Libérame, una novela dónde el bien y el mal se mezclan creando un mundo repleto de ambigüedades.

Libérame continua unas semanas después de la primera novela. Juliette se ha adentrado en Omega Point y dedica sus días a aprender sobre sus poderes junto a sus compañeros; Adam (su enamorado) James (el hermano de Adam) y Kenji (un chico con poderes que quiere firmemente ayudar a nuestra protagonista). Aunque sus poderes mortales no la favorecen a establecer nuevas amistades, ya que todos parecen aterrados en su presencia, y ella no está precisamente acostumbrada a estar rodeada de personas, Juliette conocerá a un grupo de gente que la ayudará a descubrirse a si misma y que procurarán que se sienta a salvo.

Tick, tick, tick, tick, tick.

La guerra contra el Restablecimiento está al caer, el ambiente está cargado de nerviosismo, alguien mucho más poderoso que Warner está a punto de aparecer y Punto Omega tiene que prepararse para luchar, Juliette representa un tesoro debido a sus poderes, pero su querida arma esta desestabilizada por culpa de Adam, que cada vez se distancia más y actúa de forma extraña. Su mundo queda patas arriba cuando aparece Warner de nuevo, está vez mucho más persistente y afable.

Juliette deberá enfrentarse a una guerra inminente y a dos chicos que reclaman su corazón mientras ella intenta recoger los pedacitos de este.

Análisis de Libérame

Tahereh Mafi en la segunda entrega de la saga Destrózame expande el mundo que ha creado, aunque no demasiado; aún desconocemos realmente a que se dedica el Restablecimiento y que ha sucedido con la sociedad para que el mundo haya quedado derruido. Si bien es cierto, Mafi nos presenta algún retazo de información sobre estas cuestiones, pero sigo considerándolas insuficientes, aunque pensado de cara a la historia que se centra en los personajes y su evolución, y el triángulo amoroso que se crea entre Julliette Adam y Warner, supongo que no resulta tan relevante conocer los detalles más intrincados del mundo en que se configura esta distopia.

Los primeros capítulos se centran básicamente en la adaptación de Juliette a Omega Point; cómo poco a poco va conociendo más sobre sus propios poderes y desvelando un mundo más amplio de lo que ella conocía. Juliette empieza a entrenar para saber controlar su toque mortal. Las escenas en las que se desarrollan estos entrenamientos son especialmente entretenidas debido a que durante la primera mitad de la historia simplemente presenciamos como la protagonista se acomoda a un nuevo hogar. Las escenas más interesantes resultan ser en las que aparecen nuevos personajes o en las que aparece un poco de acción.

La primera mitad del libro también se recrea especialmente en la relación que tienen Juliette y Adam, Juliette esta emocionada por explorar más cosas sobre sí misma mientras que Adam se distancia poco a poco de ella y actúa de forma más austera y malhumorada. Juliette no comprende su cambio de actitud y quiere ser capaz de comprender que le sucede, pero Adam cierra en banda su corazón y la trata como si fuera una muñeca de porcelana. La relación que mantienen los dos personajes irrita a sus compañeros pues parece que se pasen el rato jugando al tira y afloja con una cuerda elástica completamente inestable.

Cuando de nuevo aparece Warner, Juliette siente una curiosidad imperiosa hacia él. Warner es un personaje honesto, que tiene una visión de las cosas muy clara y particular, pese a que deba representar el papel del antagonista Warner representa una mezcla entre el bien y el mal, un chico corrompido por una infancia horrorosa, que le ha conllevado a tener una visión un tanto distorsionada de la vida, pero aún y así sigue siendo humano, y tiene un corazón repleto de dudas y sentimientos encontrados.

El desenlace de la novela resulta inquietante, al terminar el libro te deja con ganas de más, ganas de cerrar las puertas que Tahereh Marfi ha dejado abiertas, ganas de ver como seguirán viviendo nuestros protagonistas y ganas de descubrir más profundamente hasta donde nos puede conducir la pluma de la autora.

Libérame está escrito de una forma prácticamente poética del mismo modo que Destrózame, Tahereh Mafi escribe con una elegancia y una precisión que te da la sensación de tener que parar en cada párrafo para volver a leerlo de nuevo, cada palabra está escrita por algún motivo, representando a la perfección los sentimientos de Juliette. Definitivamente la segunda entrega de esta saga sube el tono de la historia y te deja con ganas de más, con personajes absolutamente ambiguos que no representan un papel claro de buenos o malos. El universo de Tahereh Mafi es una perfecta representación de que a veces los buenos no son tan buenos y los malos no son tan malos.