Mi insoportable vecino (Loathe Thy Neighbor) es la primera obra de Teagan Hunter que llega a España, y lo hace de la mano de Phoebe Romántica. La obra, de apenas 285 páginas, narra el accidentado romance entre River y su irritante pero sexy vecino Dean. Así, durante una gran parte de la trama iremos viendo cómo la tensión sexual y física entre ambos crece cuando se ven obligados a compartir un pequeño apartamento durante varios meses.
Argumento de Mi insoportable vecino de Teagan Hunter
River solo tiene claras un par de cosas en la vida: su pasión por la tarta de cereza, su obsesión por conseguir que su boutique funcione comercialmente y el odio visceral y pasional que siente por su vecino Dean.
Y es que desde que Dean se mudó a la casa de al lado, la vida de River se ha vuelto cada vez más difícil. No sabe por qué, pero le odia. Le odia con una pasión tal que, cada vez que le ve, siente que se le erizan todos los pelos del cuerpo. Tampoco ayuda que él decida pasearse con su mascota, una tortuga, cada domingo por la mañana para sabotear su desayuno semanal con su mejor amiga Maya y robarle el último trozo de tarta de cereza.
Las cosas entre los dos echan chispas. Por eso, nadie se esperaba que cuando el apartamento de Dean acaba chamuscado en un incendio, River le ofrezca irse a vivir con ella…
Una novela teen con mucho sexo
Mi insoportable vecino es un enemies to lovers con todas las letras, perfecto para iniciarse con este subgénero de la romántica. La historia nos presenta de esta forma a dos personajes que buscan cualquier motivo para pelearse. La autora retrata el carácter de la pareja generando cualidades únicas y algo excéntricas en cada uno de ellos. De esta forma, crea a River, una joven pelirroja cuya obsesión por la tarta de cereza se repite una y otra vez a lo largo de la obra. Ella es impulsiva, irritable y muy temperamental, y su toque infantil que salpica una gran parte de las escenas en las que sale, aligera un poco la trama y le otorga un componente de humor que le viene muy bien a la obra.
Él, en cambio, aporta un grado de seriedad y empatía a la relación, equilibrando de esa forma el libro. Lo más excéntrico de Dean es que cuenta con una tortuga como mascota a la que lleva a todas partes y que, por mucho que suene extravagante y extraño en las primeras páginas, la autora es capaz de normalizar con total éxito.
Él es serio y atento; ella egoísta y cabezota. Su relación contradictoria funciona a las mil maravillas gracias al equilibrio emocional y el desarrollo de personajes que genera la autora. Y es que ambos cuentan con sus propias contradicciones, las cuales los hacen más realistas y cercanos. Por ejemplo, River está obsesionada con su trabajo y es la persona más profesional que conocerás en una novela del estilo, y sin embargo cuenta con enormes brotes infantiles como su pasión por los M&Ms verdes o su obsesión con chinchar y molestar muy por encima del límite de lo razonable a Dean.
Al mismo tiempo, está claro que Dean carece de recursos económicos como profesor de primaria, y sin embargo viene de una tóxica familia adinerada a la que no les pide ni un dólar para subsistir.
La evolución de una relación forjada en la discordia
La obra está perfectamente estructurada para que ni el romance entre ambos sea forzado; ni veamos una tensión sexual demasiado evidente desde la primera página. Contada, como casi todas las obras del género, a dos voces, la novela cuenta con una estructura cíclica que se repite: River y Dean tienen un momento de conflicto o romance e inmediatamente después acuden a contárselo a sus mejores amigos.
Estas conversaciones con Nolan y Maya, los amigos de los protagonistas, le sirven a la autora en dos sentidos: por un lado permite que entendamos sin demasiados capítulos introspectivos el conflicto emocional interno que tienen, y por otro, presentan a personajes planteados de una forma evidente para spin offs y nuevas novelas, como Nolan y Maya.
Y digo conflicto emocional interno porque es evidente que detrás del rechazo que siente River por su vecino se esconde en realidad una enorme vulnerabilidad emocional. Esto queda muy claro especialmente en las primeros momentos que comparten cuando Dean se va a vivir con River y cómo esta es incapaz de tomarse los cumplidos de Dean como algo positivo y cree que siempre hay intenciones oscuras detrás. Su incapacidad para conectar emocionalmente con las personas y su miedo a enamorarse hacen que tenga la necesidad de recordarle que puede echarle a la calle en cualquier momento, ya que eso le da una falsa ilusión de control.
Poco a poco, conforme la relación entre Dean y River empieza a amoldarse a la convivencia entre uno y otro irá surgiendo una tensión sexual maravillosamente bien planteada, que escala hasta que sea absolutamente insoportable para los dos. Es en ese momento en el que la obra introducirá escenas eróticas explícitas que harán las delicias de los que han llegado hasta la mitad del libro en busca de los momentos de «acción».
Mi opinión sobre Mi insoportable vecino
Mi insoportable vecino me duró menos de un día. Este #enemiestolovers tiene un ritmo tan rápido y es tan ligerito de leer que en cuanto me sumergí en la primera página perdí por completo la noción del tiempo, leyendo en un avance desesperado por llegar de una vez por todas al momento en el que la tensión sexual entre los dos estallara definitivamente.
Dean es un auténtico amor. Frente al primer rechazo que sentí por el personaje cuando aparece con una tortuga como mascota en plena cafetería en el primer capítulo, pronto me quedó claro que, aunque el chico es algo excéntrico, tiene la cabeza sobre los hombros y busca una vida sencilla y sin ataduras, lo cual es de agradecer. Su sentido común y su talante pacificador, que tan bien le van a su backstory como profesor de primaria, son literalmente el punto fuerte de la novela, ya que en ocasiones veremos este contrapunto que tiene con su lado más pícaro y travieso.
La presencia de Dean las situaciones cómicas que viven juntos y la tensión sexual generada; compensan el hecho de que River tenga estallidos infantiles que te sacan un poco de quicio.
A pesar del carácter de River y de su malsana adicción por las tartas de cereza por la que, literalmente, casi agrede a un anciano, Mi insoportable vecino es una obra fresca, muy rápida de leer y muy satisfactoria, que te deja con la misma sensación en el cuerpo que tienes después de haberte pasado una tarde centrada en tu propio selfcare y viendo una película romántica desinhibida.
Una novela estupenda para regalar o para pasar un buen rato entretenido.
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