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NOTA: 6.5

Opinión de Historia de la violencia: un libro sobre una violación masculina

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Escritora consumada, concept artist en ciernes y adicta al trabajo. Do...


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Argumento de Historia de la violencia

Historia de la violencia es una obra autobiográfica en la que Èdouard Louis, un joven escritor que arrasó en el mercado en el 2014 con la obra Para acabar con Eddy Belleguele. En ella, Édouard nos cuenta cómo un 25 de diciembre, volviendo a casa, conoció a un hombre muy atractivo llamado Reda que le ofreció tomar una copa juntos.

A causa de una serie de malentendidos, Édouard nos contará con sus propias palabras cómo este hombre lo violó e intentó asesinarlo estrangulándole con una bufanda, y cómo son sus días posteriores tras este trauma.

La violencia de una trama sangrienta contada con el desasosiego de un burgués

Historia de la violencia llama la atención directamente por su título y por su portada impresa en un rojo fuerte y saturado con tres desgarros que muestran el dolor y la humillación que sintió Édouard en su momento. Sin embargo, la obra no se desarrolla tal y como un foráneo a la obra de Louis podría esperarse: en vez de darnos una descripción detallada de los hechos, de hablarnos del odio desgarrador o la vergüenza que sintió al ser violado, Édouard da un amplio rodeo sobre sus sentimientos, registrando las conversaciones que tiene con sus amigos, la policía y su hermana Clara y reconstruyendo los hechos a través de lo que ellos dicen y de cómo hace sentir la situación a Édouard.

Por tanto, en Historia de la violencia, por muy violenta que fuera la situación que vive, esta no se trata de una forma carnal y apasionada, sino desde la completa frialdad y el desapego de un tercero o incluso de una persona todavía en shock al que le cuesta procesar sus propios sentimientos. Este libro, que funciona en forma de diario, explora también el contexto y la vida general del autor: cómo huyó del campo hasta París y su transformación en la ciudad, la importancia de sus dos mejores amigos, lo incómodo que se siente con su hermana Clara y el general, cómo ha construído su identidad a través de objetos materiales.  

Porque eso es lo que Édouard hace a lo largo del libro: desmontarse pieza a pieza en cada pensamiento en el que hace tanto una deconstrucción de sí mismo como de la sociedad en general. Dándonos a entender cómo el propio Édouard se aleja mucho de la figura del parisino típico que no está acostumbrado a los robos ni a la propia violencia, pero que se esfuerza radicalmente en mostrarse como un burgués cosmopolita cualquiera, hasta el punto de comprarse ropa o exhibir la profundidad de los títulos que lee por la calle.

La negación del Yo de Édouard Louis es muy prototípica en esta sociedad

Édouard reacciona de una forma bastante comprensible al salir del campo que detesta, mostrándonos las perspectivas diferentes que se pueden tener sobre el mismo hecho. Así, cuando este anuncia a su familia que es homosexual, su hermana Clara lo recuerda como un hecho sin importancia, incluso como una declaración que le dé una justificación para abandonar a su familia; pero Édouard lo recuerda como el momento en el que ellos empezaron a tratarle de forma diferente.

Sin un lugar al que ir ni ningún sitio en el que pertenecer, Édouard busca una sola cosa: encajar. Su autoestima por los suelos le obliga a comprarse un foulard que no le queda bien solo porque él cree que es lo que debe hacer para encajar en París, y lee continuamente libros que sabe que lo elevan intelectualmente a los ojos del resto.  

Cuando una persona carece de autoestima, tiende a anteponer la felicidad de otros frente a la suya propia y a permitir ciertos asaltos y violencia contra ellos, justificándolos en exceso. Y eso es realmente lo que hace con su agresor, Reda, frente al cual trata continuamente de encontrarle una explicación en el que él tenga la culpa de lo ocurrido.

Su continua necesidad de autoreafirmarse y de necesitar amor queda patente en cómo busca una excusa frente al cariño con el que trataba a Reda al principio.

"

Tengo un problema. Soy de encariñarme muy rápido.

Mi opinión personal de Historia de la violencia - contiene spoilers.

