La ciudad que nació grandiosa y otros relatos es una recopilación de relatos con la que la maravillosa N.K. Jemisin nos introduce a diferentes mundos e historias distópicas. El libro, publicado por Nova en España, ha recibido el Premio Locus 2019 a la mejor colección de relatos. Y no es para menos: a lo largo de 420 páginas, Jemisin nos hará vivir historias de aventuras y pasión, de ciudades con alma y de brujas blancas protagonizadas siempre por personajes minoritarios y extremadamente carismáticos.
Esta es nuestra reseña de La ciudad que nació grandiosa y otros relatos. Esperemos que la encontréis muy herrumbrosa.
Sobre los relatos incluidos en La ciudad que nació grandiosa
Nunca sé muy bien cómo resumir el argumento de los relatos incluidos en recopilaciones, así que vamos a introduciros en una breve frase cada uno de los que incluye.
Los que se quedan y luchan nos introduce en un mundo distópico en el que, aparentemente, no existe desigualdad por raza.
La ciudad que nació grandiosa es la historia de un vagabundo capaz de escuchar a la ciudad respirar… y de salvarla de su propio destino.
Bruja de tierra roja nos introduce en el pasado, Alabama, donde la Dama Blanca acecha a los niños negros para llevárselos a cambio de horribles pactos.
L’Alchimista nos llevará al interior de una cocina, donde una cocinera recibe la misteriosa visita de un hombre con un reto muy extraño.
El motor de efluencia es una historia de aventuras en la que Jessaline, una espía haitiana, intenta conseguir completar unos planes especialmente importantes para la supervivencia de su nación como un pueblo libre.
Cielos de nubes draconianas es una distopía futura en la que el cielo se ha vuelto de color rojo y los empíreos creen ser capaces de solucionarlo.
La chica troyana nos introduce en una historia de ciencia ficción en la que una serie de IAs descubren a una joven prácticamente perfecta y se disputan con otro grupo su vida.
La mejor de su promoción es un canto en defensa de las jóvenes que destacan por ser brillantes en el instituto, a pesar de que ello las venda a un enemigo poderoso.
El reemplazo del cuentista es una historia de hadas en la que un rey, desesperado por conseguir engendrar un hijo, decide comerse el corazón de una dragón.
Las novias del cielo se ambienta en una distopía futura en la que el problema de esterilidad ha conseguido que Dihya, desesperada, sabotee las reservas de agua de su aldea.
Los evaluadores es un relato corto escrito en forma de mensajes enviados sobre la conversación entre una presa y un evaluador.
Caminar despierta es la historia de una mujer cuya función en la vida es entregar cuerpos jóvenes y sanos a los maestros para que estos puedan parasitarlos.
La bailarina del ascensor trata sobre un guardia de seguridad que, aunque sabe que está prohibido, se obsesiona con la imagen de una mujer que baila cada día en el ascensor,.
Cuisine des Mémories nos traslada a un misterioso restaurante con la capacidad para replicar cualquier plato de cualquier momento del tiempo, aunque su protagonista no acabe de creérselo del todo.
Hambre de piedra es un spin-off ambientado en la Trilogía de la tierra fragmentada en la que una joven orogen da con la comuna de Ykka.
En la ribera del río Lex nos introduce en la vida de Muerte, la cual camina por el mundo encontrándose con diferentes seres que desean morir.
El narcomante nos lleva a un mundo en el que Cet, segador, se ve involucrado en las rencillas de dos mujeres en una carrera por el poder de su aldea.
Henosis es un relato dividido en capítulos desordenados sobre una mujer que secuestra a su escritor favorito para impedir su muerte.
Ayeres escasos, porvenires insuficientes narra la historia de un grupo de gente desconocida atrapada en un bucle que hace que todo se repita.
Un tren para ti es la conversación telefónica de una mujer que empieza a encontrarse con trenes de líneas inexistentes alrededor de su vida.
