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Análisis de "Plaza de la Bacalá".

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Imágen destacada - Análisis de "Plaza de la Bacalá".

Argumento del Cómic “Plaza de la Bacalá”

El cómic “Plaza de la Bacalá” es un pequeño regalo lleno de nostalgia en forma de tebeo, un viaje a esos años ochenta cañís salpicados de humor con montones de reminiscencias al cómo respiraban antaño los barrios. Y a su vez también es una oda al costumbrismo, una rememoración de una época donde sus personajes no son grandes héroes, pero en su peculiaridad y también en sus defectos es donde reside toda su humanidad.

Nos encontramos ante una obra que perfectamente puede ser comparable con esos entremeses teatrales de Lope de Rueda, pero en su versión cómic ochentera. En cada uno de los rincones de la “Plaza de a Bacalá”, desde la sala de cine hasta el quiosco la sensación de cercanía, de familiaridad se nota y se extiende hasta todos los lugareños. Nunca hemos visitado la plaza, pero la reconocemos, porque La “Plaza de la Bacalá” es una plaza en concreto y son todas, es una época a la que Carmelo Manresa nos devuelve en todo su esplendor gracias a su obra.

Sobre el Autor: Carmelo Manresa

Nacido en Callosa de Segura (Alicante). En el año 1965 estudió Bellas Artes en la Facultad de San Carlos de Valencia y actualmente compagina su labor como dibujante de cómics con la de profesor de Enseñanza Secundaria. Ha colaborado en publicaciones de humor gráfico como El JuevesAmaniaco o TMEO. Así mismo ha participado como dibujante de humor en otras publicaciones ya desaparecidas como 2001MAD España, o la revista satírica de ámbito local EL TRENQUE, con la cual llegó a ganarse la simpatía del alcalde de su pueblo.

Análisis del Cómic “Plaza de la Bacalá”

Nos encontramos ante el clásico tebeo, y entendednos, decimos el clásico tebeo no por su contenido sino por su formato. Desfiladero Ediciones nos sorprende con una sutil edición, rústica con solapas donde el blanco y el negro le han ganado al color. Y esto es un verdadero acierto, porque la ausencia de color acompaña a la historia y nos hace meternos aún más en ese viaje al pasado que es “Plaza de la Bacalá”. Otro puntazo que nos da la obra es ese fantástico Prólogo escrito por Javier Ikaz (Uno de los creadores de ese fenómeno social llamado “Yo fui a EGB”), el prólogo en clave sentimental, que no nostálgica, nos mete perfectamente en situación y nos hace coger carrerilla para disfrutar aún más de todas esas historias que vamos a poder disfrutar a continuación.

La historia de “Plaza de la Bacalá” es simple y llanamente la vida, o más bien la vida pasada. El tebeo transporta al lector durante el rato que se tarda en leer la obra a esos fantásticos años ochenta españoles. Pero no a esos locos años donde la “movida” madrileña era el centro sociocultural de España, ni mucho menos. Nos lleva a esos años ochenta que se han podido vivir en todo el país, desde Galicia a Valencia. Donde los verdaderos órganos de las ciudades eran las plazas, y la sangre todos y cada uno de los habitantes de la zona que hacían día tras día que la vida fluyese.

Los protagonistas de la historia no son ni súper héroes ni malvados villanos, son gentes de a pié, personas con las que fácilmente podrías llegar a sacar un parecido más que razonable con ese vecino que tenías o aquel primo de uno de tus amigos de la pandilla. Y es que precisamente en eso es donde reside la magia, no te encuentras con grandes historias, te encuentras con anécdotas, auténticas vivencias que hacen que quieras seguir leyendo página tras página tratando de saciar ese ansia que todos tenemos por saber sobre la vida de fulanito o de menganito. Quizá esto no nos guste a la mayoría, pero al final siempre acabamos cayendo y nos convertimos en esa “vieja del visillo” aunque sea por tan solo unos segundos.

Opinión sobre el Cómic “Plaza de la Bacalá”

Plaza de la Bacalá” es ese cómic que aunque no sabes muy bien como, acaba haciéndote recordar todos esos momentos vividos tiempo atrás, donde las redes sociales eran la plaza del parque, las ensaladas no tenían sulfitos ni pesticidas porque las lechugas estaban recién sacadas de la huerta y donde la televisión todavía tenía carta de ajuste y solo existían dos canales.

Es un cómic realmente sencillo de leer pero que te atrapa haciéndote leer página tras página, historia tras historia. Con un dibujo muy característico que se les hará familiar a todos los asiduos lectores de esa revista llamada “El Jueves”. Todas y cada una de las historias de “Plaza de la Bacalá” son capaces de engancharte como lector, debido a su veracidad y su tono humorístico. Pero lo mejor es que incluso en la ficción de las historias, los personajes que obviamente son expresiones de normalidad llevadas hasta el absurdo tienen esa parte real, que nos hace poder reflejarnos en ellos.

Un detalle que nos encanta es el hecho de que la narrativa dentro del tebeo está muy cuidada y de una manera con dejes muy audiovisuales el lector puede llegar a ver que “Plaza de la Bacalá” es en realidad una “Sitcom” de barrio (Quién no se ha reído con las intervenciones del chiquillo que día tras día ve “moverse” de una manera un tanto extraña el Kiosko). Una mezcla entre “Cuéntame” y “Aída” donde por supuesto los personajes no llegan a tener un peso tan relevante entre ellos ya que la historia no es una historia en común, si no que los relatos se superponen unos a otros dándole a la “Plaza de la Bacalá” un contexto dentro del tiempo narrativo.

Tiempo atrás quedaron esas tardes llenas de “Mazinger Z”, de Aceite de Kolza y de infancias forjadas entre raspones en las rodillas y juegos en las plazas de las ciudades, pero gracias a este cómic, podemos evocar todos esos recuerdos aunque solo sea por un instante ya que “Plaza de la Bacalá” es un viaje en forma de tebeo que sin duda alguna acaba haciéndose corto. Cada uno de los relatos que se cuentan son tan reales que acaban pareciendo fantásticos. Son como pequeños tarros de cristal en los que puedes ver a través de ellos la vida misma, todas esas vivencias que van formando la historia hacen que “Plaza de la Bacalá” se convierta en una oda al realismo donde, estamos seguros, más de uno se verá reflejado en sus historias. Quizá no en todas, o solamente en una, ya que al fin y al cabo la historia de este cómic es la vida misma.

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