Las diez historias que componen este libro plantean un escenario espeluznante en el que lo sobrenatural irrumpe en la vida cotidiana y se apodera del espacio doméstico. En el primer relato, una lámpara con forma de conejo trae la desgracia a toda persona que la posee. En otro, una mujer se ve atormentada a diario por una extraña criatura que surge del inodoro. Unas píldoras anticonceptivas que embarazan; un robot que despierta sentimientos en su creadora; reyes, princesas y monstruos, fantasmas, cicatrices y todo tipo de maldiciones llenan las páginas de esta colección de género inclasificable, a medio camino entre el realismo mágico y el terror; la ciencia ficción y la literatura del absurdo. La autora coreana Bora Chung utiliza elementos fantásticos y surrealistas para desgranar los efectos del patriarcado y el capitalismo en la sociedad moderna, más concretamente sobre las mujeres y su papel en el mundo actual. Valiéndose de lo ilógico y lo escalofriante, y recogiendo elementos de las leyendas tradicionales de Corea, estos relatos deslizan, a modo de fábula siniestra, una cruel enseñanza sobre la oscuridad de la naturaleza humana. Publicada por primera vez en castellano, Bora Chung se erige como una nueva voz de la narrativa fantástica que expande los límites de cualquier género con una personalidad arrolladora.
No solo eso, sino que la forma en la que trabaja las conclusiones, ya sean capitulares o argumentales de sus relatos, espanta por la forma tan abrupta y absurda de presentarlas. Apresurado e inexplicable es el final de Adiós, amor mío y la manera en la que la obstetra le dice a la joven de la regla que se ha quedado embarazada por usar mal el anticonceptivo sin haber mantenido relaciones sexuales de ningún tipo está mal planteado y resulta, sin duda, poco creíble.
Así, la lectura de Conejo maldito va oscilando entre relatos que prometen ser fascinantes, como La trampa, que se resuelven muy pobremente; y otros que, directamente, como El amo del viento y la tierra, no entiendes cómo han sido elegidos para estar ahí. He de marcar un gran paréntesis sobre esta opinión, ya que el último relato de todos, El reencuentro, sí me pareció pulido, sorprendente y que transmitía una sensibilidad que se alejaba de lo superficial y está claro que el cuento principal, Conejo maldito, es imaginativo. Desgraciadamente no es suficiente como para que pueda recomendar, con la conciencia tranquila, esta antología de relatos. No es para mí. Quizás, en su lectura en la versión coreana, funcione un poco mejor.