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NOTA: 9

Jugando a las casitas, critica de un manga que te hará doki doki

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Escritora consumada, concept artist en ciernes y adicta al trabajo. Do...


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Imágen destacada - Jugando a las casitas, critica de un manga que te hará doki doki

Jugando a las casitas es el sexto tomo de Sho-komi que Mai Ando publica en Japón. Sin embargo, en España, para poder consumir sus preciosas historias de la mejor manera posible tendremos que irnos a Trampas agridulces de Fandogamia. Ahora, por fin, podemos disfrutar de esta recopilación de cinco historias cortas englobadas en el shojo más dulce y pastelero y con los ojos más desproporcionados del mundo. ¿Tenéis el kokoro a prueba? ¡Pues vamos allá!

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Las cinco historias que cuenta Mai Ando

Mai Ando nos introduce en la vida de una pareja (ya sean amores oficiales o simples conocidos) en cada una de nuestras cinco historias.  

La primera de ellas, que da nombre al tomo, es Jugando a las casitas. Nagisa es una joven que ya va a bachiller y está pensando en casarse. Pero todo se complica cuando su madre y la de la vecina deciden irse de visita y le dejan el mayor problema del mundo: ¡Nagisa y su amigo de la infancia, Asuka, tendrán que vivir juntos ese tiempo! Asuka es un año menor que Nagisa pero desde que llegó la adolescencia está insoportable. ¿Será por que los que se pelean, se desean?

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La segunda historia, nos introduce en la vida de Sachi y Gaku. Gaku es una estrella en su instituto: es popular, tremendamente guapo y además el mejor goleador de su equipo de fútbol. Pero Sachi a su lado se siente fea y fuera de lugar. ¿Serán todo imaginaciones de Sachi? ¿O es que en realidad Gaku se avergüenza de ella?

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La tercera historia es un poco más retorcida. Kurosu es un chico pícaro y malvado al que comparan siempre con un gato. Pero a Ogura le gusta mucho así que no duda en decirle que sí cuando, después de confesarse, este le pregunta si quiere que salgan juntos. Sin embargo todo parece indicar que Kurosu se está aprovechando de ella. ¿Son de verdad una pareja? ¿O es que Ogura no es suficiente para su atractivo novio gatuno?

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La cuarta historia sigue el reciente noviazgo de Chiaki y Junpei. Los dos son amigos de la misma pandilla pero cuando Chiaki se declara, Junpei no duda en decirle que sí. El único problema es que nunca encuentran tiempo para estar en pareja… ¿será cierto esa leyenda del castillo de Tanabata, que dice que si te besas durante los fuegos artificiales, tu amor será eterno? Y lo que es más importante ¿estará dispuesto Junpei a ponerlo a prueba?

No pases de aquí es la última historia de todas. En ella viviremos el apasionado odio de Aizawa contra el chico más popular y ligón de su clase, incapaz de entender el significado de una relación. Este se apuesta con el resto de la clase a que en una semana Aizawa pasará de odiarle a amarle. Pero ¿será capaz con lo pesado que es?

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Antes de nada, para el carro, Nietzsche bravo

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Mai Ando no dibuja para hacerte descubrir los pensamientos oscuros de tu más terrible subconsciente. Jugando a las casitas no es una obra de degenerada morbosidad artística en la que descubres que la protagonista siempre ha tenido un frustrado deseo hacia su padre. No. Es Shojo puro, pero del más puro que vais a encontrar. No le falta nada: chicas de ojos grandes y hermosos, ikemen (caballero guapo en japonés), fondos de flores y rosas, momentos embarazosos con los ojos llenos de lágrimas y, cómo no, también muchas escenas estereotipadas.  

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Es como pedir un bizcocho de fresa y descubrir que incluso el glaseado está realizado con ingredientes ecológicos: un dulzor increíble que te llenará la boca y te hará leerla y releerla una y otra vez para captar todos los detalles de romance que te has dejado atrás. Dentro de lo estereotipado del género, Mai Ando hace un esfuerzo por diferenciar a las protagonistas de las cinco historias y aunque alguna se solapa (por ejemplo Ogura y Nagisa), el resto son completamente diferentes y hasta tenemos a Aizawa para luchar por el feminismo en un instituto frente a un acosador (guapo y estúpido, de acuerdo), de manual.

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Aizawa es sin lugar a dudas mi protagonista femenina favorita en estas cinco historias y se abre paso contra el machismo estúpido de Igarashi a golpe de puñetazo; pero sin lugar a dudas los que brillan en estos casos son los personajes masculinos. Cada una de las historias está perfectamente diseñada para ofrecerte una introducción, nudo y un desenlace del conflicto emotivo, dulce y acorde a las expectativas soñadas.

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Cada uno de los chicos de estas cinco historias harán que tu corazón se acelere y te haga un poco doki doki, sin que haya encontrado en realidad en ninguno de sus finales un estereotipo tan grande o tan predecible como para que no me hubiese emocionado. Y oye, cuidado, soy una mujer madura con mucho shojo tras la espalda, pero lo que Mai Ando hace, es azúcar de primera calidad.

Sobre el dibujo de Mai Ando hay poco que decir, porque es KAWAII

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Cada autor tiene su propio estilo a la hora de ponerse a dibujar, eso está claro. Pero en el manga además el género influye radicalmente a la hora de plantearse desde el diseño de los personajes hasta el formato de las viñetas o los puntos a  resaltar en la acción. El shojo, además, se caracteriza por tener un estilo ligeramente estereotipado que ha variado poco a lo largo del tiempo.

Y sin embargo, no es fácil crear un shojo tan precioso como el de Mai Ando. Todas y cada una de las protagonistas cumplen los diferentes estándares de ojos enormes y cargados de detalle, pelo salido directamente del sueño de un estilista y una acción ambientada en los institutos. Mai reparte la acción de forma que no hay un exceso de viñetas pequeñas y apretujadas, sino que le da suficiente espacio tanto al protagonista masculino como a la femenina para que seamos capaces de conocerles, comprenderles y por último, admirarles y emocionarnos con ellos.

Cierto es que no existe una enorme variedad de cuerpos dentro de sus protagonistas. Solo habrá ikemens y chicas delgaditas y monas, no como en otros cómics como Slam!, pero quizás ese es el único defecto que se le podría achacar.

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or el resto, Jugando a las casitas es dulce, con una precisión técnica maravillosa y comentarios de la autora después de cada una de las historias. La edición de Fandogamia incluye además varias notas del traductor para ayudar a los menos aficionados al mundo de nipón a entender algunos detalles como cuándo es el festival de Tanabata, etc. Está impreso en tapa blanda, formato manga con cubierta con solapa y, como siempre, pequeños guiños interiores por parte de la autora.

Conclusión sobre Jugando a las casitas

Si te gustan los shojos pero no quieres meterte en una colección larga y cargada de giros de guión de forma injustificada, entonces tienes que hacerte con Jugando a las casitas. Este manga condensa en cinco historias los momentos más tiernos del mundo del romance estudiantil con una calidad artística de lujo. ¿Acaso podríamos pedir más?


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