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NOTA: 7

Análisis de El don de Sofía, la novela negra con tinte naturista de Juan Luis Jiménez

rigoberta 0 Comentarios


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Imágen destacada - Análisis de El don de Sofía, la novela negra con tinte naturista de Juan Luis Jiménez

Hace bien poco que os anunciábamos en Momoko la publicación de El don de Sofía, de Ediciones Atlantis. ¡Y qué poquito hemos tardado en leernos la novela y subir reseña! Porque, si algo hay que destacar del último libro de Juan Luis Jiménez, es que nos ha enganchado hasta el final.

Sinopsis de El don de Sofía

Sofía es una adolescente de tan sólo 16 años de edad, pero mucho más madura de lo que cabría esperar. Sin una madre -pues ésta murió en el parto-, Sofía se ha criado con el cariño incondicional de su padre: el Teniente Coronel Villaverde, miembro del SEPRONA. Con él, precisamente, es con quien Sofía comparte el mayor de sus secretos: su capacidad para comunicarse con los animales.

En el libro se nos presentan dos historias distintas: La zona roja Instinto salvaje. Ambas tramas de la novela están separadas por seis meses entre la primera y la segunda.

La muerte de Eva, la hija del Juez Salcedo, de la Audiencia Nacional, es el detonante de una inusitada investigación policial. La hija del juez, que ejercía la prostitución para costear su adicción a las drogas, aparece muerta junto a un cliente por la mordedura de una serpiente. El padre de Sofía resulta herido durante la inspección dela escena del crimen por el animal, que resulta imposible de identificar. Con su padre debatiéndose entre la vida y la muerte, Sofía intentará obtener el antídoto para salvar la vida a su padre. La protagonista dispone de tan sólo 24 horas para salvar a su padre y encontrar al asesino en serie. Pero no lo hará sola, contará con la ayuda de su hurón Siro y de Samuel, Cabo Primera del SEPRONA.

En Instinto salvaje han pasado ya seis meses después de cerrarse el caso del asesino de las serpientes. Sofía asiste a un espectáculo circense junto a sus amigos Bea y Pedro, pero la noticia de que un niño ha muerto en la jaula de Taraka -un ligre, mitad león y mitad tigre- en extrañas circunstancias hace saltar las alarmas. Sofía se pone de nuevo manos a la obra y emplea su don para descubrir lo sucedido.

Sobre JLJ (Juan Luis Jiménez), autor de El don de Sofía

JLJ, o -juan Luis Jiménez, es Técnico de Hacienda en la Agencia Estatal de Administración Tributaria. Este madrileño se formó en la Universidad Autónoma de la capital, donde se licenció en Ciencias Económicas. El autor declara que desde siempre ha sentido verdadera pasión por los libros. Como suele ser habitual, estas ansias lectoras se tradujeron al poco tiempo en un afán imaginativo que lo llevó a inventar mundos alternativos. Desde hace años, Juan Luis Jiménez ha ido construyendo un amplio universo con sella propio, en el que tienen cabida todo tipo de personajes.

Y es que el escritor no se cierra en un único género. Desde el género del cuento infantil, con ¡Bum Bum! Dinobones, La leyenda de Joey, hasta títulos como Hijos de la crisis, realista, el escritor ha tocado todas las ramas. Quizás donde se mueve con más soltura es en los libros juveniles.

JLJ nos acerca en El don de Sofía sus convicciones más fuertes, desvelando por fin el que es uno de sus proyectos más queridos y personales hasta la fecha.

Análisis de El don de Sofía

Lo que más queremos destacar, por encima del resto, es el buenísimo ritmo del libro. Uno no se aburre leyendo, siempre sucede algo en la trama. Nunca sentimos que nos estancamos, o que los acontecimientos se precipitan y nos perdemos entre ellos. Una narración muy inteligente en el tema de la dosificación de los giros y la información.

