Decís que os desagrada ser dominado, y supongo que también todo lo que ello conlleva: un superior indiferente, la imposibilidad de poder escoger o decidir libremente y todo eso. - Había colocado los codos sobre la mesa, cubriéndose el rostro con los dedos para que nada, a excepción de su cansada voz, pudiera traicionarla -. Yo también odio todo eso. No sé si puedo seguir así, Richard.