Alejandra Parejo, la escritora española que acaba de publicar su segunda obra, Una madre, con ADN Novelas, es una de las voces más jóvenes y conmovedoras del panorama literario español. Su talento como escritora que le permite crear obras conmovedoras y emocionalmente muy complejas, nos ha conquistado por su forma de aproximarse a temas complejos desde una perspectiva realista y limpia, sin juzgar a nadie.
Su segunda obra, Una madre, es un libro conmovedor y poético que habla directamente al corazón de una generación de millennials que se sienten abandonados y solos. La novela se centra en Bruna, una mujer que decide ser madre soltera a pesar de las objeciones de su pareja. La vida de Bruna da un giro drástico mientras lucha con la abrumadora responsabilidad de cuidar a su recién nacido, cuestionando su capacidad para ser una buena madre y lidiando con la responsabilidad de encargarse de la vida de su madre, la cual sufre un trastorno bipolar, que necesita su ayuda después de un desafortunado accidente doméstico. Parejo deconstruye magistralmente la imagen idealizada de la maternidad que a menudo se retrata en los medios y explora la naturaleza opresiva de la abrumadora responsabilidad de criar a un hijo. Una madre es una representación cruda y emocional de los desafíos de la maternidad y el vacío que puede resultar de ser una madre soltera.
Hoy, hemos tenido la oportunidad de entrevistarla y preguntarle por su proceso creativo y varios temas que explora su novela. Esperamos que disfrutéis tanto de la entrevista que le hemos hecho a Alejandra Parejo sobre Una Madre tanto como nosotras.
¿Qué te inspiró a escribir "Una madre" y cómo llegaste a la idea de la trama?
Empecé a plantearme la relevancia que tienen los cuidados que rodean a la familia, ese compromiso latente que existe prácticamente desde que naces; también la figura de hija/o y cómo los cuidados van intrínsecos en ese papel, la responsabilidad de apoyar a tus padres cuando entren en la etapa de la vejez. Un día, hablando con un amigo, me pregunté qué pasa cuando a ti no te han cuidado en tu infancia y te encuentras en esa situación y eso fue como un estallido que me llevó a encontrar la trama para contar la historia de Bruna.
La novela explora el concepto de la mala madre a través de la relación entre Bruna, Íñigo y su propia madre. ¿Podrías hablar sobre cómo enfocaste la presión que siente Bruna por ser una buena madre a lo largo de la obra?
Quise enfocarlo desde varios lugares, pero el que tiene más peso creo que es el de las expectativas. Bruna se ha pasado prácticamente toda su vida a la espera del reencuentro con su madre y eso ha hecho que se imagine todas las situaciones posibles desde su propio deseo. Ninguna de esas ideas se han hecho tangibles de forma natural, están todas adornadas por su imaginario, no existen, y eso hace que, cuando llega el momento de ser madre, no sepa ni por dónde empezar. Supongo que la culpa puede aparecer de la misma manera cuando tu madre sí ha estado presente, pero quise colocar la ausencia de referentes en el centro porque supongo que es esencial ver cómo lo han hecho otras personas antes que tú para apoyarte en su experiencia, tener la oportunidad de preguntar.
¿Podrías explicar cómo surgió la idea de escribir la escena en la que Bruna toma la decisión de permitir que otra mujer amamantara a su hijo? ¿Crees que este capítulo representa modelos de crianza no tradicionales?
La idea surgió al pensar en cómo podemos ayudarnos unas a otras, en el poder que tiene mostrarse vulnerable, pasar la carga un rato, compartir, no juzgarnos. Supongo que surge ante la necesidad de narrar todo esto. No creo, de hecho esta figura ha existido durante mucho tiempo en mujeres que trabajaban como nodrizas. En este caso para nada es así, no hay un intercambio de dinero ni de nada más que una buena intención y ganas de ayudar en un caso extremo. No pretendía representar un modelo de crianza diferente, simplemente quería retratar a dos mujeres que se sostienen en un momento complicado.
En la novela, la protagonista evita decir el nombre de su hijo durante la mayor parte de la trama. ¿Podrías hablarnos sobre la razón detrás de esta elección narrativa y cómo afecta a la construcción del personaje y de la historia en general?