El vocabulario que se emplea en El don de Sofía es amplio, quizás demasiado en ocasiones para estar escrito desde el punto de vista de una muchacha de 16 años. Por otra parte, siempre es un gusto leer un libro en el que encontramos un vocabulario rico y variado. Quizás es uno de los problemas de los libros con protagonista joven, que automáticamente obligan a un uso coloquial y poco elevado de la lengua. Aunque nos gusta el hecho de que Sofía hable de una forma más culta, nos descoloca un poco y nos saca del personaje en algunas ocasiones.

Un punto muy positivo es la independencia y soltura con que se desenvuelve Sofía. En todo el libro es ella la que suele tomar la iniciativa, la que tiene las ideas más ingeniosas y la que saca de un apuro en más de una ocasión a Samuel. Además, el hecho de que hable de su capacidad para hablar con los animales como un don nos ha parecido muy interesante. Es un alegato a la aceptación de uno mismo, o así lo hemos querido interpretar nosotros también. En el libro Sofía experimenta un cambio gracias a la divulgación de su don, primero a Samuel y más tarde a sus amigos. Esta confesión es una forma de aceptarse y mostrarse tal y como es ante las personas que le importan, empleando una característica por la que la podrían juzgar como una virtud y un punto fuerte. Ella misma lo denomina como don.

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-No estoy hablando de la víctima. 

Sam me mira, extrañado. 

-Necesito que me lleves a donde tengáis a la serpiente. Tengo que hablar con ella. 

El análisis de los distintos lenguajes animales que aparecen en la novela, así como la explicación que se aporta acerca de su pronunciación, son muy interesantes. El libro refuerza estas creaciones de lenguajes con un glosario de términos (de ambas historias del libro) al final del volumen que es de ayuda. Se nota que hay trabajo detrás de esta creación y que cada uno de los idiomas que se reflejan ha sido meditado previamente.

La decisión de nombrar los títulos de los capítulos por medio de una cuenta atrás nos parece de lo más acertada. Al menos, en nuestra opinión, suma un plus de angustia al ser conscientes del transcurso del tiempo en la historia y del tiempo que le queda a los protagonistas por delante.

La relación entre Samuel y Sofía no es la típica historia pasional e irracional. Ambos se sienten atraídos, pero a pesar de ello Sofía hace gala una vez más de su madurez y pone freno para evitar problemas. La química entre ambos personajes, sin embargo, es evidente y los diálogos están resueltos con mucha frescura. La división del libro en dos historias relacionadas, pero independientes entre sí, en dos casos, es innovadora y nos ha convencido. Es una buena forma de hacer una elipsis temporal y avanzar la trama. Aunque de esta forma nos queda la duda de si este final tendrá continuación con un segundo volumen.

Los fragmentos en los que Sofía hace gala de unas convicciones férreas en cuanto a los derechos de los animales, especialmente en la segunda historia del libro, son inspiradoras. Se da la casualidad de que Sofía comparte pensamiento con la lectora e este aspecto. Crítica al mundo del circo, a los cazadores furtivos, al comercio ilegal de animales, a la mala prensa de las serpientes o las palomas... Realmente estamos ante un libro naturista.

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En su forma de hablar percibo que es su orgullo lo que más le duele. Yo, por mi parte, me siento especialmente afectada por lo que me cuenta. A pesar de que por el trabajo de mi padre, conozco muchos casos parecidos, todavía me cuesta creer que el ser humano pueda encerrar tanta maldad. 

Percibimos, además, una crítica a mayores, de la marginación en los institutos mediante el personaje de Marta. Esta adolescente disfruta riéndose de sus compañeros frikis de clase y se cree superior a ellos. En la vida real hay muchas personas como Marta. En El don de Sofía, al final del libro se nos da una pincelada optimista al respecto cuando Rafael, el novio de Marta, parece reflexionar y admite que Sofía ha realizado una labor impresionante.

