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Resumen del libro La Odisea de Homero

Alex Pareja

La Odisea es uno de los grandes clásicos de la literatura. Se trata del primer poema junto a la Ilíada de la literatura occidental. Su escritura se atribuye al griego Homero, aunque se cree que durante sus primeros siglos se transmitió por vía oral de forma recitada. Es una poema épico griego formado por 24 cantos que surgió, se cree, en el siglo VIII a.C. Al igual que muchos poemas antiguos comienza en mitad de la historia y se recurre a recuerdos del protagonista para narrar los hechos anteriores. Está dividido en tres partes y nosotros os vamos a ofrecer un resumen del libro de La Odisea de Homero. 

Resumen de La Odisea de Homero

Años después de la guerra de Troya, Odiseo (o Ulises en la versión latina del texto) se cree muerto al llevar demasiado tiempo sin haber regresado a casa. Se trata del rey de Ítaca y, en realidad, ha sido capturado y retenido por la diosa Calipso y por el dios del mar Poseidón, que desea vengarse de él por haber dejado ciego a su hijo. Mientras tantos, la esposa de Odiseo, Penélope, no para de recibir a hombres que pretenden convertirse en su marido y así ostentar su posición, creyendo firmemente que jamás regresará. Ella se niega a creer esta verdad y por ello manda a su hijo Telémaco en su busca. 

Su hijo inicia la búsqueda en Pilos, donde se entrevista con el rey Nestor que por desgracia no cuenta con ninguna información acerca de su padre. Sin embargo le aconseja bien, ya que le indica que vaya a visitar al rey Menelao en Esparta pues piensa que sí puede tener información. Y vaya si la tiene, ya que es precisamente él quien guía a Telémaco en la búsuqeda de Odiseo: le confirma que su padre sigue vivo y ha sido retenido por Calipso y Poseidón en contra de su voluntad. 

Es finalmente Atenea quien consigue salvar a Odiseo, pues tiene piedad de él y pide a su padre Zeus (dios de dioses) que le diga a Calipso y Poseidón que lo liberen. Estos cumplen con la palabra otorgada a Atenea y Odiseo finalmente logra escapar de su cautiverio años después. Pero la historia no termina ni mucho menos aquí, puesto que Odiseo sufre un accidente en la barca que utiliza para volver a casa y termina en la tierra de los feacios. Aquí Atenea vuelve a echarle una mano, ayudando a que la princesa de los feacios se enamore de él y hable con sus padres para que le ofrezcan comida y refugio. Aquí es donde La Odisea regresa atrás en el tiempo en las palabras de Odiseo, que narra sus aventuras vividas hasta llegar hasta este punto. 

Así, conocemos cómo Odiseo salió de Troya junto a sus soldados y narra sus aventuras en lotófogaos, en la isla de los Cíclopes (donde ciegan a Polifermo para poder escapar y posteriormente enfurecer a Poseidón), sus aventuras en la isla de Heolo donde abren un cofre esperando tesoros y se encuentran con una horrible tempestad que los aleja irremediablemente de Ítaca hasta llegar a los dominios de Circe, una poderosa hechicera que convierte a algunos de los soldados en cerdos y con la que permanece durante un año hasta que esta le deja marchar. Habrá más peligros hasta que consigan volver a casa, como las sirenas que con su canto atraen a los hombres hasta su irremediable muerte o el enfrentamiento con los monstruos Escila y Caribdis.

Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los hechos narrados al inicio de la historia. Conociendo esta increíble epopeya, los feacios terminan ayudándole a regresar a Ítaca. Una vez allí y con la ayuda de su hijo Telémaco, matan a todos los pretendientes de Penélope, generando un gran revuelo, pero dejando el territorio en la más absoluta paz gracias a la intervención última de Atenea y Zeus. Por fin está en casa.