Probabilidades distintas de cero nos introduce en una Nueva York en la cual la suerte ha cobrado una forma tan sólida y tangible, que la gente vive con miedo constante.
Por último, Santos, pecadores, dragones y apariciones en la ciudad que yace bajo las tranquilas aguas es una crónica de la vida de un hombre que resiste a un huracán.
Los temas comunes de los relatos: personajes maravillosos y gente de color
Leer el prólogo escrito por N.K. Jemisin es simplemente esencial a la hora de comprender La ciudad que nació grandiosa y otros relatos. En él, la autora nos explica las dificultades que tuvo para comenzar una carrera como escritora siendo precisamente mujer y además de raza negra. Ante la presión de conseguir venderle sus libros a los editores, muchos le dijeron que era esencial que crease protagonistas blancos.
¿La respuesta de Jemisin? Exactamente esta:
Yo seguía usando personajes negros porque no me podía permitir excluirme de mi propia ficción, joder.
Así, cada uno de estos relatos está protagonizado por personajes reales: minorías y vagabundos, jóvenes discriminadas, mujeres negras poderosas que no se someten y aquellas que, por miedo, harían cualquier cosa que les pidiera un blanco para proteger a sus hijos. Luchadores o temerosos, ricos o pobres, mulatos, negros y criollos: todo un abanico multicolor en el que ni el amor es el fin último de la vida de estos maravillosos protagonistas, ni siempre tienen razón.
Se hace el silencio. Mientas Zinhle trata de comprender. Su sociedad… no. La humanidad… ¿no la quiere? ¿No quieren a los que son diferentes, con independencia de las contribuciones que puedan realizar? ¿No quieren a los niños que no pueden evitar ser únicos a pesar de que el sistema los obliga a conformarse, a ser mediocres y a no sobresalir en nada?
En ese sentido, tal y como nos tiene acostumbrados Jemisin en sus otras obras (como en la Trilogía de la Tierra Fragmentada, en la que los términos como “herrumbroso” y “orograta” se incorporaron fácilmente a nuestro vocabulario), las palabras tienen especial importancia. La forma con la que los personajes usan el adjetivo “negro” y cómo en algunas sociedades este se ha desprovisto de su significado peyorativo, pero en otras sigue siendo un arma básica para la discriminación.
Y sobre todo, sus relatos nos hablan continuamente de la discriminación que se vive al ser una persona de un color diferente que el blanco de la nieve pura. A través de los relatos, que continuamente están aderezados de elementos mitológicos de otras culturas (como la Dama Blanca, procedente de Irlanda), nos habla de la historia de la segregación, del miedo de las madres, de la revolución haitiana y de la destrucción del planeta.
Lo asó con apio deshidratado y mucho romero de su jardín, y añadió la cáscara de una naranja que Pauline había encontrado la carretera de atrás de un mercadillo ambulante. Emmaline había castigado a la cría con una azotaina porque, aunque «encontrar» no era lo mismo que «robar», los blancos no atendían este tipo de diferencias cuando había niñas de color de por medio. Pero Pauline, que era astuta como un zorro y un motivo de orgullo para Em, había mirado muy fijamente a su madre después de que esta le increpase.
Mamá, seguí al camión hasta una señal de stop y se la ofrecí para devolvérsela. Sabía que el blanco no la querría porque la había tocado yo. ¡Y no la quiso! ¡Así que la traje!
A través de estos personajes conoceremos las represiones con las que los franceses intentaron convertir de nuevo a Haití en un país de esclavos; el miedo y la indefensión de los esclavos e incluso el pavor de ver a la policía pasar cuando eres una persona negra sin hogar. Y Jemisin lo hace maravillosamente bien al introducir este tipo de discriminación en el texto de forma completamente natural, de manera que los personajes no se sorprendan cuando un niño esclavo afirma que tirará las semillas de las uvas que ha comido al fuego para que su amo no se entere mirando en sus excrementos si ha comido fruta, etc.
