Argumento de Gung Ho Tomo 1. Ovejas negras
Gung Ho nos introduce en un escenario distópico en una Europa completamente destrozada. La supervivencia se ha vuelto increíblemente complicada para los humanos, que viven en colonias bajo la constante y terrible amenaza de lo que ellos llaman la “marea blanca”.
La acción transcurre en una de las colonias situada en una de las mayores zonas de peligro. A ese recóndito lugar llegan Archer y su hermano Zack, dos jóvenes que han sido expulsados de la ciudad y acaban llegando al lugar más recóndito de la humanidad: Fort Apache, su última oportunidad: una colonia situada en medio del peligro que no está acostumbrada a la genialidad pícara y perversa de Archer ni a la violencia que esconde Zack y que no acabará de empatar con los habitantes del lugar.
Sobre Thomas Von Kummant: dibujante Gung Ho Tomo 1. Ovejas negras
Thomas es el responsable de ese precioso dibujo que tienes ante ti y que no puedes dejar de admirar ni un segundo. Estudió en la Escuela de Moda de Munich, hecho que marcó por completo su forma de concebir a los diferentes personajes y diseños de sus obras. A lo largo de su carrera como dibujante y pintor ha trabajado en la producción de varias películas y como ilustrador para diferentes editoriales y periódicos.
También ha colaborado con Benjamin von Eckartsberg en la publicación del tomo La crónica de los inmortales.
Sobre Benjamin Von Eckartsberg: guionista de Gung Ho Tomo 1. Ovejas negras
Benjamin también nació en Alemania. Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Munich y es tanto guionista como ilustrador. Ha trabajado desde 1993 como dibujante freelance para el mundo del cine, televisión, publicidad o clientes particulares pero es en la escritura de cómics donde encuentra su verdadera pasión. Una pasión que encaja perfectamente con el amor de Thomas por dibujar cómics.
Análisis de Gung Ho Tomo 1. Ovejas negras
Está claro que Gung Ho Tomo 1. Ovejas negras no es un cómic para leer rápido ni para apurar en una tarde: ya para empezar, su formato no lo permite. Con un tamaño de 24 x 32 cm y un formato de tapa dura, leer a Gung ho se convierte en una experiencia que te exige que le dediques varias horas a su trama y a los increíbles detalles de sus viñetas. Su dibujo, complejo y realmente cinematográfico hasta el punto de hacernos vivir un storyboard muy completo y terminado, es otro de los factores que te harán inclinarte por una lectura pausada y sobre todo sentida del volumen.
Y es que este cómic lanza un apasionante grito de guerra hacia la escena del cómic europeo con un guión pulidísimo y un dibujo simplemente precioso y único que no se parece a nada que hayamos visto anteriormente. En Gung Ho ambos elementos se suman para crear un primer tomo que, a pesar de que no busca impactar con enormes cliff hangers ni promesas incumplidas, sí que nos hace preguntarnos qué vendrá después y qué trama esconden cada uno de los personajes presentados.
GUNG HO es un grito que se lanza para darse valor, para mostrar que no se teme a nada. Es originario de los soldados norteamericanos que lo utilizaban durante la Segunda Guerra Mundial. Por extensión, el grito designa a alguien kamikaze, una persona temeraria.
Von Eckartsberg destaca de esta forma creando un guión cargado de pequeños detalles sobre la colonia y el entorno que contribuyen a generar una sensación completa de realismo: la injusticia que sienten los hermanos por parte de los adultos del lugar, el centro de reparto de ropa e incluso los diálogos que tienen entre sí los personajes hacen que continuamente nos sintamos desamparados y vulnerables.
Vulnerables porque la increíble amenaza que hay fuera de los muros de la colonia implica una muerte prácticamente segura, impidiendo que los hermanos se sientan libres de tomar decisiones y que tengan que vivir bajo el yugo y las normas de un grupo de desconocidos que en ningún momento muestran por ellos la más mínima empatía.
Los Destripadores cazan en jaruías de entre cinco y diez miembros, compuestos por exploradores, cazadores y trituradores. Pero, muy a menudo, también se reúnen muchas jaurías, llegando a formar manadas de cientos o miles de individuos que atacan comunidades humanas más grandes. Durante la caza, cada especie de destripador actúa acorde a las cualidades que definen su tarea.
De esta forma, la obra protagonizada por dos adolescentes nos sitúa en ese difícil rango de edad en el que nos sentimos incomprendidos, queremos encajar con el resto (especialmente cuando es un grupo de gente nueva) y demostrar nuestra autonomía a unos adultos difíciles de tratar que nunca parecen comprendernos.
No podemos pasar por alto en un análisis de Gung Ho el dibujo de la mano de Von Kummant. Von Kummant siempre se ha definido más como un pintor que como un dibujante de cómics y nosotros no podemos estar más de acuerdo con esta afirmación. Cada viñeta es un mundo en sí mismo, cargado de detalles y de expresiones que recuerdan más a un storyboard a óleo y pastel que a un cómic al que estemos acostumbrados. Y es que Von Kummant consigue hacer algo realmente difícil: caracterizar a diferentes personajes de forma creíble usando la misma paleta de color para todos ellos.
Se nota el bagaje de Thomas Von Kummant como estudiante de Moda en el cuidado que pone por que la ropa represente a cada tipo de personaje: la joven que se vende por pastillas y que exhibe un tanga amarillo por encima de la cintura, el joven Salim que busca ser alguien importante y que lo simboliza en su chaqueta americana o incluso el propio diseño de Archer con su camiseta irónica de “sex beast”.