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J
jose
27 Abril 2025
s y la grasa de sus ovejas. El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, 5pero no se fijó en Caín ni en su ofrenda; Caín se enfureció y andaba abatido. 6El Señor dijo a Caín: «¿Por qué te enfureces y andas abatido? 7¿No estarías animado si obraras bien?; pero, si no obras bien, el pecado acecha a la puerta y te codicia, aunque tú podrás dominarlo». 8Caín dijo a su hermano Abel: «Vamos al campo». Y, cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. 9El Señor dijo a Caín: «¿Dónde está Abel, tu hermano?». Respondió Caín: «No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?». 10El Señor le replicó: «¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo. 11Por eso te maldice ese suelo que ha abierto sus fauces para recibir de tus manos la sangre de tu hermano. 12Cuando cultives el suelo, no volverá a darte sus productos. Andarás errante y perdido por la tierra». 13Caín contestó al Señor: «Mi culpa es demasiado grande para soportarla. 14Puesto que me expulsas hoy de este suelo, tendré que ocultarme de ti, andar errante y perdido por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará». 15El Señor le dijo: «El que mate a Caín lo pagará siete veces». Y el Señor puso una señal a Caín para que, si alguien lo encontraba, no lo matase. 16Caín salió de la presencia del Señor y habitó en Nod, al este de Edén. 17Caín conoció a su mujer; ella concibió y dio a luz a Henoc. Caín estaba edificando una ciudad y le puso el nombre de su hijo Henoc. 18A Henoc le nació Irad, e Irad engendró a Mejuyael; Mejuyael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. 19Lamec tomó dos mujeres: una se llamaba Ada y la otra Sila. 20Ada dio a luz a Yabel, que fue el padre de los que habitan en tiendas con ganados. 21Su hermano se llamaba Yubal, que fue el padre de los que tocan la cítara y la flauta. 22Sila, a su vez, dio a luz a Tubalcaín, forjador de herramientas de cobre y hierro; la hermana de Tubalcaín era Naama. 23Lamec dijo a sus mujeres: «Ada y Sila, escuchad mi voz; | mujeres de Lamec, prestad oído a mi palabra. | A un hombre he matado por herirme, | y a un joven por golpearme. | 24Caín será vengado siete veces, | y Lamec setenta y siete». 25Adán conoció otra vez a su mujer, que dio a luz un hijo y lo llamó Set, pues dijo: «Dios me ha dado otro descendiente en lugar de Abel, asesinado por Caín». 26A Set le nació también un hijo, que se llamó Enós. Por entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor. 51Este es el libro de los descendientes de Adán.El día en que Dios creó al hombre, a imagen de Dios lo hizo. 2Los creó varón y mujer, los bendijo y les puso el nombre de «Adán» el día en que los creó. 3Adán tenía ciento treinta años cuando engendró un hijo a imagen suya, a su semejanza, y lo llamó Set. 4Después de haber engendrado a Set, vivió Adán ochocientos años y engendró hijos e hijas. 5Adán vivió un total de novecientos treinta años. 6Set tenía ciento cinco años cuando engendró a Enós. 7Después de haber engendrado a Enós, vivió Set ochocientos siete años y engendró hijos e hijas. 8Set vivió un total de novecientos doce años. 9Enós tenía noventa años cuando engendró a Quenán. 10Después de haber engendrado a Quenán, vivió Enós ochocientos quince años y engendró hijos e hijas. 11Enós vivió un total de novecientos cinco años. 12Quenán tenía setenta años cuando engendró a Malalel. 13Después de haber engendrado a Malalel, vivió Quenán ochocientos cuarenta años y engendró hijos e hijas. 14Quenán vivió un total de novecientos diez años. 15Malalel tenía sesenta y cinco años cuando engendró a Yared. 16Después de haber engendrado a Yared, vivió Malalel ochocientos treinta años y engendró hijos e hijas. 17Malalel vivió un total de ochocientos noventa y cinco años. 18Yared tenía ciento sesenta y dos años cuando engendró a Henoc. 19Después de haber engendrado a Henoc, vivió Yared ochocientos años y engendró hijos e hijas. 20Yared vivió un total de novecientos sesenta y dos años. 21Henoc tenía sesenta y cinco años cuando engendró a Matusalén. 22Después de haber engendrado a Matusalén, siguió Henoc los caminos de Dios durante trescientos años y engendró hijos e hijas. 23Henoc vivió trescientos sesenta y cinco años. 24Henoc siguió los caminos de Dios y después desapareció, porque Dios se lo llevó. 25Matusalén tenía ciento ochenta y siete años cuando engendró a Lamec. 26Después de haber engendrado a Lamec, vivió Matusalén setecientos ochenta y dos años y engendró hijos e hijas. 27Matusalén vivió un total de novecientos sesenta y nueve años. 28Lamec tenía ciento ochenta y dos años cuando engendró a un hijo, 29a quien llamó Noé, pues dijo: «Este nos aliviará de nuestro trabajo y del cansancio de nuestras manos en el suelo que el Señor maldijo». 30Después de haber engendrado a Noé, vivió Lamec quinientos noventa y cinco años y engendró hijos e hijas. 31Lamec vivió un total de setecientos setenta y siete años. 32Noé tenía quinientos años cuando engendró a Sem, Cam y Jafet. 61Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la superficie del suelo y engendraron hijas, 2los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas y se escogieron mujeres entre ellas. 3Dijo entonces el Señor: «Mi espíritu no durará por siempre en el hombre, porque es carne; solo vivirá ciento veinte años». 4Por aquel tiempo había gigantes en la tierra; e incluso después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y engendraron hijos. Estos fueron los héroes de antaño, los hombres de renombre. 5Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y únicamente al mal, 6el Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra y le pesó de corazón. 7Dijo, pues, el Señor: «Voy a borrar de la superficie de la tierra al hombre que he hecho, junto con los cuadrúpedos, reptiles y aves del cielo, pues me pesa haberlos hecho». 8Pero Noé obtuvo el favor del Señor. 9Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo e íntegro entre sus contemporáneos. Noé siguió los caminos de Dios 10y engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11La tierra estaba corrompida ante Dios y llena de violencia. 12Dios vio la tierra y, en efecto, estaba corrompida, pues todas las criaturas de la tierra se habían corrompido en su proceder. 13Dios dijo a Noé: «Por lo que a mí respecta, ha llegado el fin de toda criatura, pues por su culpa la tierra está llena de violencia; así que he pensado exterminarlos junto con la tierra. 14Fabrícate un arca de madera de ciprés. Haz compartimentos en el arca, y calafatéala por dentro y por fuera. 15La fabricarás así: medirá ciento cincuenta metros de larga, veinticinco de ancha y quince de alta. 16Haz una claraboya a medio metro del remate, pon una puerta al costado del arca y haz una cubierta inferior, otra intermedia y otra superior. 17Yo voy a enviar el diluvio a la tierra para exterminar toda criatura viviente bajo el cielo; todo cuanto existe en la tierra perecerá. 18Pero yo estableceré mi alianza contigo, y entrarás en el arca con tu mujer, tus hijos y sus mujeres. 19Meterás también en el arca una pareja de cada criatura viviente, macho y hembra, para que conserve la vida contigo. 20De cada especie de aves, de ganados y de reptiles de la tierra, entrará una pareja contigo para conservar la vida. 21Recoge toda clase de alimentos y almacénalos para que os sirva de sustento a ti y a ellos». 22Noé hizo todo lo que le mandó Dios. 71El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. 2De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; 3y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra. 4Dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie del suelo a todos los vivientes que he hecho». 5Noé hizo todo lo que le mandó el Señor. 6Tenía Noé seiscientos años cuando vino el diluvio a la tierra. 7Noé entró en el arca con sus hijos, su mujer y sus nueras, para librarse de las aguas del diluvio. 8 De los animales puros e impuros, de las aves y de todos los reptiles de la tierra, 9entraron con Noé en el arca de dos en dos, macho y hembra, como Dios había mandado a Noé. 10Pasados siete días, las aguas del diluvio cubrieron la tierra. 11En el año seiscientos de la vida de Noé, el día diecisiete del segundo mes, reventaron las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas del cielo, 12y estuvo lloviendo sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13Aquel mismo día entró Noé en el arca con sus hijos, Sem, Cam y Jafet, su mujer y sus tres nueras; 14y con ellos toda clase de fieras, de ganados, de reptiles, que se arrastran por la tierra, y de aves (pájaros y seres alados), según sus especies. 15Entraron con Noé en el arca parejas de todas las criaturas con aliento vital; 16de todas las criaturas entraron macho y hembra, como se lo había mandado Dios. Y tras él cerró el Señor la puerta. 17El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra; el agua creció y levantó el arca, que se alzó por encima de la tierra. 18El agua se hinchaba y crecía mucho sobre la tierra y el arca flotaba sobre la superficie del agua. 19El agua se hinchaba más y más sobre la tierra, hasta cubrir las montañas más altas bajo el cielo; 20unos siete metros por encima subió el agua, cubriendo las montañas. 21Perecieron todas las criaturas que se movían en la tierra: aves, ganados, fieras y cuanto bullía sobre la tierra; y todos los hombres. 22Todo lo que exhalaba aliento de vida, todo cuanto existía en la tierra firme, murió. 23Así fueron exterminados todos los seres de la superficie del suelo, desde los hombres hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo; todos fueron exterminados de la tierra. Solo quedó Noé y los que estaban con él en el arca. 24Las aguas llenaron la tierra durante ciento cincuenta días. 81Entonces Dios se acordó de Noé, de todas las fieras y de todo el ganado que estaban con él en el arca; Dios hizo soplar el viento sobre la tierra y el agua comenzó a bajar. 2Se cerraron los manantiales del abismo y las compuertas del cielo, y cesó la lluvia del cielo. 3El agua se fue retirando poco a poco de la tierra y decreció, de modo que a los ciento cincuenta días, 4el día diecisiete del mes séptimo, el arca encalló sobre las montañas de Ararat. 