El argumento de La venganza de Ariadna
Esta historia está contada por dos mujeres: Astrid y Martina.
Astrid está en Sabinia para escribir. Ella creyó que la soledad del pueblo le ayudaría a escribir su novela. Con este pensamiento en mente se traslada a una antigua casa propiedad de su familia con la única compañía de su gata Fada.
Martina será la encargada de romper esa tranquilidad al llegar una noche a la finca. Está deshecha en lágrimas y en pleno ataque de ansiedad cuando Astrid la encuentra. Sin pensárselo ni un minuto, Astrid decide acogerla y cuidarla hasta que la muchacha sea capaz de contarle qué le ha ocurrido.
Las mujeres de La venganza de Ariadna
No es raro encontrar una protagonista femenina en una novela, pero cuando esta es lesbiana entonces las cosas cambian. A lo largo de mi vida he leído muchos libros y el caso de Astrid es el primero que me encuentro.
Astrid es una escritora lesbiana hija de buena familia que vive en un pequeño pueblo en el que todo se sabe. A lo largo de la novela, Astrid nos explicará que su vida no ha sido fácil y que su familia no acepta ni su orientación sexual ni su estilo de vida. Ya que, además de ser lesbiana, es feminista y ese no es el prototipo de hija que sus padres hubieran querido.
“Sí, descubrir tu sexualidad antes que el sexo en sí está bien. No quiero decir que lo mío haya sido un camino de rosas. Pero sí hay cosas de las que me libré cuando a los once años dije que, si me casaba con alguien, sería con Mulán, no con ninguno de los príncipes.”
Por otro lado, la historia de Martina es algo más complicada: es una chica que ha sufrido un gran trauma y que necesitará tiempo para superarlo.
La novela está centrada específicamente en las historias de las protagonistas y del resto de mujeres que se relacionan con ellas. Aquí, el género femenino es el importante. No es de extrañar, por tanto, que sea una novela escrita por una mujer (Alba Quintas Garciandia) y dirigida principalmente a otras mujeres.
Es una novela que habla de relaciones tóxicas, de maltrato, de violaciones y de machismo, pero también de feminismo y sororidad.
“Yo también he sentido el miedo al volver sola a casa de noche por las calles de MAdrid. Yo también aprendí muy pronto qué significaban esas cifras de asesinadas en las noticias. Yo también grité <<si nos tocan a una, nos tocan a todas>> en las manifestaciones a las que fui.”
Sabinia, un pueblo retrógrado y pequeño
Sabinia es un pueblo con pocos habitantes y la mayor parte de de ellos son adinerados y de derechas. A pesar de que la autora no declara directamente las ideas políticas de los habitantes, estas se dejan entrever a lo largo de toda la obra. El lugar donde se ambienta la novela es la representación de cualquier pequeño pueblo de España. Una metáfora para representar una sociedad retrógrada, homófoba y machista. Un reflejo de la realidad del país.
La protagonista es lesbiana y feminista y precisamente por eso vivirá la total oposición y desprecio de todo el pueblo, lo cual acaba escalando en pintadas en los muros de la casa en la que está viviendo o el hecho de que se dirijan a ella con términos como feminazi, bollera, etc.
Lejos de amedrentarse, Astrid impulsa un proyecto feminista en el pueblo costeado de su propio bolsillo y que el ayuntamiento no ha aprobado en ningún momento. A pesar de ello, Astrid no se rinde.
Olga, la bruja de Sabinia
Olga es la única amiga de Astrid en el pueblo: una señora de más de setenta años sin pelos en la lengua y con mucho que decir. Varias veces a lo largo del libro se le da el nombre de bruja, ya que es lo que la llama el resto del pueblo.
Para los habitantes de Sabinia, Olga es una mala mujer que envenenó a su marido, que lanza sortilegios y que además no teme relacionarse con la lesbiana feminazi.
A pesar de su avanzada edad, es la mejor amiga de Astrid y la considera toda una consejera. A lo largo de la novela vemos en ella una figura de sabiduría y de sororidad. Olga siempre apoyará a Astrid y se muestra como una mujer fuerte y con experiencia que ha sufrido mucho a lo largo de los años, pero que también ha aprendido de estas experiencias. Ella no permite que los insultos de sus vecinos la traspasen, sino que se hace dueña de ellos y los usa a su favor.
