Hoy en Momoko os traemos una nueva reseña. En este caso se trata de una novela en cuatro puntos de vista. Las tormentas interiores es la historia de cuatro personas que se enfrentan a un punto de inflexión en sus vidas. Los cuatro protagonistas ven cómo sus vidas dan un giro completo a raíz de un encuentro fortuito en el aeropuerto de Barajas.
Argumento de Las tormentas interiores
Las tormentas interiores es una novela de decisiones, de encuentros, de cambio, de ponerle al mal tiempo buena cara. En esta novela conocemos cuatro historias, de cuatro personajes diferentes que, a pesar de todo, tienen algo en común: todos ellos coinciden en el aeropuerto de Barajas un día de tormenta. Victoria y Alberto todavía no se conocen, pero van a compartir el mismo vuelo con destino a la capital italiana. Victoria ha decidido dar el gran salto de su vida y romper con todo, para eso qué mejor que coger el toro por los cuernos e irse a vivir a Roma. Alberto vive prisionero de su puesto de trabajo, asfixiado por su corbata, por su jefe y por los innumerables viajes contrarreloj que tiene que realizar. Una reunión de última hora hace que tenga que subirse al mismo avión que Victoria. Por su parte, Ana y Devlin también se encuentran en el aeropuerto el mismo día de la fatídica tormenta. En su caso, el vuelo es a Londres. Ana es una madre de familia, con una vida un tanto gris, que se dispone a viajar sola para asistir a la boda de su hermana. Devlin es un productor musical que se desplaza por temas laborales, para ayudar en la producción de un nuevo disco de un grupo emergente. Cuando se cancela el vuelo en el que iban a viajar, no cambia solo la fecha del viaje. También su destino se ve afectado.
Sobre Gerardo Pérez Sánchez, autor de Las tormentas interiores
El autor de Las tormentas interiores, Gerardo Pérez Sánchez, nació en La Laguna y es Doctor de Derecho. En la actualidad ejerce como profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de La Laguna, donde se formó. Ha desarrollado su actividad profesional en el ámbito de la legislación y la jurisprudencia, pero además se declara aficionado al cine y desde el año 2006 es crítico cinematográfico profesional para la prensa canaria. Además de toda esta actividad, Gerardo se dedica a la escritura, una de sus grandes pasiones. Su primera novela se publicó en el año 2014 bajo el título de El peso del tiempo, en el año 2013. Esta novela salió a la luz como parte de una colección que es una de las plataformas de difusión más importantes de la nueva narrativa en las Islas Canarias: G21: Nuevos novelistas canarios. El amor y otras vías de escape, su segunda novela, se publicó de la mano de la Editorial Verbum, lo que le dio una repercusión increíble a nivel internacional. Repitió colaboración con la editorial en su tercera novela, La sonrisa de Duchenne, que fue además finalista del Premio Iberoamericano de Novela Verbum 2015. La cuarta novela, por tanto, es esta que analizamos en esta reseña de Momoko: Las tormentas interiores.
Análisis de Las tormentas interiores
El libro nos sorprende con un formato que sirve perfectamente al propósito del libro y nos acerca la historia de cuatro protagonistas de una manera original. Cada uno de los capítulos de Las tormentas interiores corresponde a uno de los personajes principales de la trama, intercalándose en ocasiones con otros más genéricos en los que se hace alusión al clima y a la evolución de la tormenta, o a sucesos de la vida de los cuatro protagonistas en conjunto. La historia comienza captando nuestra atención con la historia de Victoria. Victoria es una chica que siente que lleva una vida vacía, que nada de lo que la rodea la hace feliz o la completa. Deja a su novio, con el que cree que empezó a salir porque eran los únicos amigos solteros del grupo, deja su trabajo y se despide de sus padres. El objetivo que Victoria tiene en mente puede parecer una locura, ella misma lo reconoce, pero el cambio radical que supone empezar de cero en la capital italiana es una fuente de ilusión y de miedo a partes iguales. ¿Por qué Roma? Ni ella misma lo sabe explicar, quizás es la imagen romántica y artística que todo el mundo tiene de Roma lo que la atrae y la ha impulsado a su decisión.
Aquella mañana Victoria se levantó con el mismo entusiasmo que se autoimponía desde que había llegado a Roma. Espantaba los temores con su férrea voluntad de sonreír, así como plegaba y guardaba las ansias de encarrilar su futuro con una sobredosis de optimismo que ella misma se fabricaba.