Historia de la violencia no os narrará con detalles desde la primera página cómo se conocieron Reda y Édouard, cómo subieron a su piso y cómo una cosa llevó a la otra y Reda intentó matarlo después de haberlo violado. No es ese tipo de libro. Y si he de ser sincera, cuando empecé a leerlo, me decepcionó un poco. Esperaba que el autor no diese tantas vueltas con reflexiones sobre la sociedad, sobre su pasado y sobre la forma de hablar de su hermana, sino que abriese literalmente su alma a su dolor, su rabia y su ira.

Y luego me di cuenta de una verdad que me había estallado en la cara: Édouard Louis, sí que había desnudado su alma.

Soy una persona muy pasional, que cuando se enfada es capaz de gritarle a cualquiera y que cuando ama lo hace incondicionalmente y he leído muchos testimonios de víctimas de violación de ambos géneros. Por eso en Historia de la violencia esperaba ver la realidad de un hombre que llora, su dificultad para reconstruirse emocionalmente, cómo lidia con volver a mantener relaciones sexuales, pero Édouard ni siquiera se lo piensa dos veces cuando se pregunta si no sería mejor acostarse el día siguiente con otro hombre para quitarse de encima el hedor de Reda.

¿Dónde está el dolor? ¿Dónde la sangre? La respuesta para mí está claro, y es quizás por eso por lo que no estoy de acuerdo con los que han criticado este libro diciendo que es una magnífica representación de la violencia a la que puede llegar cualquier ser humano. No creo que vaya de eso la obra.

Es decir, sí, vale, Reda es encantandor. Édouard te lo vende a lo largo de las páginas como un superviviente, como un hombre que se va haciendo su hueco en una sociedad injusta para la gente de su raza, de sonrisa fácil y un amante complaciente. Y es cierto que Historia de la violencia te muestra las dos caras de un potencial asesino y violador que también es capaz de comportarse como un hombre simpático y cariñoso.

Pero yo creo que Historia de la violencia va acerca del aburguesamiento de los sentimientos y de las emociones. De la incapacidad del hombre moderno por procesar lo que siente, por moverse entre extremos emocionales en una sociedad en la que la falta de sentimientos se considera algo loable. Donde la mejor ejecutiva en pantalla carece de piedad y el chico más inteligente del libro no tiene empatía. Una sociedad donde la gente, cargada de problemas de confianza y de autoestima, con la depresión como enfermedad endogámica a nuestra generación, puede llegar a ser víctimas y diluir el dolor y sus sentimientos en el limbo.

En la nada.

En un pozo oscuro como el del propio Édouard.

Édouard que no soporta que hablen de Reda. Édouard que no quería ir a la comisaría a denunciarlo porque no quería ser la causa por la que otro hombre fuera a prisión. Édouard que está, literalmente atrapado en el cepo de lo que es políticamente correcto, de la sumisión más total y absoluta, del conformismo actual.

Así que sí, Historia de la violencia puede que no me haya encantado mientras la estuviera leyendo, pero me ha dejado rumiando y pensando, masticando su significado, preguntándome si hay tanta gente así como Édouard, carente de deseos de venganza tras una acción tan brutal contra él mismo.

Y me pregunté a mí misma… ¿y si es así? ¿Y si Historia de la violencia es realmente lo que su nombre indica? Que a lo largo de las guerras y de la historia siempre hay un loco, y siempre queda el cordero.

2 comentarios en este post

L
La insomne28 Junio 2018Responde
No, no xD Varle, tienes razón. Nada de leer este tipo de obras con sueño porque son propensas a hacerte reflexionar más que a contarte una historia. Así que si te lo meriendas corriendo de una sentada o lo lees por encima, es como si no lo hubieras hecho. ¡Y sí! Tomo nota de lo de los emoticonos! Hacen mucha falta D:

V
Varle28 Junio 2018Responde
A mi me paso lo mismo, es un libro que te deja pensando un buen rato después de haberlo acabado. Eso sí, no recomiendo leerlo con sueño. jejeje. Hecho de menos poder poner algún emoticono. Hasta la próxima!

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