5El agua continuó disminuyendo hasta el mes décimo, y el día primero de ese mes asomaron los picos de las montañas. 6Pasados cuarenta días, Noé abrió la claraboya que había hecho en el arca 7y soltó el cuervo, que estuvo saliendo y retornando hasta que se secó el agua en la tierra. 8Después soltó la paloma, para ver si había menguado el agua sobre la superficie del suelo. 9Pero la paloma no encontró donde posarse y volvió al arca, porque todavía había agua sobre la superficie de toda la tierra. Él alargó su mano, la agarró y la metió consigo en el arca. 10Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca. 11Al atardecer, la paloma volvió con una hoja verde de olivo en el pico. Noé comprendió que el agua había menguado sobre la tierra. 12Esperó todavía otros siete días y soltó la paloma, que ya no volvió. 13El año seiscientos uno, el día primero del mes primero se secó el agua en la tierra. Noé abrió la claraboya del arca, miró y vio que la superficie del suelo estaba seca. 14El día veintisiete del mes segundo la tierra estaba seca. 15Entonces dijo Dios a Noé: 16«Sal del arca con tu mujer, tus hijos y tus nueras. 17Haz salir también todos los animales que están contigo, todas las criaturas: aves, ganados y reptiles; que se muevan por la tierra, sean fecundos y se multipliquen en ella». 18Salió, pues, Noé con sus hijos, su mujer y sus nueras. 19También salieron del arca, por familias, todos los animales, todos los ganados, todas las aves y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra. 20Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar. 21El Señor olió el aroma que aplaca y se dijo: «No volveré a maldecir el suelo a causa del hombre, porque la tendencia del corazón humano es mala desde la juventud. No volveré a destruir a los vivientes como acabo de hacerlo. 22Mientras dure la tierra no han de faltar | siembra y cosecha, frío y calor, | verano e invierno, día y noche». 91Dios bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. 2Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. 3Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales. 4Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. 5Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano. 6Quien derrame la sangre de un hombre, | por otro hombre será su sangre derramada; | porque a imagen de Dios hizo él al hombre. 7Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla». 8Dios dijo a Noé y a sus hijos: 9«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, 10con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. 11Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra». 12Y Dios añadió: «Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: 13pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. 14Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco 15y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes. 16Aparecerá el arco en las nubes, y al verlo recordaré la alianza perpetua entre Dios y todos los seres vivientes, todas las criaturas que existen sobre la tierra». 17Aún dijo Dios a Noé: «Esta es la señal de la alianza que establezco con toda criatura que existe en la tierra». 18Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán. 19Estos tres son los hijos de Noé que se propagaron por toda la tierra. 20Noé era agricultor y fue el primero en plantar una viña. 21Bebió del vino, se emborrachó y quedó desnudo dentro de su tienda. 22Cam, padre de Canaán, vio a su padre desnudo y salió a contárselo a sus dos hermanos. 23Sem y Jafet tomaron el manto, se lo echaron ambos sobre sus hombros y, caminando de espaldas, taparon la desnudez de su padre; como tenían el rostro vuelto, no vieron desnudo a su padre. 24Cuando Noé se despertó de la borrachera y se enteró de lo que había hecho con él su hijo menor, 25dijo: «Maldito sea Canaán. | Sea el último siervo de sus hermanos». 26Y añadió: «Bendito sea el Señor, Dios de Sem. | Sea Canaán su siervo. | 27El Señor haga fecundo a Jafet, | y more en las tiendas de Sem | y sea Canaán su siervo». 28Noé vivió después del diluvio trescientos cincuenta años. 29 Noé vivió un total de novecientos cincuenta años. 101Estos son los descendientes de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, nacidos después del diluvio. 2Hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Yaván, Tubal, Mesec y Tirás. 3Hijos de Gomer: Asquenat, Rifat y Togarma. 4Hijos de Yaván: Elisa, Tarsis, Quitín y Dodanín. 5De estos se ramificaron los pueblos de la costa por países, cada uno con su lengua, por familias y naciones. 6Hijos de Cam: Cus, Misráin, Put y Canaán. 7Hijos de Cus: Seba, Javila, Sabta, Raama y Sabteca. Hijos de Raama: Seba y Dedán. 8Cus engendró a Nimrod, el primer héroe de la tierra. 9Fue un heroico cazador ante el Señor. Por eso se dice: «Heroico cazador ante el Señor, como Nimrod». 10Las capitales de su reino fueron Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Senaar. 11De este país salió para Asur y construyó Nínive, Rejobotir, Calaj 12y Resen, entre Nínive y Calaj: es la gran ciudad. 13Misráin engendró a los lidios, anamitas, leabitas, naftujitas, 14patrusitas, calusitas y caftoritas, de los que proceden los filisteos. 15Canaán engendró a Sidón, su primogénito, y a Jet, 16y a los jebuseos, amorreos, guirgaseos, 17heveos, arquitas y sinitas, 18arvaditas, samaritas y jamatitas. Después se dispersaron las familias cananeas. 19La frontera de los cananeos se extendía desde Sidón, en dirección a Guerar, hasta Gaza; y en dirección a Sodoma, Gomorra, Admá y Seboín, hasta Lesa. 20Estos son los hijos de Cam, por familias y lenguas, por territorios y naciones. 21Sem, hermano mayor de Jafet y antepasado de todos los hijos de Eber, también engendró hijos. 22Hijos de Sem: Elán, Asur, Arfacsad, Lud y Arán. 23Hijos de Arán: Uz, Jul, Gueter y Mas. 24Arfacsad engendró a Selaj y Selaj engendró a Eber. 25Eber engendró dos hijos: uno se llamó Peleg, porque en su tiempo se dividió la tierra, y su hermano se llamó Yoctán. 26Yoctán engendró a Almodad, Selef, Jasarmavet, Yeraj, 27Adorán, Uzal, Diclá, 28Obal, Abimael, Seba, 29Ofir, Javila y Yobab. Todos estos fueron hijos de Yoctán. 30Su territorio se extendía desde Mesa hasta Sefar, la montaña oriental. 31Esos son los descendientes de Sem, por familias, lenguas, territorios y naciones. 32Estas son las familias de los hijos de Noé, por genealogías y naciones. De ellas se ramificaron las naciones de la tierra después del diluvio. 111Toda la tierra hablaba una misma lengua con las mismas palabras. 2Al emigrar los hombres desde oriente, encontraron una llanura en la tierra de Senaar y se establecieron allí. 3Se dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos al fuego». Y emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de argamasa. 4Después dijeron: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra». 5El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres. 6Y el Señor dijo: «Puesto que son un solo pueblo con una sola lengua y esto no es más que el comienzo de su actividad, ahora nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. 7Bajemos, pues, y confundamos allí su lengua, de modo que ninguno entienda la lengua del prójimo». 8El Señor los dispersó de allí por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. 9Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó el Señor por la superficie de la tierra. 10Estos son los descendientes de Sem: Sem tenía cien años cuando engendró a Arfacsad, dos años después del diluvio. 11Después de haber engendrado a Arfacsad, vivió Sem quinientos años, y engendró hijos e hijas. 12Arfacsad tenía treinta y cinco años cuando engendró a Selaj. 13Después de haber engendrado a Selaj, vivió Arfacsad cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 14Selaj tenía treinta años cuando engendró a Eber. 15Después de haber engendrado a Eber, vivió Selaj cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 16Eber tenía treinta y cuatro años cuando engendró a Peleg. 17Después de haber engendrado a Peleg, vivió Eber cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 18Peleg tenía treinta años cuando engendró a Reu. 19Después de haber engendrado a Reu, vivió Peleg doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas. 20Reu tenía treinta y dos años cuando engendró a Serug. 21Después de haber engendrado a Serug, vivió Reu doscientos siete años, y engendró hijos e hijas. 22Serug tenía treinta años cuando engendró a Najor. 23Después de haber engendrado a Najor, vivió Serug doscientos años, y engendró hijos e hijas. 24Najor tenía veintinueve años cuando engendró a Teraj. 25Después de haber engendrado a Teraj, vivió Najor ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas. 26Teraj tenía setenta años cuando engendró a Abrán, a Najor y a Arán. 27Estos son los descendientes de Teraj: Teraj engendró a Abrán, Najor y Arán. Arán engendró a Lot. 28Arán murió en vida de su padre Teraj, en su país natal, Ur de los caldeos. 29Abrán y Najor se casaron. La mujer de Abrán se llamaba Saray, y la mujer de Najor, Milcá, hija de Arán, padre de Milcá y Yiscá. 30Saray era estéril, no tenía hijos. 31Teraj tomó a Abrán su hijo, a Lot su nieto, hijo de Arán, a Saray su nuera, mujer de su hijo Abrán, y salió con ellos de Ur de los caldeos para dirigirse a la tierra de Canaán. Llegaron a Jarán y se establecieron allí. 32Teraj vivió doscientos cinco años y murió en Jarán. 121El Señor dijo a Abrán: «Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. 2Haré de ti una gran nación, te bendeciré, haré famoso tu nombre y serás una bendición. 3Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra». 4Abrán marchó, como le había dicho el Señor, y con él marchó Lot. Abrán tenía setenta y cinco años cuando salió de Jarán. 5Abrán llevó consigo a Saray su mujer, a Lot su sobrino, todo lo que había adquirido y todos los esclavos que había ganado en Jarán, y salieron en dirección a Canaán. Cuando llegaron a la tierra de Canaán, 6Abrán atravesó el país hasta la región de Siquén, hasta la encina de Moré. En aquel tiempo habitaban allí los cananeos. 7El Señor se apareció a Abrán y le dijo: «A tu descendencia daré esta tierra». Él construyó allí un altar en honor del Señor que se le había aparecido. 