Opinión de El don de Sofía (contiene spoilers!)

El libro, en resumidas cuentas, nos ha gustado. No podemos negar que nos lo hemos leído en tan sólo un día y que nos ha atrapado, especialmente al final de la trama.

A pesar de esto, hay unos cuantos errores en la edición. Aparte de algunos fallos de acentuación, hay un par de líneas que se repiten de manera exacta en dos partes distintas del libro. Estos pequeños problemas con la forma del texto, sin embargo, no distraen de la lectura ni privan de su disfrute.

En cuanto al estilo del autor, nos ha encantado su forma de describir emociones, de adentrarse en la psicología de sus personajes. JLJ crea personajes únicos en su historia, incluyendo a varios animales que salpican toda la trama y que nos aportan un aspecto más reivindicativo gracias a Sofía. La sensibilidad con la que se aborda en el libro la psique de los animales con los que habla la protagonista, así como sus motivaciones y deseos, son excepcionales. En El don de Sofía, JLJ no cae en el sentimentalismo fácil. Refuerza a cada uno de los animales de la trama con una historia sólida detrás. Los dota de motivos y anhelos, sin obviar los instintos inherentes a su naturaleza.

Algo que nos ha desconcertado un poco de Sofía es, estando el libro escrito en primera persona, el vocabulario tan culto que emplea, especialmente como narradora. La protagonista cuenta con tan sólo 16 años, pero en sus descripciones, o a la hora de expresar sus sentimientos, emplea muchas veces palabras que no son propias de una adolescente.

Así como decimos que nos choca el lenguaje de Sofía, también se nos hace complicado asimilar que además de comunicarse con los animales y de su basto vocabulario, la muchacha de 16 años comprende y habla rumano y chino y conoce pasajes de la Biblia. Sabemos que este último detalle se justifica en el libro por las clases de Religión del instituto, y para los idiomas se explica que la base es similar a aprender los idiomas animales, pero aún así se nos queda un poco escasa la explicación. Nos parece que para la edad que tiene Sofía, es un personaje que domina muchas áreas y tiene conocimientos excesivos.

La historia es muy completa en todos los aspectos. Ya no sólo por la trama, también por los ambientes y sensaciones. Se nos presentan tanto escenas distendidas y relajadas, y también somos testigos de algunas partes escabrosas y hasta macabras -como la escena de la muerte de Álex al inicio de la segunda historia-. Las descripciones son uno de los puntos fuertes, como ya hemos comentado, de la novela. Hay partes de la novela en que, de repente, todo el escenario se envuelve en un halo devastador en el que se suceden muertes continuamente. Este contraste, sin embargo, está muy bien equilibrado y El don de Sofía mantiene en todo momento el estilo propio.

La edición del libro nos ha gustado especialmente. Es pequeño y, por tanto, muy manejable y permite así el que sea posible leerlo en cualquier parte este verano y en cualquier momento. De tapa blanda, que nos encanta, y con una portada de lo más cuidada, que ya nos había llamado la atención en la nota de prensa que realizamos recientemente.

Conclusión de El don de Sofía

La lectura de la novela es de lo más rápida. A nosotros nos ha durado poco más de un día. Esto se debe en gran parte al ritmo de la narración, que atrapa desde el principio. El flujo constante de información nueva engancha y provoca que uno busque pistas para resolver los casos junto a los protagonistas.

Desde luego, El don de Sofía es un libro que se disfruta a pesar de los pequeños errores de edición que hemos comentado anteriormente. La historia es muy interesante y te mantiene pendiente de lo que sucede. Los capítulos son cortos por lo general, con lo que la novela tiene ritmo y no aburre. Pueden acercarse a este título tanto amantes de la novela negra y de misterio, como los del género juvenil. Incluso hay cabida para el romance en la trama, y para la reivindicación social. Abarca bastantes temáticas, por lo que es difícil que el lector no se interese por la historia.

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