Argumento de K.L. Reich
Francesc y Emili, dos exsoldados republicanos que trabajan para el ejército francés, son capturados por las tropas nazis. Son deportados al campo de concentración de Mauthausen junto a otros excombatientes españoles. Allí empezará para ellos una experiencia terrible que los convertirá en testigos y víctimas de la llamada “internacional del dolor”.
A través de ellos y de otros personajes se nos mostrará el funcionamiento de los campos: la corrupta red de kapos, las distintas clases de reclusos, el terrible sistema de exterminio, la malnutrición… En definitiva, uno de los episodios más tristes y crueles de nuestra historia.
Sobre el autor de K.L. Reich, Joaquim Amat-Piniella
Joaquim Amat-Piniella nació en Manresa, Catalunya, en 1913. Fue un joven amante de las letras y abogado, pero básicamente se dio a conocer como periodista político. El momento clave de su vida fue el 18 de julio de 1936 con el golpe de estado franquista. Ese mismo año, teniendo 23 años, decide presentarse voluntario como soldado para la guerra, pero su bando pierde. En 1939 vuelve a su casa, pero unas semanas más tarde se exiliará en Francia. Allí estuvo en unos campos de trabajo franceses hasta que, desgraciadamente, fue detenido por la Gestapo y deportado al campo de concentración de Mauthausen, en Áustria, donde estuvo cuatro años y medio. Es de los deportados que más tiempo estuvo en un campo de concentración.
El 8 de mayo de 1945 los americanos liberan el campo, donde hay miles de españoles. Toda la gente del campo es repatriada a su país de origen, excepto los españoles, que no son reconocidos por su país a causa del Franquismo. Amat-Piniella decide ir a vivir en Andorra, donde podrá seguir escribiendo en catalán y es lo más cerca que podrá estar de su casa y su familia. Entonces le nace una obsesión: escribir una novela sobre los hechos que ha vivido. Él ya explica que cuando estaba dentro del campo de concentración pensaba escribir un libro sobre todo lo sucedido cuando saliera.
Dentro del campo Amat-Piniella escribe algunos poemas muy cortos que se guardaba dentro del cinturón para que no fuesen descubiertos. Se publicaron en un libro titulado Les llunyanies (Las lejanías).
En 1949 vuelve a Barcelona con su mujer y sus hijos, con la mala suerte que, pasado un tiempo, su mujer muere y queda viudo con dos hijos. Hará de contable el resto de su vida y luchará por poder publicar su libro. Lo intenta muchas veces, pero la censura franquista lo prohíbe. Intentará publicarlo en México, el único lugar donde podría ser publicado, pero tampoco funciona. Solo le permiten publicar un capítulo en una revista mexicana. En 1962, un editor de Barcelona, Carles Barral, le dice a Amat-Piniella que traduzca el libro al castellano, le quite las referencias al franquismo y a Franco e intentarán publicarlo así. Y, efectivamente, en 1962 se publica. La primera publicación, pues, fue en castellano y con autocensura del franquismo. En 1963 aparece por primera vez K. L. Reich en catalán, tal como quería el autor, aunque todavía censurado. No será hasta más adelante que se encontrarán los manuscritos originales y se podrá hacer una edición sin la censura del franquismo, en 2001. Finalmente Amat-Piniella muere en 1974.
Análisis de K. L. Reich
K. L. Reich (acrónimo de Konzentrations Lager Reich) es una novela concentracionaria, es decir, el autor vivió la época del nazismo y escribió sobre ello. Antes de empezar con la novela en sí tenemos dos dedicatorias que son importantes: la primera es para su amigo íntimo Pere Vives asesinado por los nazis; la segunda es para el general Omar N. Bradley, jefe de las fuerzas norteamericanas que liberaron el campo el día 5 de mayo de 1945.
El libro no tiene propiamente un hilo argumental, sino que se nos presentan un seguido de escenas que nos hacen ver lo que pasaba dentro de un campo de concentración. No debemos olvidar que el autor, Amat-Piniella, vivió todo lo que escribe; de alguna forma es autobiográfico, aunque se inventa unos personajes para explicarlo. Tenemos un narrador omnisciente que utiliza varios personajes para enseñarnos diferentes puntos de vista. Los principales son Francesc y Emili. El primero es una persona idealista que lucha por un mundo mejor. Lo podemos identificar con el que fue el amigo íntimo de Amat-Piniella y que fue asesinado por los nazis con una inyección de gasolina en el corazón. El segundo colabora con los SS dibujando escenas eróticas para ellos, ya que es muy buen dibujante. De esta forma consigue algunos privilegios que otros no, por ejemplo el poder dormir en un porche con calefacción al lado de las oficinas, en vez de en una barraca con 300 personas.
Amat-Piniella decide explicar todo lo que pasaba dentro de los campos sin esconder nada. Lo que predominaba ahí dentro era la cobardía y el egoísmo, y lo vemos continuamente mientras leemos el libro.
