Puck, el de la colina, conocido también como Puck, el de la colina de Pook o simplemente como Puck, es una recopilación de cuentos e historias sobre el pasado de Inglaterra escritos por el maestro en literatura Ruyard Kipling (famoso por su obra El libro de la selva). Empleando al pequeño duende o fata de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano, Puck se va estructurando alrededor de las canciones populares que dos niños emplean para invocar, sin pretenderlo, a fantasmas del pasado y seres del otro lado que les contarán increíbles relatos y aventuras acontecidos en la Inglaterra más antigua.
La obra está considerada como uno de los clásicos más mágicos y contiene 26 capítulos y canciones / poemas repartidos entre sus páginas. Su edición original (que data de 1906) iba acompañada de una serie de ilustraciones en blanco y negro de gran calidad que van ilustrando cada uno de los cuentos y relatos.
Aunque el libro claramente está enfocado en el público juvenil, es necesario tener previos conocimientos sobre las tradiciones de los ingleses e irlandeses, así como su estrecha relación con los fata y los habitantes del otro lado, ya que hay continuas referencias al tipo de relación que Puck mantiene con los niños y a lo que estos pueden y no pueden hacer.
Además, la obra cuenta con un lenguaje elaborado que si bien te atrapa en el núcleo de las historias y relatos, puede llegar a hacerse cuesta arriba en la introducción si no se cuenta con experiencia previa leyendo obras del S. XIX y XX.
Argumento de Puck, el de la colina
Dan y Una son dos niños con mucho tiempo libre y un poco aburridos… así que en plena víspera de verano se les ocurre la genial idea de interpretar tres veces seguidas una escena de El sueño de una noche de verano a los pies de la colina de Pook. Sin pretenderlo, invocan de esa forma a Puck, un elfo que se jacta de ser de lo más antiguo que queda por Inglaterra.
Puck, siempre pícaro y travieso, decide contarles a los niños las historias más interesantes y fascinantes de cuanto ha acontecido en Inglaterra. De esta forma, día tras día les irá presentando a un sir Richard, un caballero medieval; Parnesio, un soldado romano que sirvió en la Muralla; a Sebastian, un pintor excelente al servicio de los Tudor e incluso a Kadmien, un sabio judío.
Todas sus historias transportan a los niños a los lugares más maravillosos jamás conocidos en Inglaterra a cambio de un pequeño precio: en cuanto este acabe de hablar, los niños olvidarán todo lo que han oído.
Kipling: de imperialista victoriano a cuenta-cuentos.
Kipling tiene una merecida fama por sus obras anteriores de ser una de las voces que defendieron el imperialismo británico. En España, sin embargo, se lo conoce más bien por ser el autor de El libro de la selva. Sin embargo, Puck, el de la colina, se aleja no tanto del estilo narrativo del autor como de los propios temas y hay una razón biográfica de ello. En 1902, Ruyard Kipling se mudó a Bateman a una maravillosa mansión en lo más recóndito del interior campestre de Sussex. Desde allí, motivado también por la muerte de su cercano amigo Cecil Rhodes, aclamado pro-imperialista, Kipling empezó a centrarse en el estudio de la historia y las costumbres inglesas, prestando especial atención a todo lo que tuviera que ver con el territorio donde estaba afincando: Sussex.
Puck, el de la colina es, de alguna forma, su cariñoso homenaje a todas las leyendas e historias que recorrían en aquella época el lugar donde vivía.
Historia de la construcción de Inglaterra desde su misma base
Puck, el de la colina no es una historia de cuentos, fantasías y dragones que se hacen con enormes tesoros, pero al mismo tiempo sí que tiene algo de mágico. A través de un simple ejercicio de imaginación, el autor se ha divertido poniendo a un par de niños de principios del S.XX a mantener una conversación con personajes pasados que de una forma u otra contribuyeron en la construcción de la bella Inglaterra tal y como él nos la presenta. De esta forma, Puck, el pequeño ser shakesperiano, funciona como hilo conductor para los más maravillosos personajes que presenta en la obra, los cuales se dirigen siempre a los niños con el mayor de los respetos y sorpresas. Es realmente fascinante cómo sir Richard, un caballero medieval entrado en años que vuelve a la tierra en forma de un espectro amistoso, contempla a los niños como sabios por tener mucha más información que él mismo; mientras que Parnesio, el romano, se extraña al descubrir que los nombres de los lugares donde él mismo disfrutó la vida, han desaparecido o cambiado de nombre para siempre.