El maltrato psicológico de Martina y las relaciones tóxicas
Como habíamos comentado al principio de la reseña, Martina aparece en el pueblo en pleno ataque de pánico y será Astrid la encargada de consolarla. Lo que ha provocado la desdicha de la mujer es haber vivido durante tres años inmersa en una relación tóxica. Sin embargo, Martinda no se da cuenta de lo tóxica que era su relación hasta estar en Sabinia alejada de todo y de todos. En la novela se nos muestra una narración de la fiesta de la que ella escapa y al mismo tiempo de su rutina durante esos tres años de relación.
El maltrato que nos muestra La venganza de Ariadna es psicológico por lo que es mucho más silencioso y más complicado de detectar que el físico. Su novio la mina psicológicamente ganándose a su familia y aparentando ser el chico perfecto que en realidad no es.
Ella tiene suerte de tenerlo a él pero no al revés. Ella es la rara, la tímida, la poco sociable, la que no sabe vestir sin los consejos de su novio, la que no sabe comportarse y la que al final es manipulada día sí y día también para que se aleje de sus amistades hasta que finalmente se aprovecha de ella.
Martina lo soporta todo porque cree que es lo correcto y poco a poco se hace cada vez más pequeña y se comporta exactamente como él quiere hasta el día en que todo explota.
La visibilidad LGTB en La venganza de Ariadna
Ya hemos comentado varias veces a lo largo de esta reseña que Astrid es lesbiana. En ningún momento se esconde ni trata de aparentar otra cosa. A lo largo de las páginas nos irá contando que supo su orientación sexual desde muy pequeña y que por ello la discriminaron en el colegio.
Ante esta situación, sus padres, lejos de prestarle apoyo, siempre han considerado que tuvo mucha suerte ya que nunca en el instituto no llegaron a pegarle.
La obra no solo nos muestra la homosexualidad, sino que también se habla de bisexualidad, una orientación que a menudo se invisibiliza y se trata como una fase. En la novela incluso veremos los típicos clichés en torno a esta orientación sexual.
Además no solamente veremos cómo se enfoca y se vive la bisexualidad en la época actual, sino que también veremos cómo lo vivió una de las mujeres de la novela en el pasado.
“Me decía que disfrutaba demasiado estando con él. Sí, con esas putas palabras. Me decía que cómo lo iba a saber si nunca había probado a estar con una mujer. Me decía tantas cosas que una parte de mí acabó por creérselas, lo que no hizo sino más sangre en la herida. Después de todo, no podía esconder lo que estaba ahí, lo que yo era.”
La ansiedad en La venganza de Ariadna
Otro de los temas que trata la obra es el trastorno de ansiedad. Tras la ruptura con su novio, Martina llega al pueblo muy agitada debido a un gran trauma que le afecta bastante. En el libro se visibiliza la ansiedad a través de personajes como Astrid, la cual reconoce haberla sufrido y haber pasado por varios médicos a lo largo de su vida.
“Mi primera visita a una consulta de salud mental fue cuando tenía doce años y ni yo misma sabía qué me pasaba. Ahora sí. Ahora lo controlo mejor. Pero eso no significa que pueda ser fuerte todos los días del año.”
También podemos ver cómo Martina ha padecido este trastorno por las altas exigencias que tanto ella misma como la sociedad le han impuesto.
“Soy de las que crecieron pensando que, si no sacaba un diez en todos los exámenes y si su apariencia no era impecable, no eran lo suficientemente buenas. Que no valían nada.”
Mi opinión de La venganza de Ariadna
Me he leído La venganza de Ariadna en una noche y creo que con eso ya lo digo todo: me ha encantado. Ya conocía a la autora debido a su novela La chica del león negro, pero esta novela es mucho mejor. Alba ha mejorado mucho en su forma de escribir y en sus descripciones, convirtiéndola en una novela que no lees por mero entretenimiento sino que te llega hondo, sobre todo siendo mujer.
Me ha gustado mucho cómo se trata el tema de la bisexualidad y de la sororidad. Astrid nos dice claramente que ha aprendido a ver a las otras mujeres como hermanas y que las ayudará siempre que pueda.
En definitiva: se trata de una novela imprescindible para entender el feminismo y la sororidad. Está dirigida sobre todo a las mujeres, pero la recomiendo a los hombres para que puedan entender un poco de lo que sufrimos todas cada día.
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