Alberto es un empresario que apenas tiene tiempo para su vida personal. Un comercial de empresas tecnológicas de prestigio. Él mismo explica que no tiene tiempo material para conocer a nadie ni para plantearse el iniciar una relación seria con nadie. No puede evitar, por tanto, sentirse solo. Lo que ocupa su tiempo por completo son las reuniones de última hora que le endosa su jefe, su propio trabajo y el de los demás que termina cayendo en sus manos. En uno de estos cambios de última hora, para intentar captar a un cliente muy importante para la empresa, Alberto tiene que viajar con urgencia a Roma. Estamos ante un hombre resolutivo, que ha viajado mucho, que casi no sabe ni en qué ciudad vive, pero cuando conoce a Victoria una chispa de ilusión se enciende y le incita a pensar si no lo dejaría todo para llevar una vida distinta. Una vida que sea verdaderamente vivida. Ana es una mujer casada, madre de dos hijos, que ha abandonado sus aspiraciones musicales por dedicarse a la vida familiar. Ana está pasando por momentos tensos en su relación con Esteban, su marido. En algún punto se perdió la magia que los unió en el pasado y una vez agotado el amor apenas queda un rescoldo de cariño entre los dos. La hermana de Ana se casa en Londres, donde vive desde hace ya un tiempo. Sin embargo, Esteban y los niños no viajan con Ana para asistir al enlace. La boda se celebra en una fecha que es tradición en la familia de Ana, pero que resulta ser un día laborable y por ello su marido alega que le es imposible viajar con ella o que los niños la acompañen y falten al colegio. En esta situación, Ana se siente sola y no sabe a ciencia cierta si es una buena idea viajar a pesar de todo. La tormenta no pone las cosas fáciles, pero un encuentro casual puede hacer que todo adquiera un color muy diferente. Devin es el cuarto personaje que se nos presenta en la historia. Podemos considerar que se trata del único protagonista que no está frustrado con su trabajo o que odia su vida laboral. Devin es productor musical, adora el jazz y vive por y para su trabajo. Tiene muchas buenas amistades que ha ido cosechando con el tiempo y con su labor en la industria, pero hace años que una pérdida importante ha cambiado notablemente su vida y su carácter. Se nos plantea, además, con Devin, el tema del paso del tiempo. Cuando el productor se encuentra con viejo amigo de la infancia descubrimos que se siente extraño al ser tratado como un hombre mayor, que parece que el tiempo ha volado ante sus ojos y no ha sido capaz de asimilarlo. Ahora Devin se prepara para viajar a Londres, donde tiene que asistir a la grabación de un grupo emergente de jazz, colaborando en la producción de su primer disco. Es, posiblemente, el más abierto y más decidido de los cuatro. Sabe lo que quiere y arriesga, aunque no por ello deja de dudar de si lo que hace es lo correcto.
Luego, más tarde, me refiero a meses más tarde, me asaltó la eterna pregunta recurrente sobre qué hubiese pasado si no se hubiera vuelto. Si, finalmente, el aguafiestas que siempre se disfraza de sensatez para influir en mis razonamientos se hubiese salido con la suya y, tras acercarme, me hubiese alejado, seguramente no por mi voluntad pero sí por mi decisión.
Es una novela de historias cruzadas, pero no todos los protagonistas se conocen. Victoria y Alberto, de edades similares y con el viaje a Roma en ciernes, son una de las parejas de la trama. La otra es la que forman Devin y Ana, también de una edad similar y con el vuelo a Londres en perspectiva. Lo que sí es factor común a los cuatro protagonistas y es detonante de las historias de Las tormentas interiores es, precisamente, que los cuatro se encuentran el mismo día a la misma hora en el aeropuerto. Un hecho fortuito, como es una tormenta que se recrudece y provoca la cancelación de los vuelos de estos cuatro prsonajes, es el punto de inflexión gracias al que cada una de las parejas empieza a conocerse.
Nuestra opinión de Las tormentas interiores (¡contiene spoilers!)
