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NOTA: 8.5

La manga roja, opinión del primer tomo de un mahnwa de romance histórico

La Insomne
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Escritora consumada, concept artist en ciernes y adicta al trabajo. Do...


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Imágen destacada - La manga roja, opinión del primer tomo de un mahnwa de romance histórico

Es difícil no pensar en las páginas de La manga roja como en los pliegues de un hanbok bordado a mano: cada página impresa a todo color con tantísimo cuidado por recrear espacios y emociones y cada detalle de una trama optimista y luminosa evoca un objeto de artesanía de gran valor. Esta percepción que obtienes al coger el manhwa es, cuanto poco, consecuente con su trama, ya que la historia acompaña a la joven Deokim como calígrafa de gran talento en una corte del S. XVIII en pleno palacio del Emperador de Joseon.

Este manhwa, heredero directo de la novela The Red Sleeve Cuff escrita por Mikang Kang con adaptación cinematográfica de la mano de Jung Ji-in y Song Yeon-hwa, se desliza entre las costuras del poder, la obediencia y la autonomía, allí donde una calígrafa puede convertirse en testigo privilegiada del pulso secreto del trono.

Ahora, de la mano de Maeva Red, apoyándose del gran éxito internacional que tuvo la serie de televisión y de la brillante popularidad que han obtenido otros manhwas coreanos en España como *Qué le pasa a la secretaria Kim,* podremos disfrutar de este webtoon de altísima calidad, con una brillante ambientación, personajes complejos y una narrativa que combina lo mejor del romance imperial y el drama político que solo un Kdrama nos puede ofrecer.

¿Lista para conocer la historia de Deokim? Pues siéntate recta y humedece el pincel, porque La manga roja es mucho más que una simple historia de entretenimiento.

Argumento de La manga roja, tomo 01: la historia de una joven Deokim a la que le apasiona escribir.

S. XVIII. En el interior de palacio, una niña llamada Deokim pasa todo su tiempo libre, a diferencia de sus compañeras, aprendiendo el noble arte de la caligrafía. Fuera, un cortejo fúnebre se arrastra por las calles llorando la muerte de la concubina favorita del Emperador. Sin pretenderlo siquiera, acabará coincidiendo con el Emperador y recibiendo de su mano un regalo muy especial: los libros favoritos de su amante fallecida.

Años más tarde, Deokim es una joven optimista, alegre y enérgica que trabaja en Palacio como sirvienta y se gana la vida por fuera transcribiendo obras. Su impecable estilo la ha hecho tan popular que sus libros pronto llaman la atención no solo de los vendedores especializados, sino de la mismísima Reina. Lo que parecía un trabajo no remunerado sin más para las princesas cambiará para siempre su vida y la acercará a las cámaras privadas del príncipe heredero al trono.

TODO
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Los nombres detrás del mahnwa: quiénes son los autores de La manga roja

Detrás de La manga roja y de forma atípica para la creación de este tipo de cómics, se esconde un equipo creativo completo. Por un lado, la autora original de la novela The Red Sleeve Cuff es Mikang Kang que, tal y como nos indica un apéndice al final del tomo, empezó a escribir la historia cuando apenas tenía diecisiete años. Su visión, cargada de sensibilidad y matices históricos, no tardó en encontrar eco entre los lectores coreanos, convirtiendo la novela en un éxito rotundo que más tarde inspiraría tanto este webtoon como una adaptación televisiva multipremiada.

La versión en cómic ha sido adaptada tanto por Dopamine como guionista como por Lee Ji Yong como ilustradora gráfica, los cuales se han esforzado por generar un resultado final de gran valor artístico y cuidados detalles. Asímismo, todo el proyecto está respaldado por CreativeSUMM, estudio fundado en 2016 y dedicado a la creación de animación y webtoons. La manga roja es su primer gran trabajo en este formato… y el resultado no podría ser más prometedor.

Caligrafía, mujeres y Hangul: el arte de escribir como acto de expresión femenina y resistencia

Uno de los elementos más fascinantes de La manga roja es cómo su protagonista, Deokim, no solo habita en la corte, sino que encuentra en la caligrafía un medio de subsistencia, expresión personal y, en cierta forma, de libertad. Aunque podría resultar chocante en un primer momento para aquellos lectores que no estén del todo familiarizados con la historia de Corea, dentro de los confines del palacio durante la dinastía Joseon una joven podía, perfectamente, ganarse la vida copiando libros.

Durante el periodo Joseon (1392–1897), la escritura no solo era una habilidad esencial en los círculos cultos, sino también una práctica con una fuerte carga simbólica. Aunque las mujeres de clase baja raras veces podían acceder a una educación formal en sí misma, dentro del sistema de palacio existían funcionarias especializadas llamadas gungnyeo (궁녀): mujeres que servían a la corte y podían adquirir conocimientos avanzados en lectura, escritura y artes varias. Entre sus múltiples funciones se encontraba la transcripción de textos, la lectura en voz alta (como hace Deokim con sus compañeras a cambio de una moneda) y la redacción de documentos oficiales.

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No solo podemos ver a Deokim leyendo y estudiando, sino que nos queda claro en varias ocasiones que esta lo hace en hangul (한글), el sistema de escritura fonética que el rey Sejong el Grande promulgó oficialmente en 1446 con el objetivo de facilitar el acceso al conocimiento al pueblo llano, incluidas las mujeres. A diferencia del complejo sistema hanzi (caracteres chinos), el Hangul era sencillo, lógico y accesible, lo que permitió que mujeres de todas las clases, especialmente en ambientes cerrados como el del palacio, pudieran leer y escribir con relativa facilidad. No es casualidad que muchas de las primeras obras escritas en Hangul fueran precisamente dirigidas a mujeres (como el Naehun (내훈, Instrucciones para mujeres) de la Reina Sohye (1475), Eumsik Dimibang (음식디미방) de Jang Gye-hyang (siglo XVII) u otros manuales de conducta, textos budistas, canciones populares y, más tarde, literatura de ficción y correspondencia personal.

