Si pudieras vivir eternamente, ¿seguirías creyendo en el amor?
¿Existe un alma gemela a la que estamos destinados sin saberlo? ¿Y si de pronto descubrieseis que realmente hay alguien a quien lleváis esperando toda vuestra vida y que ir en su busca es lo único que tiene sentido?
Opinión de Viajeros: almas gemelas. ¿Serías capaz de creer en el amor si fueras inmortal?
Opinión de Viajeros: almas gemelas. ¿Serías capaz de creer en el amor si fueras inmortal?
La expresión lívida y ausente del joven le recordó a la de los soldados muertos en los campos de Dijon. No hacía mucho que había regresado del frente y conocía demasiado bien la cara de la muerte.
Te pido que te acuerdes de mí, del hombre que te ha acompañado estos años, con quien has compartido sueños y has formado una maravillosa familia. No entiendo lo que me está pasando, pero me está pasando. No puedo seguir viviendo contigo mientras deseo abrazar, besar, vivir con otra mujer. Aunque sea un sueño imposible. No puedo.
- No me conoces, Max –la voz de Angeline sonaba triste y lejana–. Crees saber lo que es para mí la felicidad, pero, en realidad, no tienes ni idea. No estoy tan ciega como intento parecer. No me preguntes el porqué, pero sé quién eres y sé lo que siento por ti. Y te confieso que, si no tuviera una vida y una familia a la que proteger, posiblemente intentaría conocerte mejor y, posiblemente, viviría y moriría a tu lado. Pero no puedo. No puedo abandonar mi presente siguiendo el errático vuelo de una mariposa blanca.
Como supongo que ya sabrá, la física tradicional parte del supuesto de que la materia del universo está constituida por partículas. Y lo primero que debe saber es que eso no es exactamente así. En realidad, lo que llamamos la materia inicial está constituida por líneas de espacio-tiempo o cuerdas que vibran en más de cuatro dimensiones. Y, como la cuerda de un instrumento musical genera notas dependiendo de cómo vibra, nuestras cuerdas básicas, dependiendo de la frecuencia oscilatoria, masa y carga características, se pueden convertir en un electrón, un fotón o cualquier otra partícula. Dicho de otra manera, la materia tal y como la percibimos, es en realidad el “estado vibratorio” de una diminuta cuerda. Todo lo que ve, incluidos nosotros, somos el resultado de una vibración.
–Lo es –respondió Roger muy serio–. Mi paciencia tiene un límite y cuando se termina soy un alma muy puñetera. Puede que ahora crea que no me tiene miedo, pero, hágase un favor, no me ponga a prueba.