Hace siglos, China llegó al continente americano antes de que lo hiciera Occidente, y con ello consiguió la hegemonía mundial. Ahora, imperios galácticos confucianos se expanden por un universo en el que los planetas son administrados por eruditos, y las naves espaciales inteligentes no solo conviven con los humanos sino que forman parte de sus propias familias.
Historias de Xuya nos sumerge en este fascinante universo futurista de inspiración vietnamita a través de dos historias que mezclan la ciencia ficción y el género de misterio e investigación.
En La maestra del té y la detective, una nave de carga con un pasado traumático sobrevive como maestra artesana de infusiones para hacer los viajes espaciales más llevaderos. Cuando la excéntrica detective Long Chau entra en su despacho solicitando sus servicios, no podrá sospechar que pronto se verá envuelta en una peligrosa investigación de asesinato.
En Siete de infinitos, Vân es una erudita de origen pobre que se gana la vida como tutora de una joven rica, gracias el mnemoinplante artificial ilegal que oculta. Bosque sombrío es una nave mental, pero también una notoria ladrona y maestra del disfraz. Tras encontrar un cadáver misterioso en los aposentos de la pupila de Vân, ambas se ven arrastradas a seguir un rastro de codicia y asesinato que las llevará a enfrentarse a los secretos que ocultan y a sus fantasmas del pasado.
Xuya es una sociedad eminentemente matriarcal donde cada persona cumple con su función, sin elevarse por encima de sus competencias y capacidades.
Porque había abierto a La hija de la sombra como si de una granada se tratada, y hurgado las viejas heridas hasta hacerlas sangrar, rojas y maduras; porque la había diseccionado como al cadáver del muelle del hangar, y luego se había largado cuando el problema había dejado de interesarle.
Entonces, Bosque Sombrío se arrodilló y tomó las manos de Van entre las suyas; esa calidez difusa de nuevo, aunque ahora pulsaba como un corazón vivo, y, durante un breve momento, Van la sintió reverberar por sus huesos como el sonido de la campana de una pagoda, y olvidó el significado de respirar y estar sentada, y se sintió flotar ingrávida, en la oscuridad del espacio, contemplando el pausado girar de las estrellas con la luz del sol de fondo.
La ley. Una justicia tan provechosa y tan limpia como el azul del cielo —dijo Bosque Sombrío, con amargura. —Sobre los hábitats escasea bastante el azul, ¿No crees?