Sabiendo esto podemos poner en relieve la magnífica tarea de contextualización que Mikang Kang realiza a la hora de plantear el mahnwa ya que no solo es posible que una mujer como Deokim pudiera ganarse la vida con la caligrafía, sino que es históricamente coherente y enriquece un cómic que, ya de por sí, es del todo maravilloso. Como curiosidad, es muy posible que el emperador que aparece en el primer capítulo del manhwa se trate del rey Yeongjo o su nieto, el futuro Jeongjo, ambos conocidos por su amor por los libros, el saber, y por fomentar el acceso a la educación.

Una narrativa bañada en color: anotaciones al pie, planos dramáticos y belleza palaciega

Si ya de per se la historia de La manga roja nos invita a leerlo como si estuviésemos descifrando una carta antigua sellada en laca roja, el apartado visual nos sumerge sin contemplaciones en un universo palaciego vibrante, recargado y sensorialmente abrumador. Cada una de las 256 páginas de este primer tomo está lleno de color, detalles, cambio de planos y un ritmo narrativo que avanza lentamente pero sin resultar aburrido que recuerda poderosamente al ambiente planteado por el manga de Kusuriya no Hitorigoto.

Y es que Mikang Kang aquí va alternando entre fondos cargados de detalle con otros más vacíos, haciendo predominar en todo momento las expresiones faciales de los personajes y apoyándose en una paleta de color del todo aesthetic donde el príncipe y Deokim van continuamente vestidos con colores opuestos para mostrar esta relación turbulenta que empieza desatada por un malentendido.

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La edición de Maeva, además, de páginas de buen gramaje y tinta brillante, está cargada de anotaciones a pie de página que aparecen integradas directamente en la composición visual. Así, comprenderemos sutilezas propias de la cultura coreana que afectan a Deokim y sus amigas como la ceremonia del Gyer-ye (계례 / 笄禮) donde, de alguna manera, pasarán a formar parte de la corte del rey (y ser las gungnyeo) y que marca su traspaso de niñas a adultas, así como detalles de la escritura, de obras transcritas por la protagonista y del rol jerárquico que cumple cada personaje que va apareciendo en el cómic.

Más que un enemies to lovers histórico

Si por algo destaca La manga roja además de por su increíble recreación histórica y lo estéticamente convincente que llega a ser, es porque no se queda en un simple romance del tipo de enemies to lovers. En su lugar, al menos este primer tomo, recorre a través de diferentes personajes femeninos un tema fascinante: y es la libertad a la que se ven constreñidas las mujeres en la sociedad coreana. Tal y como comprenderemos rápidamente, Deokim sirve como sirvienta en un palacio con otras mujeres, comprometiendo y bloqueando totalmente la posibilidad de casarse o de enamorarse de alguien ya que, por ley, no pueden servir en palacio y tener marido.

El matrimonio tampoco es una escapatoria plausible. La princesa Cheongyeon se queja continuamente del hecho de que su marido no la acompaña a dar paseos y restringe su libertad en todo momento, llegando incluso a ser censurada por su hermano el Príncipe cuando la ve en la calle.

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No es por eso de extrañar que todos los personajes femeninos de la obra, desde princesas a instructoras, concubinas, reinas y sirvientas, estén obsesionadas con leer historias de romance y que realicen una suerte de contrabando basado en una economía sumergida de influencias para conseguir las mejores obras y releerlas una y otra vez.

Este esperado sometimiento femenino es lo que hace que Deokim sea tan fascinante a ojos del instructor o del propio Príncipe, el cual explota el enemies to lovers hasta un punto de violencia preocupante. Y es que Su Majestad, atractivo y altivo como él solo, arremete contra Deokim acostumbrado a que todas las sirvientas teman sus estallidos de mal humor. Su planta, que todos sabemos que es inofensiva, no consigue diluir del todo la jugada evidente de la autora: él trata mal a todas las mujeres que le sirven, pero está claro que Deokim pronto pasará a ser especial.

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Mi opinión de La manga roja, tomo 01: ¿merece la pena leerlo?

Cuando abrí por primera vez La manga roja me sorprendió no solo la edición que me pareció sin duda preciosa y con un dibujo envidiable, sino también la profusamente detallada y contextualizada que está la historia. Y es que cuanto más investigaba sobre el papel de las mujeres en los palacios, la existencia de los personajes secundarios que aparecen representados en el manga y la verdad detrás de las calígrafas durante el período Joseon, más me sorprendía de lo bien adaptado que está.

La historia de Deokim es ahora mismo lo que más destacada de este tomo, en el que se va situando el preludio de un romance basado en un enemies to lovers con el Príncipe del Castillo, realizando así un paralelismo con la historia de la Leyenda de Wol Haseon, que sale mencionada también en el cómic y donde un príncipe se enamora de una concubina y causa un auténtico revuelo en la estricta sociedad coreana.

La historia con un guion moderno cargado de guiños a la literatura romántica y erótica o términos como el mansplaining, el precioso dibujo y la personalidad arrolladora pero siempre optimista de Deokim inspirarían a cualquiera. Está claro que nos encontramos ante un mahnwa que será extremadamente popular en España. Porque Deokim no pedía ser una heroína, pero lo fue. Y ahora, gracias a esta edición, todas podemos seguir sus pasos entre biombos, libros y flores bordadas.

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