El mundo de hielo y fuego es una preciosa obra de formato enciclopédico que recoge la historia de Poniente y Essos a través de la pluma de un Maestres de la Ciudadela. En un formato en A3, con tapa dura e ilustraciones a todo color, El mundo de hielo y fuego se posiciona como una obra de lujo para todos aquellos que adoran la saga de Canción de Hielo y Fuego.
Escrito por Elio M. García Jr. y Linda Antonsson (webmaster de Westeros desde 1998), la obra encarna y recoge todo el canon oficial del mundo construido. Para asegurarse de que cada nombre y detalle eran correctos, el propio George R. R. Martin llegó a supervisar el texto, aportando incluso textos propios que enriquecen la propia obra.
Un poco sobre El mundo de hielo y fuego y lo que contiene
El mundo de hielo y fuego te llamará la atención primero por su enorme tamaño (un A3 de tapa sólida con sobrecubierta e impreso a todo color sobre papel no satinado de 120gr), después lo abrirás para ojear su contenido y muy probablemente, si eres fan de la obra de George R. R. Martin, lo acabarás comprando sin saber muy bien lo que contiene. Pero ¿qué importa? Este tipo de obras son una joya al alcance de muy pocos, donde la pasión del coleccionista pesa más a menudo que la curiosidad del lector aficionado.
Sin embargo, el interior de esta obra es un auténtico tesoro. Dividido en tres grandes apartados, El mundo de hielo y fuego recorre bajo la óptica de los que suponemos que serán al menos dos Maestres, la historia de Poniente y las curiosidades y evolución de cada una de las casas. La primera gran sección narra la historia de Poniente desde la época de los gigantes, la llegada de los primeros y la lucha contra los hombres verde; hasta el ascenso y caída del imperio de los Targaryen.
El segundo gran apartado del libro estudia cada uno de los Siete Reinos y los datos más interesantes de todos ellos: desde una respuesta a por qué Las Tierras de los Ríos han sido el territorio más conquistado e invadido de todo Poniente, hasta algunos datos de cómo algunos pueblos de la islas que rodean al norte estaban considerados caníbales.
Acompañados de mapas e ilustraciones a todo color capaces de quitarle el aire a cualquiera, la historia de las diferentes casas y sus herederos, la lucha de poder o las razones que impulsaron un tipo de arquitectura en cada zona u otra están magníficamente explicadas en las diferentes hojas con textura de pergamino de esta obra.
El tercer apartado, muy similar al que le precede, realiza un breve pero no por ello menos interesante análisis de Essos y las diferentes ciudades más allá de los reinos del Ocaso. Historias fascinantes detrás de los esclavos que fundaron Braavos, de la fallecida Volantis o de cómo las ciudades que más tarde se empeñaría en conquistar Daenerys (Myr, Lys y Tyrosh) funcionaban antes de ser sometidas por los Bondadosos Amos.
Finalmente la obra termina con el árbol genealógico de las diferentes casas de las que habla la obra, así como índice alfabético de las diferentes casas y personajes.
El aspecto estético de El mundo de hielo y fuego y cómo cuenta lo que cuenta
Decimos que que la obra finge haber sido escrita en dos períodos históricos diferentes precisamente por los epílogos que acompañan la primera y la tercera parte. El primer gran apartado finaliza con el reinado de Robert Baratheon, de manera que toda la historia que nos cuenta es anterior a los sucesos ocurridos en Juego de tronos, mientras que la tercera parte finaliza con la coronación de Tommen Lannister Baratheon.
Y es que toda la enciclopedia, lejos de aproximarse al tema de la cultura, arquitectura y construcción del lore y el universo de Canción de Hielo y Fuego desde una óptica seria y académica, lo hace a través de los ojos de un Maestre ficcionado el cual aporta su propia valoración subjetiva a los hechos que nos va narrando.