Aparte de Emili y Francesc, tenemos otros personajes destacables. Vicent es un personaje que sale pocas veces, pero sus apariciones son potentes. Es un personaje que pasa hambre, muchísimo hambre. El autor lo describe de tal manera que te hace sufrir por él. Realmente es un personaje muy triste que lo único que hace todo el día es intentar encontrar ni que sea una miga de pan. También tenemos a Hans Gupper, el comandante del campo; August, un militante anarquista; Rubio, que hace de barbero y es el jefe de la organización comunista clandestina del campo; Ernest, una persona individualista e insolidaria; y Werner, un preso alemán responsable del almacén que rechaza el nazismo e intenta ayudar a los prisioneros. Este último puede sorprender, ya que normalmente en este tipo de novelas no suelen aparecer presos alemanes y tendemos a llamar “nazis” a todos los alemanes. La aparición de Werner, pues, está muy bien. El campo es masculino, solo hay hombres, aunque de vez en cuando traen mujeres de otros campos femeninos al burdel tanto para los SS como los presos que pueden pagar algo (un cigarrillo, por ejemplo) para pasar un buen rato.
En cuanto a la estructura de la novela, la historia comienza haciendo coincidir el inicio del día con el alba y termina de la misma forma. Podemos decir que es una novela circular. Los colores que predominan son el gris, el negro, el blanco y el marrón. El paisaje es muy deprimente; cada día nieva, hace mucho frío, está todo helado, hay niebla cada mañana. Todo es triste, sin color ni calor. Pero, de vez en cuando, hay un color estridente que aparece: el rojo de la sangre.
Un campo de concentración es un espacio cerrado, claustrofóbico, opresivo, negativo, depresivo. Es una pesadilla. El tiempo se para, no avanza, cada día es lo mismo y se acaba perdiendo la cuenta de los días. Cuando termina la novela parece que solo haya pasado un día debido a la estructura circular querida por el autor. Los nazis queman el campo antes de irse para no dejar pruebas de lo que han hecho antes de que lleguen los americanos. Entonces se mezclan dos humos: el de los Crematorios, símbolo de la prisión y la esclavitud, y el de la quema del campo que indica la llegada de la libertad. Acabas entrando en las páginas del libro y deseas que lleguen los americanos; y vas pasando páginas con la esperanza de que por fin termine esta tragedia. Pero la victoria será total cuando empiece el nuevo día. Para ellos será como salir de un sueño; bueno, más bien una pesadilla. Les parecerá que todo lo que han vivido hasta entonces en esos cuatro años y medio es falso, irreal.
Amat-Piniella utiliza un lenguaje perfecto y preciso. Usa las palabras adecuadas en el momento adecuado. Hace unas descripciones tan precisas, ya sea del paisaje, de las diferentes formas de matar y torturar, de los personajes… que te hace sentir que estás ahí mismo, delante del campo, viendo lo que pasa sin poder hacer nada. Te pone la piel de gallina y te produce escalofríos. Al terminar la novela te invade una sensación de agotamiento que te hace suspirar y pensar: “uf, ya está”.
Opinión de K.L. Reich
K. L. Reich es un libro necesario. Quizá no sea la verdad histórica, ya que esta la tienen que defender los historiadores, pero tenemos ante nosotros la verdad literaria que es mucho más subjetiva, personal. Para llegar al lector, para hacer pedagogía y llegar al testimonio, la verdad íntima puede tener más fuerza que un discurso historiográfico. Para poner un ejemplo claro, cuando nos están explicando un hecho histórico y nos dicen que nueve millones de judíos murieron en un campo de concentración, nos quedamos un poco fríos en comparación a cuando nos describen la muerte tortuosa, detalle por detalle, de uno de los personajes de la novela (porque sí, muchos mueren por diferentes causas, ya sea de hambre, de frío, porque caen enfermos y los matan, o bien torturándolos).
Lo que defiende Amat-Piniella es que la literatura puede llegar allí donde la historia no llega, porque una novela explica cosas más íntimas. Los historiadores deben ser fieles a la verdad histórica. Es por eso que, a veces, es necesaria la fuerza de la literatura para ser conscientes de las cosas. Él no quería entretener, quería dar un testimonio de unos hechos, un homenaje a los que estuvieron en campos de concentración. Y lo consigue, consigue lo que se propuso hacer una vez fuera del campo.
Conclusión de K.L. Reich
K. L. Reich es un libro muy duro, durísimo, pero todo el mundo debería leerlo para concienciarnos realmente de lo que fue el nazismo. Es una novela que no te deja indiferente para nada, te hace sufrir y acabas reflexionando sobre el hombre como especie y como individuo. Personalmente he aprendido mucho más leyendo este libro que en las clases de Historia sobre el nazismo. Es una novela que me ha afectado, ha entrado muy dentro de mí. Somos la única raza del mundo que ha sido capaz de inventar métodos para asesinar en masa en el menor tiempo posible. Y es que solemos decir que todo esto fue inhumano, pero no: fue humano.
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