8Desde allí continuó hacia las montañas, al este de Betel, y plantó allí su tienda, con Betel a poniente y Ay a levante. Construyó allí un altar al Señor e invocó el nombre del Señor. 9Después Abrán se trasladó por etapas al Negueb. 10Pero sobrevino un hambre en el país y Abrán bajó a Egipto para establecerse allí, porque el hambre arreciaba en el país. 11Cuando estaba llegando a Egipto, dijo a Saray su mujer: «Mira, sé que eres una mujer hermosa; 12cuando te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”, y me matarán a mí y a ti te dejarán con vida. 13Por favor, di que eres mi hermana, para que me traten bien en atención a ti y salve mi vida por causa tuya». 14Cuando Abrán llegó a Egipto, vieron los egipcios que su mujer era muy hermosa. 15La vieron también los oficiales del faraón y la ponderaron ante el faraón. La mujer fue llevada al palacio del faraón. 16A Abrán se le trató bien en atención a ella, y obtuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos. 17Pero el Señor afligió al faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Saray, mujer de Abrán. 18Entonces el faraón llamó a Abrán y le dijo: «¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me informaste de que era tu mujer? 19¿Por qué me dijiste: “Es mi hermana”, de modo que yo la tomé por esposa? Ahora, pues, aquí tienes a tu mujer, tómala y vete». 20El faraón ordenó a sus hombres que lo despidieran con su mujer y todas sus pertenencias. 131Abrán subió de Egipto al Negueb con su mujer y todas sus pertenencias; Lot lo acompañaba. 2Abrán era muy rico en ganado, plata y oro. 3Desde el Negueb se trasladó por etapas a Betel, al lugar donde había plantado su tienda al principio, entre Betel y Ay, 4donde antes había construido un altar; y allí invocó el nombre del Señor. 5También Lot, que iba con Abrán, poseía ovejas, vacas y tiendas, 6de modo que ya no podían vivir juntos en el país, porque sus posesiones eran inmensas y ya no cabían juntos. 7Por ello surgieron disputas entre los pastores de Abrán y los de Lot. Además, en aquel tiempo los cananeos y los perizitas habitaban en el país. 8Abrán dijo a Lot: «No haya disputas entre nosotros dos, ni entre mis pastores y tus pastores, pues somos hermanos. 9¿No tienes delante todo el país? Sepárate de mí: si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si vas a la derecha, yo iré a la izquierda». 10Lot echó una mirada y vio que toda la vega del Jordán, hasta la entrada de Soar, era de regadío —esto era antes de que el Señor destruyera Sodoma y Gomorra— como el jardín del Señor o como Egipto. 11Lot se escogió la vega del Jordán y marchó hacia levante; y así se separaron el uno del otro. 12Abrán habitó en Canaán; Lot en las ciudades de la vega, plantando las tiendas hasta Sodoma. 13Los habitantes de Sodoma eran malvados y pecaban gravemente contra el Señor. 14El Señor dijo a Abrán, después que Lot se había separado de él: «Alza tus ojos y mira desde el lugar en donde estás hacia el norte, el mediodía, el levante y el poniente. 15Toda la tierra que ves te la daré a ti y a tus descendientes para siempre. 16Haré a tus descendientes como el polvo de la tierra: el que pueda contar el polvo de la tierra podrá contar a tus descendientes. 17Levántate, recorre el país a lo largo y a lo ancho, pues te lo voy a dar». 18Abrán alzó la tienda y fue a establecerse junto a la encina de Mambré, en Hebrón, donde construyó un altar al Señor. 141Por aquel tiempo, Anrafel, rey de Senaar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elán y Tidal rey de Goín 2declararon la guerra a Bera rey de Sodoma, a Birsa rey de Gomorra, a Sinab rey de Admá, a Semeber rey de Seboín y al rey de Bela, esto es, de Soar. 3Todos estos se reunieron en el valle de Sidín, o sea el mar de la Sal. 4Durante doce años habían sido vasallos de Quedorlaomer, pero al decimotercero se rebelaron. 5El año decimocuarto vino Quedorlaomer con sus reyes aliados y derrotaron a los refaítas en Asterot Carnáin, a los zuzíes en Ham, a los emitas en la llanura de Quiriatáin, 6y a los joritas en las montañas de Seír, junto a El Farán, al lado del desierto. 7Después se volvieron y vinieron a En Mispat, o sea Cadés, y sometieron el territorio de los amalecitas y también a los amorreos, que habitaban en Jasasón Tamar. 8Entonces hicieron una expedición los reyes de Sodoma, Gomorra, Admá, Seboín y Bela, esto es, Soar, y presentaron batalla en el valle de Sidín 9a Quedorlaomer rey de Elán, a Tidal rey de Goín, a Anrafel rey de Senaar, a Arioc rey de Elasar: cuatro reyes contra cinco. 10El valle de Sidín estaba lleno de pozos de betún y los reyes de Sodoma y Gomorra cayeron en ellos al huir, mientras los otros escapaban a la montaña. 11Los enemigos saquearon las posesiones de Sodoma y Gomorra con todas las provisiones y se fueron. 12Al marcharse, se llevaron también a Lot, sobrino de Abrán, con sus posesiones, pues él habitaba en Sodoma. 13 Un fugitivo vino y se lo contó a Abrán el hebreo, que habitaba en el encinar de Mambré el amorreo, hermano de Escol y de Aner, aliados de Abrán. 14Cuando Abrán oyó que su sobrino había caído prisionero, reunió a sus hombres adiestrados, trescientos dieciocho nacidos en su casa, y emprendió la persecución de aquellos hasta Dan. 15De noche cayó sobre ellos con su tropa, los batió y persiguió hasta Joba, al norte de Damasco. 16Recuperó todas sus posesiones y se trajo también a su hermano Lot con sus posesiones, las mujeres y la tropa. 17Cuando Abrán volvía de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes aliados, salió a su encuentro el rey de Sodoma en el valle de Save, o sea el valle del Rey. 18Entonces Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, 19y le bendijo diciendo:«Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, | creador de cielo y tierra; 20bendito sea el Dios altísimo, | que te ha entregado tus enemigos».Y Abrán le dio el diezmo de todo. 21Luego el rey de Sodoma dijo a Abrán: «Dame la gente, quédate con las posesiones». 22Pero Abrán replicó: «Juro por el Señor Dios altísimo, creador de cielo y tierra, 23que no aceptaré un hilo ni una correa de sandalia ni nada de cuanto te pertenece, para que no digas: “Yo he enriquecido a Abrán”. 24No acepto más que lo que han comido mis muchachos y la porción de los que me acompañaron, Aner, Escol y Mambré; que ellos tomen su porción». 151Después de estos sucesos, el Señor dirigió a Abrán, en una visión, la siguiente palabra: «No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante». 2Abrán contestó: «Señor Dios, ¿qué me vas a dar si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?». 3Abrán añadió: «No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará». 4Pero el Señor le dirigió esta palabra: «No te heredará ese, sino que uno salido de tus entrañas será tu heredero». 5Luego lo sacó afuera y le dijo: «Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas». Y añadió: «Así será tu descendencia». 6Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia. 7Después le dijo: «Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte en posesión esta tierra». 8Él replicó: «Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?». 9Respondió el Señor: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón». 10Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. 11Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrán los espantaba. 12Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. 13El Señor dijo a Abrán: «Has de saber que tu descendencia vivirá como forastera en tierra ajena, la esclavizarán y la oprimirán durante cuatrocientos años. 14Pero yo juzgaré a la nación a quien han de servir, y después saldrán cargados de riquezas. 15Tú te reunirás en paz con tus padres y te enterrarán en buena vejez. 16A la cuarta generación volverán aquí tus descendientes, pues hasta entonces no habrá llegado al colmo la maldad de los amorreos». 17El sol se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. 18Aquel día el Señor concertó alianza con Abrán en estos términos: «A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto al gran río Éufrates: 19los quenitas, quenicitas, cadmonitas, 20hititas, perizitas, refaítas, 21amorreos, cananeos, guirgaseos y jebuseos». 161Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una esclava egipcia llamada Agar. 2Saray dijo a Abrán: «El Señor no me concede hijos, llégate, pues, a mi esclava a ver si tengo hijos por medio de ella». Abrán aceptó la propuesta de Saray. 3Así, a los diez años de habitar Abrán en Canaán, Saray, la mujer de Abrán, tomó a Agar, la esclava egipcia, y se la dio a Abrán, su marido, como esposa. 4Él se llegó a Agar y ella concibió. Al verse encinta, le perdió el respeto a su señora. 5Entonces Saray dijo a Abrán: «Tú eres responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos a mi esclava, y ella al verse encinta me desprecia. El Señor juzgue entre nosotros dos». 6Abrán dijo a Saray: «En tu poder está tu esclava, trátala como te parezca». Saray la maltrató y ella se escapó. 7El ángel del Señor la encontró junto a una fuente en el desierto, la fuente del camino de Sur, 8y le dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?». Ella respondió: «Vengo huyendo de Saray mi señora». 9El ángel del Señor le dijo: «Vuelve a tu señora y sométete a su poder». 10Y el ángel del Señor añadió: «Haré tan numerosa tu descendencia, que no se podrá contar». 11Y el ángel del Señor concluyó: «Mira, estás encinta, darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción. 12Será un potro salvaje: su mano irá contra todos y la de todos contra él; acampará separado de sus hermanos». 13Agar invocó al Señor, que le había hablado, con el nombre de El Roi (Dios que me ve), pues se dijo: «¿No he visto aquí al que me ve?». 14Por eso se denominó aquel pozo Beer Lajay Roi (Pozo del Viviente que me ve). Está entre Cadés y Bared. 15Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó Ismael al hijo que le había dado Agar. 16Abrán tenía ochenta y seis años cuando Agar le engendró a Ismael. 171Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo: «Yo soy Dios todopoderoso, camina en mi presencia y sé perfecto. 2Yo concertaré una alianza contigo: te haré crecer sin medida». 3Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así: 4«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos. 5Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. 6Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. 7Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. 8Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios». 9El Señor añadió a Abrahán: «Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas generaciones. 10Esta es la alianza que habréis de guardar, una alianza entre yo y vosotros y tus descendientes: sea circuncidado todo varón entre vosotros. 11Os circuncidaréis la carne del prepucio y esa será la señal de mi alianza con vosotros. 12A los ocho días de nacer serán circuncidados todos los varones de cada generación: los nacidos en casa y los comprados con dinero a extranjeros que no sean de vuestra raza. 13Deberán ser circuncidados los nacidos en casa y los comprados con dinero. Así llevaréis en la carne mi alianza como alianza perpetua. 14Todo varón incircunciso, que no haya circuncidado la carne de su prepucio, será extirpado de mi pueblo, por haber quebrantado mi alianza. 15El Señor dijo a Abrahán: «Saray, tu mujer, ya no se llamará Saray, sino Sara. 16La bendeciré y te dará un hijo, a quien también bendeciré. De ella nacerán pueblos y reyes de naciones». 17Abrahán cayó rostro en tierra y se sonrió, pensando en su interior: «¿Un centenario va a tener un hijo y Sara va a dar a luz a los noventa?». 18Y Abrahán dijo a Dios: «Ojalá pueda vivir Ismael en tu presencia». 19Dios replicó: «No, es Sara quien te va a dar un hijo; lo llamarás Isaac; con él estableceré mi alianza y con sus descendientes, una alianza perpetua. 20En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, lo haré fecundo, lo haré crecer sobremanera, engendrará doce príncipes y lo convertiré en una gran nación. 21Pero mi alianza la concertaré con Isaac, el hijo que te dará Sara, el año que viene por estas fechas». 22Cuando el Señor terminó de hablar con Abrahán, se retiró. 23Entonces Abrahán tomó a su hijo Ismael, a todos los nacidos en su casa y a los comprados con dinero, a todos los varones de su casa, y les circuncidó la carne del prepucio aquel mismo día, como le había dicho Dios. 24Abrahán tenía noventa y nueve años cuando le circuncidaron la carne de su prepucio. 25Su hijo Ismael tenía trece años cuando le circuncidaron la carne de su prepucio. 26Aquel mismo día se hicieron circuncidar Abrahán y su hijo Ismael. 27Y todos los varones de su casa, los nacidos en casa y los comprados con dinero a extranjeros, fueron circuncidados con él. 181El Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. 2Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra 3y dijo: «Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. 4Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. 5Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo». Contestaron: «Bien, haz lo que dices». 6Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: «Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas». 7Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. 8Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían. 9Después le dijeron: «¿Dónde está Sara, tu mujer?». Contestó: «Aquí, en la tienda». 10Y uno añadió: «Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo». Sara estaba escuchando detrás de la entrada de la tienda. 11Abrahán y Sara eran ancianos, de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus períodos. 12Sara se rio para sus adentros, pensando: «Cuando ya estoy agotada, ¿voy a tener placer, con un marido tan viejo?». 13Entonces el Señor dijo a Abrahán: «¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: “De verdad que voy a tener un hijo, yo tan vieja”? 14¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo». 15Pero Sara lo negó: «No me he reído», dijo, pues estaba asustada. Él replicó: «No lo niegues, te has reído». 16Los hombres se levantaron de allí y miraron hacia Sodoma. Abrahán los acompañaba para despedirlos. 17El Señor pensó: «¿Puedo ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer? 18Abrahán se convertirá en un pueblo grande y numeroso, y en él se bendecirán todos los pueblos de la tierra. 19Lo he escogido para que mande a sus hijos, a su casa y a sus sucesores que guarden el camino del Señor, practicando la justicia y el derecho; y así cumplirá el Señor a Abrahán lo que le ha prometido». 20El Señor dijo: «El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: 21voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré». 22Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor. 23Abrahán se acercó y le dijo: «¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? 24Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? 25¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?». 26El Señor contestó: «Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos». 27Abrahán respondió: «¡Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! 28Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?». Respondió el Señor: «No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco». 29Abrahán insistió: «Quizá no se encuentren más que cuarenta». Él dijo: «En atención a los cuarenta, no lo haré». 30Abrahán siguió hablando: «Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?». Él contestó: «No lo haré, si encuentro allí treinta». 31Insistió Abrahán: «Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?». Respondió el Señor: «En atención a los veinte, no la destruiré». 32Abrahán continuó: «Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?». Contestó el Señor: «En atención a los diez, no la destruiré». 33Cuando terminó de hablar con Abrahán, el Señor se fue; y Abrahán volvió a su lugar. 191Los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer, mientras Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó para ir a su encuentro, se postró rostro en tierra 2y dijo: «Señores míos, os ruego que vengáis a casa de vuestro servidor, para pasar la noche y lavaros los pies; por la mañana seguiréis vuestro camino». Ellos contestaron: «No, pasaremos la noche en la plaza». 3Pero él insistió tanto que fueron con él y entraron en su casa. Les preparó una comida, coció panes ácimos y comieron. 4Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa, desde los jóvenes a los viejos, todo el pueblo sin excepción. 5Y gritaban a Lot y le decían: «¿Dónde están los hombres que han entrado en tu casa esta noche? Sácanoslos para que los conozcamos». 6Lot salió adonde estaban ellos, a la entrada, cerrando la puerta tras de sí, 7y dijo: «Por favor, hermanos míos, no cometáis esta maldad. 8Mirad, tengo dos hijas que aún no han conocido varón; os las sacaré para que las tratéis como os parezca bien, pero no hagáis nada a estos hombres que se han cobijado bajo mi techo». 9Pero ellos contestaron: «¡Quita allá!». Y añadieron: «Este individuo ha venido como inmigrante y pretende ser juez. Ahora te trataremos peor que a ellos». Y forcejearon con Lot, acercándose a forzar la puerta. 10Entonces los visitantes alargaron sus manos, metieron a Lot en casa y cerraron la puerta; 11y a los que estaban ante la puerta, desde el menor hasta el mayor, los cegaron con un resplandor, de modo que, por más que tanteaban, no daban con la puerta. 12Los visitantes dijeron a Lot: «¿A quién más tienes aquí? Saca de este lugar a tus yernos, hijos, hijas y todo cuanto poseas en la ciudad, 13porque vamos a destruir este lugar, pues el clamor contra ellos ante el Señor es enorme, y el Señor nos ha enviado para destruirlo». 14Lot salió a hablar con sus yernos, prometidos de sus hijas, y les dijo: «Levantaos, salid de este lugar, porque el Señor va a destruir la ciudad». Pero sus yernos lo tomaron a broma. 15Al amanecer, los ángeles urgieron a Lot: «Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, no vayas a perecer por culpa de la ciudad». 16Y como no se decidía, los hombres los tomaron de la mano a él, a su mujer y a sus dos hijas, por la misericordia del Señor hacia él, 17y lo sacaron, poniéndolo fuera de la ciudad y diciéndole: «Ponte a salvo; por tu vida, no mires atrás ni te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer». 18Lot les respondió: «No, Señor mío. 19Aunque tu siervo ha alcanzado tu favor, pues me has tratado con gran misericordia, salvándome la vida, yo no puedo ponerme a salvo en los montes; la desgracia me alcanzará y moriré. 20Mira, cerca de aquí hay una ciudad pequeña, donde puedo refugiarme. ¡Permíteme escapar allá! ¿No es acaso muy pequeña? Así yo salvaré la vida». 21Le contestó: «Accedo a lo que pides, no arrasaré la ciudad que dices. 22Aprisa, ponte a salvo allí, pues no puedo hacer nada hasta que llegues allá». Por eso la ciudad se llama Soar. 23Salía el sol sobre la tierra cuando Lot llegó a Soar. 24El Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego desde el cielo. 25Arrasó aquellas ciudades y toda la vega; los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo. 26La mujer de Lot miró atrás, y se convirtió en estatua de sal. 27Abrahán madrugó y se dirigió al sitio donde había estado delante del Señor. 28 Miró en dirección de Sodoma y Gomorra, toda la extensión de la vega, y vio humo que subía del suelo, como humo de horno. 29Cuando Dios destruyó las ciudades de la vega, se acordó de Abrahán y sacó a Lot de la catástrofe, al arrasar las ciudades donde había vivido Lot. 30Lot subió de Soar y se estableció en los montes con sus dos hijas, pues tenía miedo de vivir en Soar. Se estableció en una cueva con sus dos hijas. 31La mayor dijo a la menor: «Nuestro padre es viejo y no hay en el país ningún hombre que se una a nosotras, como se acostumbra en todas partes. 32Ven, emborrachemos a nuestro padre y acostémonos con él; así tendremos descendencia de él». 33Aquella noche emborracharon a su padre y la mayor fue y se acostó con él, sin que él se diera cuenta al acostarse y levantarse ella. 34Al día siguiente la mayor dijo a la menor: «Puesto que anoche dormí yo con mi padre, esta noche lo emborracharemos también, y tú te acuestas con él para tener descendencia de él». 35Aquella noche también emborracharon a su padre y la menor fue y se acostó con él, sin que él se diera cuenta al acostarse y levantarse ella. 36Las dos hijas de Lot concibieron de su padre. 