Sí, Bruna no es capaz de nombrar a su hijo porque no consigue conectar con él. Hay algo entre ellos que se resiste. No encuentra el amor tan inmenso del que le han hablado y que tanto había idealizado y eso hace que no sea capaz de nombrarlo, como si no existiera del todo.
En Una madre, se puede ver cómo deconstruyes la idealización de la maternidad actual y muestras la soledad y el aislamiento que a menudo experimentan las madres. ¿Podrías hablar un poco más sobre cómo exploraste estos temas y por qué fueron importantes para ti abordarlos en tu historia?
Supongo que a través de la observación. Tengo muchas amigas que ya hace años que tienen hijos, tres de mis cuatro hermanas también, he leído literatura relacionada con la maternidad, he visto películas y series y, además, siento que hay algo que me conecta con la maternidad desde que soy pequeña y eso ha hecho que ponga la atención sin querer durante muchos años.
En la novela, Bruna nota que los médicos y enfermeras infantilizan a su madre por su trastorno bipolar. ¿Por qué crees que sucede esto y cuál es tu opinión al respecto?
Sí, la infantilizan constantemente. Encarna no es tratada como una adulta casi en ningún momento. Quizá solo se le trata como una adulta cuando hay que pedirle explicaciones. Es injusto. Creo que sucede porque no se asume la enfermedad. No quiero decir que lo hagan siempre los médicos, para nada, simplemente ocurre así en la historia que yo he querido contar.
¿Crees que la novela arroja luz sobre la importancia de tratar las enfermedades mentales y ofrecer un cuidado adecuado para aquellos que las padecen? ¿De qué manera abordas este tema en la novela?
No lo sé. Mi intención era contar el estigma que hay con algunas enfermedades mentales, la poca información que tenemos todavía (y eso que ya hace unos años que se está hablando mucho más de todo esto), lo difícil que es cuidar del otro aunque tus intenciones sean buenas, lo complicado que es asumir que alguien importante para ti tiene una enfermedad mental y todo lo que conlleva emocionalmente para las personas que cuidan.
¿Tuviste la oportunidad de hablar con personas que han experimentado la enfermedad mental de cerca, o trabajado con algún experto en salud mental al investigar y escribir la novela?
Sí, tuve la suerte de hablar con una persona cercana que tenía una situación difícil —una madre con una enfermedad mental— y me ayudó mucho. Estoy muy agradecida por su generosidad.
¿Qué fue lo más difícil de escribir esta novela? ¿Hay algún aspecto de la historia que te resultó especialmente desafiante de plasmar en el papel?
Lo más desafiante fue crear ese espacio cerrado, un poco claustrofóbico, sin caer en sentimentalismos o en una historia demasiado oscura.
¿Cuál es tu proceso de escritura? ¿Cómo te acercas a la creación de personajes y a la durísima situación que atraviesan?
El proceso de escritura empieza mucho antes de sentarme a escribir. Apunto ideas en un grupo de Whatsapp que tengo sola (me lo enseñó un amigo hace poco, lo apuntaba todo en notas y ahora ya puedo enviarme hasta notas de voz, que es raro enviarse notas de voz a una misma, pero las ideas vienen cuando quieren y así no se escapan ni aunque tengas las manos ocupadas), esbozo en cuadernos, pruebo voces con algunos capítulos, estructuro la trama. Cuando ya tengo toda esa parte, me siento a escribir cada día como si fuera cualquier otro trabajo. Me despierto muy pronto, sobre las 5/6 de la mañana, porque a esas horas no hay tanto ruido y voy por orden. Capítulo a capítulo, sin saltarme ninguno. A veces es duro porque quizá ese día no estoy preparada para lo que el personaje necesita atravesar, pero por ahora me funciona así.
¿Estás trabajando en algún otro proyecto literario actualmente? ¿Podrías compartir algo sobre él?
Todavía estoy en el proceso inicial, no tengo una idea muy cerrada. Cuando sepa más, te cuento.
Por último ¿conocías de antes Momoko? ¿Qué te parece nuestro blog?
La verdad es que no, pero me parece muy interesante. ¡A partir de ahora lo leeré!
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