Es realmente fascinante ver cómo este Maestre realmente nos está contando la historia desde su punto de vista completamente sesgado. En ese sentido la obra no es un compendio de datos históricos colocados de una forma densa y abrupta imposible de leer sino que realmente se presenta como un esfuerzo por parte de un joven Maestre que recoge fragmentos de otros tratados y que apuntala sus textos con valoraciones personales. Así, cita canciones populares y títulos de obras ficcionadas, pero también creencias y leyendas no corroboradas y aporta su grano de arena insultando algunas fuentes documentales o incluso defendiendo a otros Maestres anteriores que cayeron en el descrédito por defender la magia.
Se ha demostrado que las aguas de las fuentes termales como las que se encuentran bajo Invernalia se calientan en los hornos del mundo, los mismos de los que nacieron las Catorce Llamas y la montaña humeante de Rocadragón. Sin embargo, el pueblo llano de Invernalia y de Las Inviernas cree que lo que calienta las fuentes es el aliento de un dragón que duerme bajo el castillo. Esta afirmación compite cen estupidez con las de Hongo y no merece atención alguna.
Para aportar credibilidad a su propio texto, añadir datos que puedan resultar curiosos o simplemente con el propósito de romper la monotonía de la lectura, el Maestre va intercalando entre los párrafos y las hojas extractos de otras obras, reflexiones sobre lo sucedido o incluso análisis personales sobre el suceso o territorio del que esté hablando en particular. Con frecuencia en la lectura de El mundo de hielo y fuego se nos iban los ojos a estos pequeños apéndices ya que encarnan la parte más interesante de todo el texto.
Pero sin duda lo que más llama la atención de El mundo de hielo y fuego es precisamente las ilustraciones repartidas que no dejan prácticamente ni una sola de estas 322 páginas sin decorar. Desde la preciosa ilustración de la portada y sobrecubierta de Corominas hasta el ingente reparto de retratos de reyes, hijos y amantes; escenas de batallas y ciudades, ilustraciones a página completa y en pequeños márgenes y otra serie de delicias visuales que te harán detenerte más de una vez en busca de parecidos y emocionarte con la calidad que encontrarás. Lo más llamativo de ese aspecto es cómo el estilo visual de todas ellas se mantiene consistente, de forma que aunque haya más de veinticinco autores involucrados en el arte de la obra, en ningún momento llegas a notar el salto de técnica unos a otros.
Al mismo tiempo, entre capítulos, la obra ofrece de vez en cuando pequeños saltos fuera del texto que amplían la información con datos, a menudo superfluos pero cuanto poco, muy interesantes, como por ejemplo, una lista de las amantes de cierto Rey o información sobre las batallas más notables de Danza de Dragones. Todo ello como fuente bibliográfica maravillosa que poder consultar a lo largo de la lectura (o, siempre teniendo en cuenta la disparidad entre la adaptación audiovisual y la obra escrita, viendo la serie de HBO Juego de Tronos).
Cómo se compone el complejo mundo de Martin
El libro y la mitología propia de Poniente y de los diferentes reinos que encontrarás en El mundo de hielo y fuego se alimenta de historias reales y costumbres de pueblos ancestrales que se entrelazan de una forma magistral para crear uno de los mejores universos fantásticos que existan. Es maravilloso descubrir las referencias y los detalles en los que se han inspirado y que forman parte de nuestra propia cultura general o de otros datos históricos que, por alguna razón, conocemos. Por ejemplo cuando el Maestre nos habla de La larga noche, nos explica que muchos enfermos y ancianos salían diciendo que iban a cazar a sabiendas de que no iban regresar jamás para dejarles más comida a los que tenían posibilidades de sobrevivir. Esta parte está inspirada en una práctica que se realiza en muchos pueblos del Polo Norte dentro de la comunidad de los Inuit. Otros detalles son por ejemplo la formación de los ríos en el Cuello en tres colores (como la confluencia de los ríos Danubio, Inn e Iltz en Passau, Alemania) y otros mil datos de genuino interés.
