El estadounidense Rick Remender regresa con una obra de violencia y venganza al más puro estilo de las películas Camino a la perdición y León: el profesional. Autor superventas y narrador de series tan brutales como Siete para la Eternidad (cuatro volúmenes en rústica) en la que un caballero moribundo, de una casa caída en desgracia, debe decidir si unirse a una orden de guerreros mágicos y mercenarios que buscan salvar y liberar al mundo de un Dios malvado; la serie de ciencia ficción, fantasía y aventuras llena de horrores cósmicos Ciencia Oscura (tres volúmenes integrales en cartoné en una edición de lujo), o la saga espacial protagonizada por Heath Hustos, Fear Agent (dos volúmenes integrales en cartoné), en Una sed de venganza justificada Rick Remender se pasea por el género negro para brindar una experiencia narrativa que no podrás dejar de leer hasta terminar.
Todo comienza cuando un ciudadano cualquiera va hacia el supermercado en busca de una cajetilla de tabaco y se tropieza con un cliente. De regreso a casa ve un coche sospechoso y decide acercarse a la vivienda de la que salió por patas. No tardará en descubrir un complot de asesinos a sueldos, lo que le llevará a fingir ser uno de ellos para defender a familias inocentes y ser perseguido por los más poderosos.
Aunque no estamos ante una obra original, el autor Rick Remender logra acercar el estilo de guion a otras de sus obras y de ejecutar una buena historia en un corto recorrido. Tenemos una trama sencilla y fácil de leer con un enfoque narrativo introductorio, por lo que en este primer volumen se debe esperar una apertura que poco a poco irá desarrollando el escenario para ofrecer una historia repleta de intriga, crimen y misterio.
La grandeza de los pequeños detalles
Las acciones cotidianas, como ir al supermercado o tomar el autobús, cobrarán gran importancia conforme avancemos en los números; las interacciones entre personajes principales y secundarios guiarán hacia los momentos sorprendentes del relato.
La grandeza de Una sed de venganza justificada recae en el dibujante André Lima Araújo, en una sucesión de viñetas a color dignas de una narración cinematográfica en un camino maldito hacia la venganza. No hay una estructura visual continua, sino una sucesión de diferentes composiciones por las que perderse. Desde primeros enfoques pasando por grandes planos e incluso planos medios, haciendo un ejercicio descriptivo sobresaliente donde hay lugar para todo tipo de secuencias. Habrá páginas en las que el entorno compita con el elenco de personajes hasta que ambas representaciones convivan entre sí para romper en una expresión óptica que muestra a las mil maravillas cada emoción y situación, cada rasgo facial y detalles de dibujo.
El escaso guion se compensará con la buena ejecución de Araújo de expresiones faciales y corporales, que se irán ejecutando con firmeza y calma, sirviéndose de la percepción e interpretación humana para conformar una representación cineasta, es decir que encontramos esa información fragmentada —en este caso en viñetas a diferencia de los fotogramas— que nos dará el movimiento y la fluidez necesaria con cada paso de página. Sin duda es una de las narrativas que mejor han sabido ejecutar una gran interpretación en diseño, una buena visión de montaje artístico, que nos da la información y los mensajes que necesitamos para entender la trama y crear una unidad de narración entre técnica, fluidez y clímax.
¿Podría ser mejor? Sí, y ahí entran los lápices del irlandés Chris O'Halloran, que debutó en su ciudad natal con Turncoat Press, se estrenó en USA como colorista de Dynamite Entertaiment y acabó trabajando para Marvel. La funcionalidad artística y el estructuralismo del color en Una sed de venganza justificada tiene un desarrollo de las tonalidades bien definidas para cada situación y expresión, ofreciendo perspicuidad y a la vez complejidad al mezclar tonalidades frías y cálidas a la perfección en una colorimetría mate.
Justicia y venganza, crimen y conclusión
Cada quien hace justicia como puede.
Una sed de venganza justificada intentará alegar con una narración triunfal que, silenciosamente, te susurrará para caer rendida a su diseño, a sus personajes y a su hilo argumental. Este relato de misterio repleto de sangre es una calma pasajera que deja entrever la violencia que se desatará para coronarse como una de las mejores apuestas del cómic en el género negro.
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