37La mayor dio a luz un hijo y lo llamó Moab. Es el antepasado del Moab actual. 38También la menor dio a luz un hijo y lo llamó Amón. Es el antepasado de los actuales amonitas. 201Abrahán partió de allí hacia la región del Negueb y se estableció entre Cadés y Sur. Mientras estaba residiendo en Guerar, 2Abrahán dijo de su mujer Sara: «Es mi hermana». Abimélec, rey de Guerar, mandó que le trajeran a Sara. 3Pero Dios se le apareció de noche, en sueños, a Abimélec y le dijo: «Vas a morir por haber tomado esa mujer, pues está casada». 4Abimélec, que no se había acercado a ella, dijo: «Señor, ¿vas a matar también a gente inocente? 5¿No me dijo él: “Es mi hermana”, y ella misma dijo: “Es mi hermano”? Lo he hecho de buena fe y con manos limpias». 6 Dios le respondió en sueños: «También yo sé que lo has hecho de buena fe; incluso yo mismo te he preservado de pecar contra mí; por eso no he permitido que la toques. 7Ahora devuelve la mujer de ese hombre, porque es un profeta e intercederá por ti y vivirás; pero si no se la devuelves, debes saber que moriréis tú y todos los tuyos». 8Abimélec se levantó temprano, llamó a todos sus servidores y les contó todo lo sucedido. Y los hombres se asustaron mucho. 9Luego Abimélec llamó a Abrahán y le dijo: «¿Qué nos has hecho? ¿Qué mal te he hecho para que nos hayas expuesto a mí y a mi reino a un pecado tan grande? Lo que has hecho conmigo no se debe hacer». 10Abimélec preguntó aún a Abrahán: «¿Qué miras tenías para hacer tal cosa?». 11Abrahán respondió: «Pensé: “seguramente no existe temor de Dios en este lugar y me matarán por causa de mi mujer”. 12Además, en realidad, es mi hermana, hija de mi padre, aunque no de mi madre, y la tomé por mujer. 13Cuando Dios me hizo vagar lejos de mi casa paterna, le dije: “Hazme este favor: en todos los sitios adonde lleguemos di que soy tu hermano”». 14Entonces Abimélec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas, y se las dio a Abrahán; y le devolvió a Sara, su mujer. 15Después dijo Abimélec: «Ahí tienes mi país a tu disposición; instálate donde mejor te parezca». 16A Sara le dijo: «He entregado a tu hermano mil monedas de plata; serán como un velo en los ojos para ti y para todos los que están contigo. Quedas rehabilitada». 17Abrahán rogó a Dios, y Dios curó a Abimélec, a su mujer y a sus concubinas, que tuvieron hijos, 18pues el Señor había cerrado la matriz a todas en casa de Abimélec, por causa de Sara, mujer de Abrahán. 211El Señor visitó a Sara, como había dicho. El Señor cumplió con Sara lo que le había prometido. 2Sara concibió y dio a Abrahán un hijo en su vejez, en el plazo que Dios le había anunciado. 3Abrahán llamó Isaac al hijo que le había nacido, el que le había dado Sara. 4Abrahán circuncidó a su hijo Isaac el octavo día, como le había mandado Dios. 5Abrahán tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac. 6Sara dijo: «Dios me hizo reír; todo el que lo oiga, reirá conmigo». 7Y añadió: «¿Quién le habría dicho a Abrahán que Sara iba a amamantar hijos?, pues le he dado un hijo en su vejez». 8El chico creció y lo destetaron. Abrahán dio un gran banquete el día que destetaron a Isaac. 9Al ver que el hijo de Agar, la egipcia, y de Abrahán jugaba con Isaac, 10 Sara dijo a Abrahán: «Expulsa a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada con mi hijo Isaac». 11Abrahán se llevó un disgusto, pues era hijo suyo. 12Pero Dios dijo a Abrahán: «No te aflijas por el muchacho y la criada; haz todo lo que dice Sara, porque será Isaac quien continúe tu descendencia. 13Pero también al hijo de la criada lo convertiré en un gran pueblo, pues es descendiente tuyo». 14Abrahán madrugó, tomó pan y un odre de agua, lo cargó a hombros de Agar y la despidió con el muchacho. Ella marchó y fue vagando por el desierto de Berseba. 15Cuando se agotó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas; 16se apartó y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco, diciendo: «No puedo ver morir al niño». Se sentó aparte y, alzando la voz, rompió a llorar. 17Dios oyó la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo; le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del chico, allí donde está. 18Levántate, toma al niño y agárrale fuerte de la mano, porque haré que sea un pueblo grande». 19Dios le abrió los ojos y vio un pozo de agua; ella fue, llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho. 20Dios estaba con el muchacho, que creció, habitó en el desierto y se hizo un experto arquero. 21Vivió en el desierto de Farán y su madre tomó para él una mujer egipcia. 22Por aquel tiempo, Abimélec con Picol, jefe de su tropa, dijo a Abrahán: «Dios está contigo en todo lo que haces. 23Ahora, pues, júrame por Dios aquí mismo que no me engañarás a mí, ni a mis parientes, ni a mi raza, sino que me tratarás a mí y a la tierra en que estás residiendo como emigrante, con la misma lealtad con que yo te he tratado». 24Abrahán respondió: «Lo juro». 25Pero Abrahán se quejó a Abimélec por causa del pozo de agua del que se habían apoderado. 26Abimélec le dijo: «No sé quién lo hizo. Además tampoco tú me habías informado, ni yo lo había oído hasta hoy». 27Entonces Abrahán tomó ovejas y vacas, se las dio a Abimélec y los dos concertaron una alianza. 28Abrahán apartó siete corderas del rebaño 29y Abimélec preguntó a Abrahán: «¿Qué significan esas siete corderas que has apartado?». 30Respondió: «Tú recibirás de mi mano esas siete corderas, como testimonio de que yo cavé este pozo». 31Por eso se llama aquel lugar Berseba, porque allí juraron los dos. 32Concluida la alianza en Berseba, Abimélec y Picol, jefe de su tropa, se volvieron a la tierra de los filisteos. 33Abrahán plantó un tamarisco en Berseba e invocó allí el nombre del Señor Dios Eterno. 34Abrahán residió mucho tiempo en la tierra de los filisteos. 221Después de estos sucesos, Dios puso a prueba a Abrahán. Le dijo: «¡Abrahán!». Él respondió: «Aquí estoy». » 2Dios dijo: «Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré». 3Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el holocausto y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. 4Al tercer día levantó Abrahán los ojos y divisó el sitio desde lejos. 5Abrahán dijo a sus criados: «Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros». 6Abrahán tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. 7Isaac dijo a Abrahán, su padre: «Padre». Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío». El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?». 8Abrahán contestó: «Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío». Y siguieron caminando juntos. 9Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 10Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahán, Abrahán!». Él contestó: «Aquí estoy». 12El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo». 13Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «En el monte el Señor es visto». 15El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo 16y le dijo: «Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, 17te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. 18Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz». 19Abrahán volvió al lado de sus criados y juntos se pusieron en camino hacia Berseba, y Abrahán se quedó a vivir en Berseba. 20Después de estos sucesos, le comunicaron a Abrahán: «También Milcá ha dado hijos a tu hermano Najor: 21Uz el primogénito, Buz su hermano y Quemuel, padre de Arán; 22Quesed, Jazo, Fildas, Yidlaf y Betuel. 23Betuel engendró a Rebeca. Milcá dio estos ocho hijos a Najor, hermano de Abrahán. 24Y una concubina, llamada Rauma, también le dio hijos: Tebaj, Gaján, Tajas y Maacá. 231Sara vivió ciento veintisiete años. 2Murió Sara en Quiriat Arbá, o sea Hebrón, en la tierra de Canaán. Abrahán fue a hacer duelo por Sara y a llorarla. 3Después Abrahán dejó a su difunta y habló así a los hititas: 4«Yo soy un emigrante, residente entre vosotros. Dadme un sepulcro en propiedad, entre vosotros, para enterrar a mi difunta». 5Los hititas respondieron a Abrahán: 6«Escúchanos, señor; tú eres un príncipe de Dios entre nosotros. Entierra a tu difunta en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará un sepulcro para enterrar a tu difunta». 7Abrahán se levantó, hizo una inclinación ante la gente del país, los hititas, 8y les habló así: «Si realmente queréis que entierre a mi difunta, escuchadme y suplicad en mi nombre a Efrón, hijo de Sojar, 9para que me venda la cueva de Macpela, que es suya y se encuentra en el extremo de su campo. Que me la venda al precio completo, ante vosotros, como sepulcro en propiedad». 10Efrón estaba sentado entre los hititas. Efrón, el hitita, respondió a Abrahán de forma que lo oyesen los hititas y cuantos entraban por la puerta de la ciudad: 11«No, señor mío, escúchame: te doy el campo y te doy también la cueva que hay en él. Te la doy en presencia de mis paisanos; entierra a tu difunta». 12Abrahán hizo una inclinación ante la gente del país 13y habló a Efrón de forma que lo oyese la gente del país: «Escúchame tú, por favor: yo te doy el precio del campo, acéptalo y enterraré allí a mi difunta». 14Efrón contestó a Abrahán: 15«Señor mío, escucha: el terreno vale unas cuatrocientas monedas de plata. ¿Qué es eso entre nosotros dos? Entierra, pues, a tu difunta». 16Abrahán accedió a la petición de Efrón. Abrahán pesó para Efrón la plata de que este había hablado en presencia de los hititas: unas cuatrocientas monedas de plata de curso entre mercaderes. 17Y así el campo de Efrón en Macpela, frente a Mambré, el campo con la cueva y todos los árboles dentro de sus linderos, 18pasó a ser propiedad de Abrahán, en presencia de los hititas y de cuantos entraban por la puerta de la ciudad. 19Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, o sea Hebrón, en la tierra de Canaán. 20Y así el campo con la cueva pasó de los hititas a Abrahán como sepulcro en propiedad. 241Abrahán era anciano, de edad avanzada, y el Señor había bendecido a Abrahán en todo. 2Abrahán dijo al criado más viejo de su casa, que administraba todas las posesiones: «Pon tu mano bajo mi muslo 3y júrame por el Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de