Leyendo esta obra no solamente contextualizarás el caótico y complejo mundo de Canción de hielo y fuego sino que también te dará mucha perspectiva en cuanto a los pasados y a las motivaciones de los personajes. Por ejemplo, Daenerys Targaryen siente una auténtica obsesión por acabar con la esclavitud debido a que ella misma se sintió un objeto de intercambio cuando la vendieron a cambio de un ejército a los dothrakis. Sin embargo, algo que aprenderás con esta obra es que realmente los valyrios fueron una de las mayores potencias esclavistas que hubo a lo largo de todo el reino y en sus minas de cobre, hierro y oro pereció una enorme cantidad de pueblos hasta el punto que las civilizaciones que tenían a su alrededor les tenían tanto pavor que huyeron para poder salvar su vida.
La información, sin embargo, a menudo exigirá por parte del lector un ejercicio de imaginación a la hora de hablarnos de ciudades caídas y perdidas, de civilizaciones que han cambiado su forma de ser de manera tan drástica que leer sobre su pasado choca contra todo lo que creías saber de ello. En el interior de estos textos aprenderás a respetar a Dorne, el único reino que no se sometió a los Targaryen; y a respetar los mitos y las creencias de cada zona de Essos y de Poniente y cómo la religión llegó a ser una parte fundamental del gobierno de ciertos reyes o la impulsora de la conquista de los ándalos.
Resulta maravilloso avanzar a lo largo de la historia y encontrarte de forma casual, casi por accidente, con nombres como Ilyn Payne o Sir Barristan Selmy en mitad de una contienda o incluso llenarte de orgullo cuando tu casa favorita (que aquí personalmente no son los Stark), demuestran haberse mantenido como gobernantes dignos y decentes a lo largo de los siglos que narra el Maestre Yandel.
Y al mismo tiempo, eres incapaz de evitar una sonrisita de suficiencia al darte cuenta de que el Maestre Yandel se equivoca muchas veces hablando de los gigantes extintos, de la razón detrás del secuestro de Rhaegar Targaryen a Lyanna Stark y muchas otras cosas más que te hacen cómplice de la obra y que te ayudan a conectar con ella de una forma de una manera intrínseca y muy poderosa.
Mi opinión leyendo El mundo de hielo y fuego
Antes de nada, niños de verano, no seáis como yo, empecéis la lectura, la abandonéis al llegar a la mitad y volváis a empezar un par de meses después: El mundo de hielo y fuego es una enciclopedia y como tal, hay que leerla poco a poco, admirarla, sacarla mucho de la estantería y tenerla en un lugar privilegiado del salón, quizás con un sujetalibros bonito, para presumir de las ilustraciones.
Dejando de lado lo preciosa que es la edición, vamos a hablar un poco sobre el contenido en texto. Si eres una persona acostumbrada a leer o escribir ensayos como yo y reconoces el proceso de documentación antes de ponerte a redactar, entonces acabarás desarrollando sentimientos de cariño y ternura por el pobre Maestre, al que yo imagino joven y muy motivado pero agotado al final de su titánico trabajo. Los apuntes y epígrafes que realiza en un aparte son tan maravillosos que se te van los ojos directamente a ellos y tiene un chiste muy recurrente en la que insulta a un enano bufón llamado Hongo que escribió las memorias de varios Targaryen.
La parte de la obra referente a la historia de los Targaryen es sin duda mi favorita. A lo largo de páginas y más páginas descubres que ni todos estaban tan locos como parecían ni Aerys, el apodado Loco, lo fue durante todo el tiempo. Con el aprendizaje de los movimientos de los pueblos, las conquistas y los sucesos pasados que narra el libro, aprendes a poner en perspectiva las casas y motivaciones, a comprender mejor Poniente y Essos y, sobre todo, a comprender que la magia ha ido muriendo poco a poco en el universo de Martin.
También es cierto que la lectura se hace pesada si te metes un atracón y que en ciertos momentos el Maestre no se expresa con suficiente claridad, haciendo que algunos datos no te cuadren (¿cómo va a tener tres hijos esta reina si murió con once años?) o que tengas que romperte la cabeza hasta entender que en Poniente d.C. significa “después de la Conquista”.
Pero al final del día, una coleccionista de obras preciosas como yo o una amante del mundo de Martin no puede perderse esta obra. Como lectura esporádica o consulta enciclopédica es maravillosa, y sus ilustraciones son suficientemente buenas como para pasar una Larga Noche, solamente admirándolas.
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