos) sobre los cuales no se regodean los personajes, sino que simplemente se revelan como parte de lo que los construyó y los llevó hasta donde están.

En ese sentido, el personaje de Claire está mejor construido que el de Jonathan.  Claire continuamente está dándonos sus impresiones profesionales y sus horarios pero, a pesar de que la novela está escrita saltando de un narrador en primera persona a otro (de Claire a Jonathan), este último se limita a firmar contratos y dormir en el sofá de su despacho y por lo general no da la impresión de ser el genio en informática que se dice que es, sino simplemente alguien muy arrogante.

La novela irá saltando de escena de sexo en escena de sexo mientras Claire intenta alejarse de él por miedo a volver a ser herida… y por la diferencia de edad.

Opinión personal de Mi jefe

La construcción de Claire es simplemente maravillosa: Whitney G es capaz de crear un personaje femenino fuerte e independiente que ejemplifica el perfecto modelo de Wonder Woman: capaz de sobreponerse a pesar de las recientes heridas a su divorcio, que no cae en un pozo de miseria y autocompasión (en cierto momento llega a explicar que aún no está acostumbrada a ser el tipo de mujer que se pasa 20 minutos peinándose frente al espejo) y cuyo talento y esfuerzo es menospreciado tanto por sus compañeros de trabajo como por sus hijas.

TODO

Sin embargo, he de confesar que el principio del libro me puso los pelos de punta. Está claro que es una fantasía y que, al igual que los libros con escenas de canibalismo no se convierten en un aliciente para que los jóvenes consuman carne humana, Mi jefe tampoco debería tratarse como un maravilloso modelo a seguir.

"

-Lo digo en serio, Jonathan - murmuré sin convicción mientras me subía el vestido todavía más  -. No quiero follar en una limusina.

"

-Entonces, no deberías haberte puesto este vestido. - Me apartó de su regazo, pero antes de que pudiera alcanzar los asientos laterales, me cogió de nuevo por los hombros.

Jonathan tiene una conducta de acosador de manual en las primeras páginas de la obra, provocando que a mí, personalmente, me dieran ganas de que Claire le pusiera una orden de alejamiento. Sus numeritos de besarla en el ascensor cuando ella le está rechazando o de robarle la tarjeta de crédito para obligarla a subirse a su coche a pesar de que esta le pide con educación que se la devuelvan es más de lo que mi entrenada mente feminista podía soportar.

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-Jonathan, me voy a casa. Ahora mismo. Acéptalo.

"

-No. No vas a tu casa. Vas a venir conmigo. - La miré con los ojos entrecerrados -. No podemos esquivar más este tema, y debemos asegurarnos de que estamos de acuerdo. No creo que entiendas lo que significa que eres mía

He de confesar que la actitud soberanamente dominante, enormemente machista y con tendencia a solucionarlo todo por la insistencia, la violencia sexual o el dinero amparado en sus millones hizo que no disfrutase tanto de Mi jefe como de otros libros de Whitney G. Sin embargo, cuanto más avanzas en la lectura más se aflojan estas actitudes infantiles, celosas y misóginas del propio Jonathan que puede que a otras mujeres les encante, pero que a mí me hizo echar de menos a esos protas masculinos que no se jactan de ser hombres celosos ni de poseer a sus mujeres como si fueran objetos.

Mi jefe es por tanto una novela genialmente escrita y con una protagonista femenina por todo lo alto. Sin embargo, al lado de Jonathan Statham el Sr. Grey es un bendito, aunque si es lo que te va, entonces ¡adelante! La novela no te decepcionará.

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