J
Jose
25 Abril 2025
Gracias por el resumen me ha ayudado mucho a estudiar

F
Felipe Negrueso
25 Abril 2025
Resumen del libro La Odisea de Homero Alex Pareja 27 Febrero 2019 La Odisea es uno de los grandes clásicos de la literatura. Se trata del primer poema junto a la Ilíada de la literatura occidental. Su escritura se atribuye al griego Homero, aunque se cree que durante sus primeros siglos se transmitió por vía oral de forma recitada. Es una poema épico griego formado por 24 cantos que surgió, se cree, en el siglo VIII a.C. Al igual que muchos poemas antiguos comienza en mitad de la historia y se recurre a recuerdos del protagonista para narrar los hechos anteriores. Está dividido en tres partes y nosotros os vamos a ofrecer un resumen del libro de La Odisea de Homero. Resumen de La Odisea de Homero Años después de la guerra de Troya, Odiseo (o Ulises en la versión latina del texto) se cree muerto al llevar demasiado tiempo sin haber regresado a casa. Se trata del rey de Ítaca y, en realidad, ha sido capturado y retenido por la diosa Calipso y por el dios del mar Poseidón, que desea vengarse de él por haber dejado ciego a su hijo. Mientras tantos, la esposa de Odiseo, Penélope, no para de recibir a hombres que pretenden convertirse en su marido y así ostentar su posición, creyendo firmemente que jamás regresará. Ella se niega a creer esta verdad y por ello manda a su hijo Telémaco en su busca. Su hijo inicia la búsqueda en Pilos, donde se entrevista con el rey Nestor que por desgracia no cuenta con ninguna información acerca de su padre. Sin embargo le aconseja bien, ya que le indica que vaya a visitar al rey Menelao en Esparta pues piensa que sí puede tener información. Y vaya si la tiene, ya que es precisamente él quien guía a Telémaco en la búsuqeda de Odiseo: le confirma que su padre sigue vivo y ha sido retenido por Calipso y Poseidón en contra de su voluntad. Es finalmente Atenea quien consigue salvar a Odiseo, pues tiene piedad de él y pide a su padre Zeus (dios de dioses) que le diga a Calipso y Poseidón que lo liberen. Estos cumplen con la palabra otorgada a Atenea y Odiseo finalmente logra escapar de su cautiverio años después. Pero la historia no termina ni mucho menos aquí, puesto que Odiseo sufre un accidente en la barca que utiliza para volver a casa y termina en la tierra de los feacios. Aquí Atenea vuelve a echarle una mano, ayudando a que la princesa de los feacios se enamore de él y hable con sus padres para que le ofrezcan comida y refugio. Aquí es donde La Odisea regresa atrás en el tiempo en las palabras de Odiseo, que narra sus aventuras vividas hasta llegar hasta este punto. Así, conocemos cómo Odiseo salió de Troya junto a sus soldados y narra sus aventuras en lotófogaos, en la isla de los Cíclopes (donde ciegan a Polifermo para poder escapar y posteriormente enfurecer a Poseidón), sus aventuras en la isla de Heolo donde abren un cofre esperando tesoros y se encuentran con una horrible tempestad que los aleja irremediablemente de Ítaca hasta llegar a los dominios de Circe, una poderosa hechicera que convierte a algunos de los soldados en cerdos y con la que permanece durante un año hasta que esta le deja marchar. Habrá más peligros hasta que consigan volver a casa, como las sirenas que con su canto atraen a los hombres hasta su irremediable muerte o el enfrentamiento con los monstruos Escila y Caribdis. Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los hechos narrados al inicio de la historia. Conociendo esta increíble epopeya, los feacios terminan ayudándole a regresar a Ítaca. Una vez allí y con la ayuda de su hijo Telémaco, matan a todos los pretendientes de Penélope, generando un gran revuelo, pero dejando el territorio en la más absoluta paz gracias a la intervención última de Atenea y Zeus. Por fin está en casa.Resumen del libro La Odisea de Homero Alex Pareja 27 Febrero 2019 La Odisea es uno de los grandes clásicos de la literatura. Se trata del primer poema junto a la Ilíada de la literatura occidental. Su escritura se atribuye al griego Homero, aunque se cree que durante sus primeros siglos se transmitió por vía oral de forma recitada. Es una poema épico griego formado por 24 cantos que surgió, se cree, en el siglo VIII a.C. Al igual que muchos poemas antiguos comienza en mitad de la historia y se recurre a recuerdos del protagonista para narrar los hechos anteriores. Está dividido en tres partes y nosotros os vamos a ofrecer un resumen del libro de La Odisea de Homero. Resumen de La Odisea de Homero Años después de la guerra de Troya, Odiseo (o Ulises en la versión latina del texto) se cree muerto al llevar demasiado tiempo sin haber regresado a casa. Se trata del rey de Ítaca y, en realidad, ha sido capturado y retenido por la diosa Calipso y por el dios del mar Poseidón, que desea vengarse de él por haber dejado ciego a su hijo. Mientras tantos, la esposa de Odiseo, Penélope, no para de recibir a hombres que pretenden convertirse en su marido y así ostentar su posición, creyendo firmemente que jamás regresará. Ella se niega a creer esta verdad y por ello manda a su hijo Telémaco en su busca. Su hijo inicia la búsqueda en Pilos, donde se entrevista con el rey Nestor que por desgracia no cuenta con ninguna información acerca de su padre. Sin embargo le aconseja bien, ya que le indica que vaya a visitar al rey Menelao en Esparta pues piensa que sí puede tener información. Y vaya si la tiene, ya que es precisamente él quien guía a Telémaco en la búsuqeda de Odiseo: le confirma que su padre sigue vivo y ha sido retenido por Calipso y Poseidón en contra de su voluntad. Es finalmente Atenea quien consigue salvar a Odiseo, pues tiene piedad de él y pide a su padre Zeus (dios de dioses) que le diga a Calipso y Poseidón que lo liberen. Estos cumplen con la palabra otorgada a Atenea y Odiseo finalmente logra escapar de su cautiverio años después. Pero la historia no termina ni mucho menos aquí, puesto que Odiseo sufre un accidente en la barca que utiliza para volver a casa y termina en la tierra de los feacios. Aquí Atenea vuelve a echarle una mano, ayudando a que la princesa de los feacios se enamore de él y hable con sus padres para que le ofrezcan comida y refugio. Aquí es donde La Odisea regresa atrás en el tiempo en las palabras de Odiseo, que narra sus aventuras vividas hasta llegar hasta este punto. Así, conocemos cómo Odiseo salió de Troya junto a sus soldados y narra sus aventuras en lotófogaos, en la isla de los Cíclopes (donde ciegan a Polifermo para poder escapar y posteriormente enfurecer a Poseidón), sus aventuras en la isla de Heolo donde abren un cofre esperando tesoros y se encuentran con una horrible tempestad que los aleja irremediablemente de Ítaca hasta llegar a los dominios de Circe, una poderosa hechicera que convierte a algunos de los soldados en cerdos y con la que permanece durante un año hasta que esta le deja marchar. Habrá más peligros hasta que consigan volver a casa, como las sirenas que con su canto atraen a los hombres hasta su irremediable muerte o el enfrentamiento con los monstruos Escila y Caribdis. Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los hechos narrados al inicio de la historia. Conociendo esta increíble epopeya, los feacios terminan ayudándole a regresar a Ítaca. Una vez allí y con la ayuda de su hijo Telémaco, matan a todos los pretendientes de Penélope, generando un gran revuelo, pero dejando el territorio en la más absoluta paz gracias a la intervención última de Atenea y Zeus. Por fin está en casa.Resumen del libro La Odisea de Homero Alex Pareja 27 Febrero 2019 La Odisea es uno de los grandes clásicos de la literatura. Se trata del primer poema junto a la Ilíada de la literatura occidental. Su escritura se atribuye al griego Homero, aunque se cree que durante sus primeros siglos se transmitió por vía oral de forma recitada. Es una poema épico griego formado por 24 cantos que surgió, se cree, en el siglo VIII a.C. Al igual que muchos poemas antiguos comienza en mitad de la historia y se recurre a recuerdos del protagonista para narrar los hechos anteriores. Está dividido en tres partes y nosotros os vamos a ofrecer un resumen del libro de La Odisea de Homero. 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Y vaya si la tiene, ya que es precisamente él quien guía a Telémaco en la búsuqeda de Odiseo: le confirma que su padre sigue vivo y ha sido retenido por Calipso y Poseidón en contra de su voluntad. Es finalmente Atenea quien consigue salvar a Odiseo, pues tiene piedad de él y pide a su padre Zeus (dios de dioses) que le diga a Calipso y Poseidón que lo liberen. Estos cumplen con la palabra otorgada a Atenea y Odiseo finalmente logra escapar de su cautiverio años después. Pero la historia no termina ni mucho menos aquí, puesto que Odiseo sufre un accidente en la barca que utiliza para volver a casa y termina en la tierra de los feacios. Aquí Atenea vuelve a echarle una mano, ayudando a que la princesa de los feacios se enamore de él y hable con sus padres para que le ofrezcan comida y refugio. Aquí es donde La Odisea regresa atrás en el tiempo en las palabras de Odiseo, que narra sus aventuras vividas hasta llegar hasta este punto. Así, conocemos cómo Odiseo salió de Troya junto a sus soldados y narra sus aventuras en lotófogaos, en la isla de los Cíclopes (donde ciegan a Polifermo para poder escapar y posteriormente enfurecer a Poseidón), sus aventuras en la isla de Heolo donde abren un cofre esperando tesoros y se encuentran con una horrible tempestad que los aleja irremediablemente de Ítaca hasta llegar a los dominios de Circe, una poderosa hechicera que convierte a algunos de los soldados en cerdos y con la que permanece durante un año hasta que esta le deja marchar. Habrá más peligros hasta que consigan volver a casa, como las sirenas que con su canto atraen a los hombres hasta su irremediable muerte o el enfrentamiento con los monstruos Escila y Caribdis. Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los hechos narrados al inicio de la historia. Conociendo esta increíble epopeya, los feacios terminan ayudándole a regresar a Ítaca. Una vez allí y con la ayuda de su hijo Telémaco, matan a todos los pretendientes de Penélope, generando un gran revuelo, pero dejando el territorio en la más absoluta paz gracias a la intervención última de Atenea y Zeus. Por fin está en casa.Resumen del libro La Odisea de Homero Alex Pareja 27 Febrero 2019 La Odisea es uno de los grandes clásicos de la literatura. Se trata del primer poema junto a la Ilíada de la literatura occidental. Su escritura se atribuye al griego Homero, aunque se cree que durante sus primeros siglos se transmitió por vía oral de forma recitada. Es una poema épico griego formado por 24 cantos que surgió, se cree, en el siglo VIII a.C. Al igual que muchos poemas antiguos comienza en mitad de la historia y se recurre a recuerdos del protagonista para narrar los hechos anteriores. Está dividido en tres partes y nosotros os vamos a ofrecer un resumen del libro de La Odisea de Homero. Resumen de La Odisea de Homero Años después de la guerra de Troya, Odiseo (o Ulises en la versión latina del texto) se cree muerto al llevar demasiado tiempo sin haber regresado a casa. Se trata del rey de Ítaca y, en realidad, ha sido capturado y retenido por la diosa Calipso y por el dios del mar Poseidón, que desea vengarse de él por haber dejado ciego a su hijo. Mientras tantos, la esposa de Odiseo, Penélope, no para de recibir a hombres que pretenden convertirse en su marido y así ostentar su posición, creyendo firmemente que jamás regresará. Ella se niega a creer esta verdad y por ello manda a su hijo Telémaco en su busca. Su hijo inicia la búsqueda en Pilos, donde se entrevista con el rey Nestor que por desgracia no cuenta con ninguna información acerca de su padre. Sin embargo le aconseja bien, ya que le indica que vaya a visitar al rey Menelao en Esparta pues piensa que sí puede tener información. Y vaya si la tiene, ya que es precisamente él quien guía a Telémaco en la búsuqeda de Odiseo: le confirma que su padre sigue vivo y ha sido retenido por Calipso y Poseidón en contra de su voluntad. Es finalmente Atenea quien consigue salvar a Odiseo, pues tiene piedad de él y pide a su padre Zeus (dios de dioses) que le diga a Calipso y Poseidón que lo liberen. Estos cumplen con la palabra otorgada a Atenea y Odiseo finalmente logra escapar de su cautiverio años después. Pero la historia no termina ni mucho menos aquí, puesto que Odiseo sufre un accidente en la barca que utiliza para volver a casa y termina en la tierra de los feacios. Aquí Atenea vuelve a echarle una mano, ayudando a que la princesa de los feacios se enamore de él y hable con sus padres para que le ofrezcan comida y refugio. Aquí es donde La Odisea regresa atrás en el tiempo en las palabras de Odiseo, que narra sus aventuras vividas hasta llegar hasta este punto. Así, conocemos cómo Odiseo salió de Troya junto a sus soldados y narra sus aventuras en lotófogaos, en la isla de los Cíclopes (donde ciegan a Polifermo para poder escapar y posteriormente enfurecer a Poseidón), sus aventuras en la isla de Heolo donde abren un cofre esperando tesoros y se encuentran con una horrible tempestad que los aleja irremediablemente de Ítaca hasta llegar a los dominios de Circe, una poderosa hechicera que convierte a algunos de los soldados en cerdos y con la que permanece durante un año hasta que esta le deja marchar. Habrá más peligros hasta que consigan volver a casa, como las sirenas que con su canto atraen a los hombres hasta su irremediable muerte o el enfrentamiento con los monstruos Escila y Caribdis. Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los hechos narrados al inicio de la historia. Conociendo esta increíble epopeya, los feacios terminan ayudándole a regresar a Ítaca. Una vez allí y con la ayuda de su hijo Telémaco, matan a todos los pretendientes de Penélope, generando un gran revuelo, pero dejando el territorio en la más absoluta paz gracias a la intervención última de Atenea y Zeus. Por fin está en casa.Resumen del libro La Odisea de Homero Alex Pareja 27 Febrero 2019 La Odisea es uno de los grandes clásicos de la literatura. Se trata del primer poema junto a la Ilíada de la literatura occidental. Su escritura se atribuye al griego Homero, aunque se cree que durante sus primeros siglos se transmitió por vía oral de forma recitada. Es una poema épico griego formado por 24 cantos que surgió, se cree, en el siglo VIII a.C. Al igual que muchos poemas antiguos comienza en mitad de la historia y se recurre a recuerdos del protagonista para narrar los hechos anteriores. Está dividido en tres partes y nosotros os vamos a ofrecer un resumen del libro de La Odisea de Homero. Resumen de La Odisea de Homero Años después de la guerra de Troya, Odiseo (o Ulises en la versión latina del texto) se cree muerto al llevar demasiado tiempo sin haber regresado a casa. Se trata del rey de Ítaca y, en realidad, ha sido capturado y retenido por la diosa Calipso y por el dios del mar Poseidón, que desea vengarse de él por haber dejado ciego a su hijo. Mientras tantos, la esposa de Odiseo, Penélope, no para de recibir a hombres que pretenden convertirse en su marido y así ostentar su posición, creyendo firmemente que jamás regresará. Ella se niega a creer esta verdad y por ello manda a su hijo Telémaco en su busca. Su hijo inicia la búsqueda en Pilos, donde se entrevista con el rey Nestor que por desgracia no cuenta con ninguna información acerca de su padre. Sin embargo le aconseja bien, ya que le indica que vaya a visitar al rey Menelao en Esparta pues piensa que sí puede tener información. Y vaya si la tiene, ya que es precisamente él quien guía a Telémaco en la búsuqeda de Odiseo: le confirma que su padre sigue vivo y ha sido retenido por Calipso y Poseidón en contra de su voluntad. Es finalmente Atenea quien consigue salvar a Odiseo, pues tiene piedad de él y pide a su padre Zeus (dios de dioses) que le diga a Calipso y Poseidón que lo liberen. Estos cumplen con la palabra otorgada a Atenea y Odiseo finalmente logra escapar de su cautiverio años después. Pero la historia no termina ni mucho menos aquí, puesto que Odiseo sufre un accidente en la barca que utiliza para volver a casa y termina en la tierra de los feacios. Aquí Atenea vuelve a echarle una mano, ayudando a que la princesa de los feacios se enamore de él y hable con sus padres para que le ofrezcan comida y refugio. Aquí es donde La Odisea regresa atrás en el tiempo en las palabras de Odiseo, que narra sus aventuras vividas hasta llegar hasta este punto. Así, conocemos cómo Odiseo salió de Troya junto a sus soldados y narra sus aventuras en lotófogaos, en la isla de los Cíclopes (donde ciegan a Polifermo para poder escapar y posteriormente enfurecer a Poseidón), sus aventuras en la isla de Heolo donde abren un cofre esperando tesoros y se encuentran con una horrible tempestad que los aleja irremediablemente de Ítaca hasta llegar a los dominios de Circe, una poderosa hechicera que convierte a algunos de los soldados en cerdos y con la que permanece durante un año hasta que esta le deja marchar. Habrá más peligros hasta que consigan volver a casa, como las sirenas que con su canto atraen a los hombres hasta su irremediable muerte o el enfrentamiento con los monstruos Escila y Caribdis. Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los hechos narrados al inicio de la historia. Conociendo esta increíble epopeya, los feacios terminan ayudándole a regresar a Ítaca. Una vez allí y con la ayuda de su hijo Telémaco, matan a todos los pretendientes de Penélope, generando un gran revuelo, pero dejando el territorio en la más absoluta paz gracias a la intervención última de Atenea y Zeus. Por fin está en casa.Resumen del libro La Odisea de Homero Alex Pareja 27 Febrero 2019 La Odisea es uno de los grandes clásicos de la literatura. Se trata del primer poema junto a la Ilíada de la literatura occidental. Su escritura se atribuye al griego Homero, aunque se cree que durante sus primeros siglos se transmitió por vía oral de forma recitada. Es una poema épico griego formado por 24 cantos que surgió, se cree, en el siglo VIII a.C. Al igual que muchos poemas antiguos comienza en mitad de la historia y se recurre a recuerdos del protagonista para narrar los hechos anteriores. Está dividido en tres partes y nosotros os vamos a ofrecer un resumen del libro de La Odisea de Homero. Resumen de La Odisea de Homero Años después de la guerra de Troya, Odiseo (o Ulises en la versión latina del texto) se cree muerto al llevar demasiado tiempo sin haber regresado a casa. Se trata del rey de Ítaca y, en realidad, ha sido capturado y retenido por la diosa Calipso y por el dios del mar Poseidón, que desea vengarse de él por haber dejado ciego a su hijo. Mientras tantos, la esposa de Odiseo, Penélope, no para de recibir a hombres que pretenden convertirse en su marido y así ostentar su posición, creyendo firmemente que jamás regresará. Ella se niega a creer esta verdad y por ello manda a su hijo Telémaco en su busca. Su hijo inicia la búsqueda en Pilos, donde se entrevista con el rey Nestor que por desgracia no cuenta con ninguna información acerca de su padre. Sin embargo le aconseja bien, ya que le indica que vaya a visitar al rey Menelao en Esparta pues piensa que sí puede tener información. Y vaya si la tiene, ya que es precisamente él quien guía a Telémaco en la búsuqeda de Odiseo: le confirma que su padre sigue vivo y ha sido retenido por Calipso y Poseidón en contra de su voluntad. Es finalmente Atenea quien consigue salvar a Odiseo, pues tiene piedad de él y pide a su padre Zeus (dios de dioses) que le diga a Calipso y Poseidón que lo liberen. Estos cumplen con la palabra otorgada a Atenea y Odiseo finalmente logra escapar de su cautiverio años después. Pero la historia no termina ni mucho menos aquí, puesto que Odiseo sufre un accidente en la barca que utiliza para volver a casa y termina en la tierra de los feacios. Aquí Atenea vuelve a echarle una mano, ayudando a que la princesa de los feacios se enamore de él y hable con sus padres para que le ofrezcan comida y refugio. Aquí es donde La Odisea regresa atrás en el tiempo en las palabras de Odiseo, que narra sus aventuras vividas hasta llegar hasta este punto. Así, conocemos cómo Odiseo salió de Troya junto a sus soldados y narra sus aventuras en lotófogaos, en la isla de los Cíclopes (donde ciegan a Polifermo para poder escapar y posteriormente enfurecer a Poseidón), sus aventuras en la isla de Heolo donde abren un cofre esperando tesoros y se encuentran con una horrible tempestad que los aleja irremediablemente de Ítaca hasta llegar a los dominios de Circe, una poderosa hechicera que convierte a algunos de los soldados en cerdos y con la que permanece durante un año hasta que esta le deja marchar. Habrá más peligros hasta que consigan volver a casa, como las sirenas que con su canto atraen a los hombres hasta su irremediable muerte o el enfrentamiento con los monstruos Escila y Caribdis. Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los hechos narrados al inicio de la historia. Conociendo esta increíble epopeya, los feacios terminan ayudándole a regresar a Ítaca. Una vez allí y con la ayuda de su hijo Telémaco, matan a todos los pretendientes de Penélope, generando un gran revuelo, pero dejando el territorio en la más absoluta paz gracias a la intervención última de Atenea y Zeus. Por fin está en casa.

P
pichula
24 Abril 2025
muy god en realidad

J
Justxdxdx
22 Noviembre 2024
Muy buen resumen mí causa pero sería mejor que lo pudieras resumir un poco más, tu resumen está genial ya que tiene todos los datos importantes

S
Sandra
21 Noviembre 2024
Gracias por el resumen. Está genial

A
angel
06 Noviembre 2024
esto de estudiar da ambre..

T
TuMamá
23 Septiembre 2024
Ayuda no me da tiempo a copiarlo y ya me tengo que ir al instituto XDDD

D
david
14 Septiembre 2024
un resumen mas corto seria mas bueno

M
Man
22 Julio 2024
Interesante muy bien ffelicidadesss

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