Argumento de Giant Days Volumen 3
¡La vida estudiantil sigue hacia delante! Pero todo está completamente patas arriba en este tercer volumen de Giant Days. Ed por fin parece haber pasado página de la preciosa pero caótica Esther van Groot y se cuelga de la jefa de redacción de su periódico. Al mismo tiempo Susan decide boicotear las elecciones presentando al candidato ideal y descuidando su relación con Mc’Graw y Esther tiene una crisis existencialista.
Ahora la única que podrá salvarlas de la espiral de locura en la que se han metido es Daisy, y no dudará en usar sus poderes de girl scout con ellas.
Giant Days 3 recupera por fin el drama universitario propio de los slice of life - pequeños spoilers
Ya os comentamos en la anterior #momokoreseña que Giant Days 2 había perdido parte del encanto y de la locura que tenía este slice of life en el que las situaciones más cotidianas podían llegar a escalarse hasta convertirse en algo genial. Y por suerte, Giant Days 3 recupera completamente de nuevo el rumbo en dirección al drama universitario más potente y absoluto.
A diferencia de otros cómics en los que las protagonistas prácticamente indiscutibles que ocupaban todo el espacio en viñeta eran el trío Esther, Susan y Daisy, en este tercer tomo se le da mucha más importancia a la figura de Ed, dedicándole un capítulo entero a él y a sus pequeños “altercados”.
Así, al igual que en Giant Days 1 habían tratado la sexualidad de forma natural al insinuar que habían pillado a Daisy masturbándose con el ordenador, en este tomo nos presentan al pequeño Ed, el cual por no hacer, no es capaz ni siquiera de perder la virginidad de forma apropiada. Ed es el clásico ejemplo de personaje secundario que persigue a la diva de escena y que haría cualquier cosa por ella, viéndose mermadas todas sus nobles características como lo buena persona que es y su inteligencia en detrimento de su torpeza. En este caso, Ed es eyaculador precoz, algo de lo que rápidamente se entera toda la escuela.
El feminismo vuelve a escena en Giant Days 3
Al mismo tiempo, este tomo tan genial incluye a un personaje nuevo que no sabemos si volveremos a ver en escena: la típica amiga que desfasa a muerte. ¡Todos tenemos un/a amigo/a que cuando te lía para salir por la noche acabas tirado por el suelo! Y precisamente Giant Days recupera características y anécdotas comunes de todos con los que podemos empatizar, dándole una vuelta de tuerca cuando al final nos revelan que es madre soltera.
A menudo tiende a olvidarse que muchas mujeres siguen siendo independientes, empoderadas y fuertes cuando deciden tener un hijo, aunque ello vaya en detrimento de sus estudios universitarios ya que es una elección libre que hacen ellas. Lindsay precisamente decide abrir su corazón con Ed porque es la única mujer madura del grupo capaz de pasar por alto las torpezas del chico y ver el interior de su corazoncito.
Sea por gripe o por insomnio, lo surrealista empapa Giant Days.
En el primer volumen habíamos visto una Esther que deliraba por la fiebre y en el segundo un mundo mágico de fantasía en el que se metía la pobre Daisy. Este tomo será Susan la encargada de padecer alucinaciones, las cuales se han vuelto ya un recurso común en la serie. Susan se obsesiona terriblemente con las nuevas elecciones a presidente de la universidad, deja de dormir y acaba poniendo en peligro toda su estabilidad.
Sea como sea, este recurso permite a los dibujantes deformar las viñetas y alterar el orden de lectura limpio y simple al que nos tienen acostumbrados con estos tomos. Y bueno, por qué no, darle ese toque mágico que tienen siempre estos tomos y que hacen tan especial la saga de Giant Days.
El dibujo cambia, pero la edición no.
Ya nos habíamos percatado de que Lissa Treiman, dibujante de obras para Disney, se había bajado del proyecto porque a la mitad del volumen dos, el estilo del dibujo cambiaba radicalmente. Sarin se une al equipo a la cabeza del dibujo y los bocetos en esta nueva entrega. No vamos a mentir y diremos que se nota que los personajes no fueron diseñados por el propio Sarin, ya que a lo largo de las situaciones, las expresiones faciales que eran tan características de la propia Lissa Treimann y de sus personajes se van perdiendo en pequeños matices y en un trazo fino que no sabemos si acaba de empatar bien con la forma de colorear de Cogan, contribuyendo a que estos capítulos den la sensación de que se hicieron a toda prisa para cumplir una deadline (lo cual oye, no va en detrimento del argumento, que es buenísimo).
Fandogamia vuelve a llegar hasta la cima del mimo y del cariño a los cómics con esta nueva edición en tapas azules blandas, realmente bonitas, con una ilustración de la nueva protagonista de escena y responsable asignada a liderar el caos: Daisy. Además, como extra, encontraremos cuatro diseños de las cubiertas de Lissa Treimann, así como una serie de bocetos de John Allison para los nuevos personajes secundarios.
¿Adónde se han ido nuestras chicas? ¿Es que están evolucionando?
Algo que me sorprendió personalmente en el volumen 2 fue que la pragmática, seria y un poco aguafiestas de Susan fuera precisamente la que protagonizase una trama tan fantasiosa como la de la familia de predicadores. Y tampoco es que me encantase realmente la dirección que había tomado de pronto el personaje principal.
Ahora de pronto, en este tomo 3, nos encontramos con una Esther más anecdótica que otra cosa, que no roba el protagonismo a sus compañeras como hacía al principio y sobre todo, que parece tener la cabeza en su sitio, hasta el punto de esperar a Ed para animarlo a pesar de su personalidad siempre egomaníaca (la cual era parte de la gracia del personaje). Tampoco lleva ya el rímel corrido, botas de monstruos, corsets ni vestidos victorianos y esa pequeña magia que tenía mi personaje favorito se ha perdido en este tomo en el que Esther se vuelve una chica normal con preguntas y dudas del todo razonables.
Daisy, sin embargo, es la que más evoluciona de las tres: deja a un lado su confusión sobre si es lesbiana o no (que ahora que lo recordamos, besó a Ed en el tomo 2) y se centra únicamente en ayudar a sus amigas gracias a su pasado como líder de las Girl Scouts. Por fin parece que Daisy crece y sienta la cabeza pero… ¿lo harán las otras?
Mi opinión sobre Giant Days 3
Giant Days 3 me ha gustado definitivamente mucho más que Giant Days 2. Es cierto que todavía no está a la altura del primer tomo, pero la historia vuelve a presentarte chascarrillos realmente divertidos (como Mc’Graw lidiando con sus emociones cortando un montón de madera o Susan fumándose cuatro cigarrillos al mismo tiempo).
Por el precio por el que lo vende Fandogamia en su página web (unos 10€) merece enormemente la pena seguir las aventuras de estas tres chicas porque, aunque el dibujo ha empeorado en proporción, la historia de John sigue siendo realmente divertida.
¡Un slice of life que sigue mereciendo la pena disfrutar! ¡Pero devolvedme a mi Esther!
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