Después de "Planetas invisibles", Ken Liu presenta esta nueva antología que muestra la vitalidad y diversidad de la ciencia ficción que se escribe en China en estos momentos. Dieciséis historias de catorce autores (voces nuevas y autores establecidos), que evocan cada matiz del espectro emocional, y una gama amplia de formatos, desde la novela corta hasta cuentos ultracortos. Además de las que se pueden clasificar en subgéneros con los que están familiarizados los lectores occidentales, tales como ciencia ficción dura, cyberpunk, ciencia fantástica y space opera, esta antología también presenta historias con vínculos más profundos con la cultura china: historia alternativa china, viaje espacial chuanyue y sátira con alusiones históricas y contemporáneas. El volumen incluye asimismo tres ensayos sobre cuestiones relacionadas con la ciencia ficción china y la introducción de Ken Liu.
Sin embargo, otros relatos se me hicieron cuesta arriba y fui absolutamente incapaz de empatizar con él. Desde la historia del delfín cantarín que quería remontar una cascada y que me dejó con la misma cara que si Mr. Wonderful (o en este caso Cheng Jingbo) me hubiera metido un puñetazo en las tripas, hasta las desagradables imágenes con las que Chen Qiufan desarrolla ejercicios de reflexión ante la mente del lector en “Historia de las enfermedades futuras”. Asimismo, las reflexiones en forma de ensayo sobre el papel de la ciencia ficción en China que se introduce en las últimas páginas se me hicieron inevitablemente repetitivas, ya que los tres autores trataron exactamente el mismo tema desde la misma óptica.
A pesar de ello, creo que la sensación general que tengo al acabar Estrellas rotas es la de un ligero vacío y la ilusión de haberme abierto la puerta a todo un mundo literario y cultural que desconocía que podía ser tan complejo, tan profundo y al mismo tiempo tan maravilloso.