Historia autobiográfica sobre cómo el alcoholismo de Kabi Nagata la llevó a una hospitalización de urgencia que casi acaba con su vida.
Kabi Nagata puede resultar frustrante, confusa y a veces genera cierto resentimiento al ver cómo se sabotea continuamente y cómo toma las peores decisiones posibles para su vida, pero su estilo de dibujo tiene algo mágico que funciona a todos los niveles y que convence al lector. No es una gran autora de fondos y comparado con su primer manga, Mi experiencia lesbiana con la soledad, ha ido dejando de dibujar detalles, trabajar en la creación de otros personajes o dotar a sus viñetas del potentísimo significado emotivo que tenían en un primer momento; pero aún así, vivir a su lado todas las pésimas decisiones que ha ido tomando y conocer a su familia hace que la sientas cerca de ti.
La autora demuestra de alguna forma una suerte de confianza y valentía muy necesarias a la hora de sensibilizar temas como la depresión, el suicido, la anorexia, el alcoholismo y la soledad en un país que a menudo se idealiza y que puede ser, tal y como Kabi nos muestra, implacablemente amable con la gente autodestructiva.