Pasajes simplemente aterradores entre los cuales siempre se traslada un pequeño brillo de esperanza, de lucha y de rebelión, de cambio no importa las dificultades.
Al mismo tiempo, Jemisin emplea a menudo el geo locis, o la capacidad de otorgarle a un lugar o una ciudad características que la vuelven un personaje en sí mismo. Esto lo consigue no solamente hablándonos de ciudades que respiran como en el caso del relato “La ciudad que nació grandiosa”, sino también a través con descripciones de paisajes funestos y aterradores donde el Planeta Tierra ha sido mancillado por la codicia y la avaricia de los humanos, donde las plantas son completamente inexistentes y la humanidad se enfrenta entre la tradición más conservadora y la ciencia como vehículo de salvación.
Monjas, imanes, mitos y religión
A la hora de representar a diferentes culturas en diferentes puntos de la historia, Jemisin no se corta en absoluto al tocar temas de profunda sensibilidad religiosa en algunos de sus relatos. Esto ocurre por ejemplo con el relato “Las novias del cielo”, ambientado en una sociedad distópica donde un grupo de mujeres se lamentan de la falta de hombres y por consiguiente de la inevitable extinción de su aldea. En ese contexto nos encontraremos con Dihya, una mujer extremadamente piadosa que acusa al resto de mujeres de su comunidad musulmana de no temer lo suficiente a dios. En este capítulo en el que la figura del imán es uno de los ejes centrales, se pone en tela de juicio el uso del pañuelo cuando no hay hombres alrededor, abriendo el debate silencioso en la mente del lector ya que teóricamente el velo representa la «sumisión y la modestia de una mujer frente a su Creador» por lo que la presencia de una figura masculina no tendría que influir realmente en esta decisión.
Fue por la criogenia, Dihya. Hasta la mujer más digna le costaría sentirse como una desvergonzada cuando está en coma.
«Y solo la más mojigata seguiría usando el velo cuando no hay nadie alrededor por quien ponérselo», estuvo a punto de añadir.
Al mismo tiempo, muchos de los cuentos y relatos incluyen elementos de mitologías lejanas y extrañas. Este es el caso, por ejemplo, de “Bruja de tierra roja” donde Jemisin introduce a la Dama Blanca, un ser propio de la mitología checa y alemana que encarna el fantasma de una noble europea. Para generar un mayor drama en la historia, Jemisin mezcla esta figura con la idea de un vampiro que mora en el mundo de los sueños y que, como la Santa Compaña, lleva detrás de sí un séquito de almas que deben servirla para siempre.
Pero sin duda uno de los temas favoritos para Jemisin en estos relatos es el de la inteligencia artificial. En muchos relatos, entre los que destacan el de “La chica troyana” explora la idea de la fusión de los seres humanos con conciencias artificiales que se expanden como virus y que, al igual que en las obras de Asimov, se ven limitadas por las fronteras de la conciencia y del mundo real.
Revolución y la necesidad de intervenir para luchar contra las injusticias
Si algo deja claro Jemisin a lo largo de sus relatos es que es una ferviente defensora de la necesidad de que la gente no se lave las manos ante las injusticias de las que sea partícipe. A lo largo de diferentes relatos entre los que podemos citar “La mejor de su promoción”, “El motor de efluencia” o “Caminar despierta”, Jemisin nos alinea con protagonistas con los que podemos sentirnos identificados: gente de a pie, corriente, con sus miedos y sus problemas que tiene todo que perder si no interviene para ayudar a los menos favorecidos.
Dichas atrocidades volverán a ocurrir si no nos ayudas, mademoiselle Rillieux. Pero en esta ocasión hemos sido libres dos generaciones. Imagina todo el miedo y la servidumbre que esos hombres cristianos tendrían que devolver a nuestros corazones.