Los fondos están diseñados como un speed painting o un concept painting de cualquier videojuegos, en forma de brochazos rápidos de pintura y con el uso de texturas que le otorgan un aspecto cálido, sucio y desaliñada a la estampa, tal y como podemos imaginarnos que viven los diferentes personajes en Fort Apache: desde los tatuajes de las chicas, las paredes de ladrillos y las manchas en la ropa hasta los grafitis que hay repartidos a lo largo de la ciudad.
Gung Ho cuenta también con un extenso anexo de 40 páginas al final del cómic cargado de estudios y procesos, detalles y concepts que son simplemente maravillosos. Nos ha dejado absolutamente fascinadas el hecho de que incluyan un contenido tan rico y valioso como el que podéis ver en la galería: estudios de personajes y coherencia cromática, movimiento de los simios asesinos, exploración de diferentes escenarios y hasta la partitura de la canción que canta Archer al principio con su guitarra - calavera.
Y es que se nota la tradición y la conexión con la publicidad con la que cuentan tanto Thomas como Benjamin, ambos conscientes de lo importante que es ofrecer un valor añadido a la obra, ambos deseosos de hacernos partícipes de la magia de la construcción de la obra y de cada uno de sus elementos. Su anexo nos sumerge en el proceso de creación y motiva el hecho de que vuelvas al principio a leer de nuevo el cómic, ahora con más datos e información que al principio, por fin comprendiendo la magnitud de su esencia.
Sobre la edición de Gung Ho Tomo 1. Ovejas negras
La edición de Dibbuks corta el aliento a cualquier amante del cómic clásico, otorgándole un valor artístico de por sí al cómic por su simple calidad y peso. La obra, que más que nada es un álbum, cuenta con 120 páginas de altísimo gramaje y tamaño recogidas en una preciosa y deliciosa tapa dura a todo color que llaman la atención en cualquier estantería. Su forma y su diseño, el espacio de cada viñeta, el margen que deja alrededor o incluso las 40 páginas de anexo acaban por enamorar a cualquier poseedor del cómic que encuentra en su relectura un placer oculto y casi prohibido no limitado únicamente al público juvenil.
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Nuestra opinión sobre Gung Ho Tomo 1. Ovejas negras
No se puede Gung Ho una sola vez. En la primera lectura, rápidamente te das cuenta de que no tienes el contexto necesario para introducirte en esta increíble obra que destila calidad en cada viñeta y en cada plano. Los detalles pasan desapercibidos por tus ojos mientras te dedicas a hacerte una idea general de quién es quién y de cuáles son las personalidades de los diferentes personajes.
Cuando nosotras empezamos a leer Gung Ho ibamos coaccionadas por las opiniones de otras personas que lo habían leído que nos habían dicho que el cómic era predecible y extremadamente teenager. Y por supuesto, conforme conocemos a Archer y a su hermano y se sientan las bases de la supervivencia de los humanos, un pensamiento flotó a la superficie de nuestros pensamientos:
«¿ Otro maldito cómic de zombies?»
Precisamente por eso nos pareció tan increíblemente genial cuando se revela que la amenaza a la que tienen que enfrentarse no son muertos que caminan y propagan enfermedades, sino precisamente monos. Monos evolucionados, monos inteligentes que cambian las reglas del juego: a diferencia de los zombies pueden trepar, son listos y se mueven con una agilidad que supera cientos de veces la de cualquier humano. Estos animales son definitivamente algo nuevo y maravilloso que explorar y, desde nuestro punto de vista, uno de los pilares que hacen a Gung ho tan increíbles.
Y es que ya les gustaría a la mitad de los cómics y autores que nos hemos encontrado tener tan pensado y reflexionado el setting y el universo del que hablan como a Von Kummant y Von Eckartsberg: su análisis y reflexión del mundo y la amenaza que rodea a los humanos les lleva incluso a establecer diferencias morfológicas entre los diferentes tipos de Destripadores, dividiéndolos en categorías.
En ese sentido, Eckartsberg y Kummant realizan un excelente trabajo de recopilación de ideas y de brainstorming previo que demuestra que no han dejado ninguna escena al libre albedrío: en las 40 páginas del anexo podemos ver los procesos de bocetado, dibujo y entintado de las viñetas o incluso una completa descripción del backstory del planeta tierra y de Fort Apache.
Figura 1: Storyboard. Thomy pone en imágenes el guión en un rápido storyboard. Aquí se decide el número de viñetas por página y la forma en que se repartirán acción y diálogos.
Figura 2: Puesta en escena: las páginas de la historieta en sí se componen a partir de las imágenes del storyboard. En este momento se decide el peso emocional de cada imagen mediante su tamaño o su forma…
[...]
Gung Ho es una auténtica maravilla que, sin embargo, nos ha desconcertado un poco: su dibujo es increíblemente adulto y sus anexos y extras hacen las delicias de cualquier amante de los cómics, pero después vemos una trama extremadamente adolescente y juvenil, donde las tonterías de Archer y el día a día de Zack ocupan la mayor parte de la trama. Esto no quiere decir ni mucho menos que Gung Ho tenga un argumento ligero o intrascendente: en este primer tomo de Ovejas Negras, Von Kummant y Von Eckartsberg parecen sentar las bases de una trama mucho más compleja en el futuro: la prostitución y los abusos sexuales del líder de Fort Apache, la rivalidad de este con Ava (la jefa de la colonia), la necesidad irrefrenable de Archer por la libertad y el comportamiento reprimido de un pueblo aplastado por una moralidad y un control extremadamente familiar. Y todo ello aderezado con bestias blancas predadoras que van en busca de carne fresca. ¿Se puede pedir más?
Nosotras, al menos, leeremos con avidez el segundo tomo. Está claro que el segundo tomo de Gung Ho traerá más fuerza, drama y acción que el anterior y que su grito de guerra resonará con fuerza por toda Europa.
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