Empatizamos desde un primer momento con Victoria, que es el primer personaje que se nos presenta del libro. El patrón de una vida que no llena y de una existencia incompleta se repite en los cuatro personajes principales de la historia. Esta premisa de cuatro personas en un punto de inflexión de sus vidas capta nuestra atención al instante. Queremos saber más, queremos saber cómo llegan a conocerse o cómo se juntan las distintas historias que se nos presentan. Nos gusta la personalidad de cada uno de los protagonistas, cómo son, sus ilusiones y su forma de actuar. Funcionan a la perfección y los capítulos de cada uno atrapan por igual, sin que haya ninguno que quede descolgado a pesar de lo diferentes que son entre sí. Todos ellos están muy bien construidos, a nuestro parecer. Especialmente el inicio del libro nos enganchó. Nos gustó especialmente cómo arranca la novela, con el portazo de Victoria, con su energía y su decisión a pesar de la flaqueza interior. Esta es otra de las cosas que mejor han funcionado de la novela, podemos comprobar que todos ellos dudan, ninguno está al 100% seguro de lo que está haciendo con su vida. En Las tormentas interiores los personajes se nos presentan frágiles y humanos. No toman decisiones categóricas, si deciden algo es con el corazón, muchas veces llevados por un impulso irracional que atiende solo a un deseo de cambio. La energía, el motor del cambio, en cada uno de los personajes y que los impulsa a evolucionar son sus ganas de crecer personalmente, de cambio en sí o de atreverse a amar. Nos ha gustado la vulnerabilidad de Victoria, Alberto, Ana y Devin. Ninguno se libra en este aspecto. El hecho de que los capítulos estén escritos en primera persona nos aporta una perspectiva mucho más amplia de cada uno de ellos y de la relación que establecen con las personas que los rodean. Este aspecto se mantiene incluso en la "minihistoria" de la ministra que se nos presenta en uno de los capítulos intermedios (antes de que vuelva a empezar el esquema Victoria-Alberto-Ana-Devin). La ministra, a pesar de ser un personaje secundario y no tener mucho peso en la trama está trabajada en profundidad por el escritor. Incluso en este personaje de aparición breve descubrimos ese punto de reflexión, de cuestionarse toda una vida, de intentar un cambio radical. Nos parece que quizás a la historia le falta crudeza. Una crudeza que sí apreciamos, sin embargo, en la relación de Ana con Esteban (su marido). Aquí percibimos un tono de mayor peso, de mayor pesimismo y desencanto que el habitual. El resto de la historias las vemos tal vez revestidas de una energía positiva especial que nos predispone a asumir que todo va a salir bien, aunque hay una enorme carga de incertidumbre en todas las historias. La casualidad hace que las dos parejas que se conocen terminen estableciendo una relación que los completa en un momento de duda o de problemas personales. Desde un primer momento asumimos que lo más probable es que las dos parejas protagonistas terminen estableciendo algún tipo de relación, que se enamoren. El cómo se terminan cumpliendo estas perspectivas sí que nos sorprende y nos gusta especialmente el final (en la novela) entre Ana y Devin. Es una relación especialmente compleja ya que Ana está casada y tiene dos hijos, pero la conexión entre ambos es muy fuerte. Por su parte, de la historia de Victoria y Alberto nos encanta el que ella termine haciendo saltar por los aires el mundo enconrsetado de Alberto. Ella le da el valor necesario para dejarlo todo atrás y apostar por su relación, por una vida nueva, un trabajo nuevo... Una locura que puede salvarle de una vida gris.
Conclusión sobre Las tormentas interiores
Hemos disfrutado de la lectura de Las tormentas interiores. Es un título del que nos quedamos especialmente con la esencia positiva de su historia y con el carisma de sus personajes, que nos mantienen desde el primer momento con ganas de saber más sobre ellos. Cada uno de los personajes principales aporta algo diferente a la trama. Todos confluyen en un mismo punto, que es el que determina su futuro y el que construye la historia de la que somos testigo a lo largo de las páginas de la novela. Ha sido un libro distinto, pues no nos hemos encontrado con muchos libros que sigan este formato, y la verdad es que es precisamente uno de sus puntos fuertes. Muy recomendable para las personas que les gusten las historias románticas sin edulcorar, las historias de vidas cruzadas y para aquellos que crean en las casualidades. Gracias a Georgia de @promocionLibros por habernos descubierto este libro.
0 comentarios en este post
Deja un comentario
Kinishinaide! No publicaremos tu email ni te spamearemos sin tu permiso