De esta forma Jemisin realiza una fuerte crítica a los conformistas, aquellos que creen que la maldad del mundo es ajena a sus actos o que su participación en un conflicto no cambiará la balanza.
No hay revolución sin derramamiento de sangre. No puede haber libertad sin estar dispuestos a morir,
En “La mejor de su promoción” nos muestra la fea cara de una joven acosada por el bullying más violento sin que nadie jamás salga a defenderla e incluso en otras historias como “Hambre de piedra” llega a justificar el que se tomen repercusiones violentas contra personas que han ejercido un terrible mal a tu alrededor.
Qué fácil es tener principios cuando no tienes que ponerlos en práctica.
Es inevitable que las palabras de Jemisin no resuenen en la conciencia de cada uno y le hagan preguntarse si realmente estamos haciendo todo lo posible por salvar al mundo, salvar a nuestros semejantes, ayudar a los que nos necesiten sin la necesidad de ponernos por ello la etiqueta de héroes. Acomodados en nuestros lujos en el primer mundo, leemos sobre la discriminación racial en Alabama en “Bruja de tierra roja” como si el miedo que sienten las madres ante la proximidad de una persona poderosa blanca a sus hijos hubiera desaparecido.
Hoy en día, todo el mundo es un esclavo. La única diferencia es que Zinhle no finge que no lo es.
Influencia de otros autores: de Kazuo Ishiguro a Neil Gaiman
Muchos de los relatos que encontraremos en La ciudad que nació grandiosa tienen fuertes influencias de autores como Neil Gaiman o Kazuo Ishiguro. Precisamente en Caminar despierta nos encontramos con el problema ético que supone cultivar cuerpos humanos, aunque estos sean clones, para un grupo privilegiado.
En Nunca me abandones, Kazuo Ishiguro genera la duda en la mente del lector sobre la propia existencia del alma y si los seres clonados son realmente humanos o simples contenedores de órganos. “Caminar despierta” hace algo similar, creando a una protagonista que debe entregar cuerpos de niños, los cuales son objetivizados, a unos Maestros para que estos puedan dominarlos.
Otros relatos como “En la ribera del río Lex” personifica a la muerte de una forma muy similar a cómo lo ha hecho Neil Gaiman y genera dentro de los dioses la necesidad de ser recordados y reverenciados para poder vivir (al igual que ocurre en American Gods). Incluso hemos podido percibir ciertos matices de Pauline Gedge en el relato “El narcomante”
Opinión personal de La ciudad que nació grandiosa y otros relatos
Mucho se ha dicho de esta recopilación de relatos: que si son ejercicios de escritura, que si no deberían haberse publicado, que si el premio es inmerecido… y veréis, no estoy tan de acuerdo con una crítica tan dura. Es evidente que algunas de las historias huelen de lejos a ejercicio de escritura y que otras son simplemente un ejercicio de onanismo de la autora a la hora de explorar más el mundo creado en la Trilogía de la tierra fragmentada sin tener mucho que contar.
Pero también es cierto que en el interior de estos cuentos hay historias maravillosas y muy potentes con imágenes que te costará olvidar fácilmente. Por ejemplo, una bruja de tierras rojas que devora niños negros porque sabe que nadie los buscará; una cocinera con una receta milenaria o el sabor de la comida de una joven a la que perdiste hace mucho tiempo.
He disfrutado con la gran mayoría de los relatos y algunos me han traído reminiscencias de historias geniales, como el relato de “Caminar despierta” que creo que encajaría perfectamente dentro del mundo de la trilogía de Los ojos bizcos del sol. Pero tampoco podemos negar que algunos hasta me ha costado terminarlos y me he visto tentada a saltarme las páginas.
Así que… sí, La ciudad que nació grandiosa te gustará si conoces a Jemisin, si has leído otras obras de ella y si sabes ser paciente a la hora de introducirte en sus relatos. No todos merecen la pena, pero los que sí marcan la diferencia.
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