Kipling escribió la obra orientándola a los más pequeños de la casa (sin ir más lejos, el protagonista, Dan, tiene ocho o nueve años en la historia: la misma edad que tenía el hijo del autor en la época). Así, para ayudarles a comprender mejor la obra y a recordar uns historias marcadas por un fuerte componente patriótico, Ruyard compuso poemas y canciones populares que se anteponen a las historias y que de alguna forma introducen el cuento que se va a narrar. De esta forma, la propia canción de los niños funciona, la mayor parte de las veces, como una forma de invocación para los espectros que acompañan a Puck y que narran sus vidas pasadas.
Evidentemente, a nosotros los poemas nos han llegado traducidos al castellano, lo que hace que pierdan toda su musicalidad. Un ejemplo de la edición clásica de Ediciones Orbis S.A. cita por ejemplo:
¿Veis por ahí las sendas pisoteadas
que a través de los trigos aparecen?
Por ellas se arrastran los cañones
que a las naves del rey Felipe hundieron.
¿Y veis nuestro molino, tan pequeño,
que rechina y trabaja en el arroyo?
Muele su grano y paga su gabela
desde que se dictó el Domesday Book.
La obra desprende un profundo amor por Inglaterra, sus historias y sus paisajes. Kipling es capaz de transportarnos no solo a la colina verde con sus inmensos robledales y el brezo creciendo en el que juegan los niños, sino también a los pantanos de Oriente Medio donde sir Richard navegó y combatió contra bestias feroces o hasta la muralla donde Parnesio y su compañero resistían el envite de los pictos y normandos. Sus descripciones, realizadas con muchísimo amor, se centran en las sensaciones atmosféricas y las emociones que desprende cada lugar, ayudándote a verlas a través de los ojos de los personajes involucrados.
La sensación de pérdida y ancianidad en Puck, el de la colina
Es por tanto una obra mágica que, sin embargo, guarda también un profundo sentir melancólico y dramático. Desde el primer momento en que aparece Puck, este nos explica que ya no queda nadie en el mundo de los fata; y no existe gloria alguna para ninguno de los personajes de la historia por mucho que se comporten como héroes. Ni sir Richard, tras recorrer medio mundo, ni Parnesio o los otros personajes, encontrarán justicia, honor o vítores en un pueblo que el mismo Kipling define como malvado, cruel, odioso e ignorante.
Sin embargo, los personajes son siempre conscientes de que no habrá recompensa para sus actos. De esta forma, la joven madre que cede a sus dos hijos para que lleven a los fata a otro país, teme en la orilla durante tres días no volverlos a ver; y el joven general lucha continuamente en una causa perdida a pesar de saber que nadie les dará ni medio Triunfo por ello. Pero se mantienen íntegros, y una gran parte de la moraleja que esconden estos cuentos es precisamente el hecho de que la mayor de las virtudes y los cambios que hacen prosperar el mundo se encuentran a menudo en personas corrientes (como la negociación con la que Kadmien salvó al resto de judíos de una masacre futura o las decisiones de un pirata malhablado de mantener el honor de dos jóvenes caballeros británicos).
-Fui yo, y no Elías, quien trató con Langton con respecto al cuadragésimo artículo de las Nuevas Leyes.
-¿De qué se trata? - preguntó vivamente Puck -. El artículo cuadragésimo de la Carta Magna, dice: « A nadie venderemos, rechazaremos o denegaremos el derecho de justicia.»
-Es cierto, pero los barones habían escrito primero: «A ningún hombre libre». Me costó doscientas grandes piezas de oro cambiar esos términos rigurosos.
Conclusiones de Puck, el de la colina
Puck es un librito extraño y mágico que llegó a mí de la forma más inusual posible: a través de la compra impulsiva de un montón de clásicos en una librería de segunda mano. La obra ni siquiera es conocida y la lamentable edición con la que me hice, carecía de las ilustraciones originales y, en algunos puntos, hasta de coherencia gramatical; pero a pesar de ello no he podido evitar disfrutar enormemente de sus historias.
La introducción de cada uno de sus capítulos es una cuesta arriba difícil de manejar, ya que el autor se regodea con términos antiguos, nombres hace tiempo olvidados y referencias a viejos códices y leyes que, lamentablemente, hoy en día no son de conocimiento público (al menos no en mis círculos). Pero en cuanto empieza la acción y recorres con los dioses el sendero de una espada mágica olvidada; la invasión de Inglaterra y sus guerras internas; la lucha y confraternización de un joven e idealista soldado romano con los pictos o incluso los caminos que llevaron a los fata a enloquecer a todas las marismas, no puedes evitar sentirte atrapada como cuando de pequeña te contaban un cuento realmente fascinante.
Kipling tiene esa capacidad de hacer que te enamores poco a poco de cada una de las historias y te sumerjas en ellas como pocas obras han conseguido. Tiene una voz propia muy bonita que sin duda merece la pena leer en inglés, para no perder la musicalidad de unas canciones y poemas que, de otra forma, parecen ideas sueltas e inconexas carentes de sentido.
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