Movida por la terrible buena fama que precede a El monje que vendió su Ferrari, la novela de Robin Sharma, y quizás motivada por el hecho de que estaba por sólo 8€, era mi último día de vacaciones Y SIN DUDA quería un libro corto que terminar en la playa, me compré El monje que vendió su Ferrari.
ARGUMENTO
Para empezar, no nos engañemos desde el principio creyendo que es una novela. El monje que vendió su Ferrari es un libro de autoayuda en el que nos enseñan, en teoría, a ser más felices con nosotros mismos. Para ello utiliza la historia de un brillante abogado: Julian, hombre de muy buena familia, ha obtenido todo lo que los occidentales consideramos necesario para llegar a la suprema felicidad: tiene un trabajo en el que se ha hecho imprescindible, todo el mundo le admira y gana una cantidad repulsiva de dinero. Sin embargo, Julian últimamente no es feliz. Sus metas, conseguidas tras horribles sacrificios y muchísimo trabajo, no le han llenado espiritualmente y lo han dejado convertido en un hombre obeso, cansado y envejecido.
Un día, sin más, Julián se desploma en mitad de un juicio por un ataque cardíaco.
Decidido a darle una vuelta a su vida, se marcha a la India a recorrer un camino espiritual que restablezca la fuente de su felicidad.
Julian desaparece durante un par de años para volver de improviso, rejuvenecido e increíblemente mejorado, listo para transmitir toda la sabiduría que ha aprendido a través de los maestros de Sivanna, en la india, a su antiguo ayudante, John.
UN BREVE ANÁLISIS
El monje que vendió su Ferrari te propone a través de una extraña fábula, las claves para ser más feliz y para sentirte más completo a través de 13 pasos de real simpleza:
- Debes aprender a dominar la mente:En un momento del libro, Julian le dice a John: "no puedes permitirte tener ni un sólo pensamiento negativo". En la novela, Robin Sharma compara la mente con un jardín que debes controlar, instándonos a entrenarla para que haga lo que queremos. Para ello nos insta a que trabajemos en eliminar los pensamientos negativos en cuanto los recibimos y los sustituyamos por uno positivo. Al mismo tiempo insiste en que usemos la imaginación para visualizarnos a nosotros mismos siendo felices, afirmando que eso nos otorgará la verdadera felicidad.
La mente es un magnifico criado pero un amo terrible. Será un maravilloso sirviente, capaz de hacer por ti cosas extraordinarias.
- Sigue el propósito de tu vida:Para simplificar esta parte, Robin Sharma y "El monje que vendió su Ferrari" insisten en que pienses en qué es lo que te gusta. Qué te motiva. Y entonces persigas ese propósito con todas tus fuerzas. El libro nos invita a sentarnos, reflexionar sobre cuáles son las metas en nuestra vida, escribirlas y perseguirlas con disciplina.
- El autoliderazgo: No podemos ser dueños de lo que hacemos al mundo si no nos controlamos a nosotros mismos. Debemos tener valor para enfrentarnos a nuestros miedos, ya que el grado de valor que empleas será proporcional a la satisfacción que recibes.
- Vivir con disciplina:Ordena qué es lo que quieres que suceda a tu mente y con disciplina esta te obedecerá. Mucha gente que no tiene fuerza de voluntad culpan al mundo y al resto de no poder acometer sus proyectos cuando realmente son ellos la clave de poder cambiarlo todo.
- Respeta el propio tiempo: La organización de tu calendario y de tu agenda, el hecho de que tengas bien claros tus horarios para cada cosa, te otorgará felicidad. Los adictos al trabajo parece que nunca tienen tiempo para nada, y sin embargo no son felices a pesar de que parece que persiguen sus propias metas.
- Sirve desinteresadamente a otros: un poco complicado para los occidentales, que hemos crecido con el mensaje del "individuo", pero El monje que vendió su Ferrari te invita a que te sientas parte de una colectividad, que te despojes del "yo" y que te dediques a ayudar a la gente.
- Abraza el presente: Vive el momento.
INCOHERENCIAS Y COSAS QUE RECHINAN
No he podido evitar darme cuenta de la enorme cantidad de incoherencias que existen en el libro o de pequeños datos que rechinan terriblemente. Por ejemplo, el hecho de que Julian, una vez llega a la India, descubre que sólo unos monjes imposibles de encontrar y de los que nadie conoce el paradero, sean los únicos capaces de otorgarte el secreto de la eterna felicidad. Él, que no tiene preparación de ningún tipo, se lanza a través de la montaña del Himalaya (una formación rocosa muy peligrosa, con caminos que descienden por terribles desfiladeros y frecuentes derrumbamientos). Además que en ningún momento nos hablan de las terribles condiciones que suponen el ascenso del Himalaya (poca capacidad de encontrar comida, el aire enrarecido, etc), Julian acaba encontrándose con un sabio de Sivanna a los siete días de estar de camino.
Nadie ha sido capaz de encontrarlos en años, pero Julian a los siete días de echarse a caminar por el Himalaya se encuentra nada más ni nada menos que con el jefe.
Llamadme escéptica, pero esa parte me rechinó inmensamente.
Igual que el hecho de que estos sabios que tanto se ocultan de la vista de la gente, decidieran encomendar como única tarea a cambio de su sabiduría, que Julian transmitiera lo que sabe a todo el mundo. Es decir, que ellos no pueden descender una montaña a una distancia de siete escasos días a pie para adoctrinar a la gente de la India, sino que deben esperar durante años la llegada de un extranjero que pueda propagar su mensaje.
La novela se carga del mensaje típico de la teletienda con problemas que todo el mundo padece: ¿Insatisfecho? ¿Problemas cuidando la línea? ¿Sientes estrés en el trabajo? ¿Crees que deberías pasar más tiempo en casa pero no encuentras el momento? ¡La solución instantánea! ¡La terapia Sivanna!
Refulge como el oro. Siéntete más guapo, más joven, más enérgico, más satisfecho... ¡más en paz! No te preocupes por los problemas de la vida moderna que ensucien tu jardín interior, ya que nada te aportan y descubre las maravillas de seguir una filosofía oriental. Ahora, de regalo también, la felicidad eterna.
Si se plantease el tema de una forma más seria y profesional sin cargarte continuamente con las promesas de felicidad y éxito que vas a tener, podría funcionar. Muchas de las técnicas que propone las llevo usando en mi vida diaria desde hace años y lo cierto es que me impulsan a ser más optimista. El hecho de que trates de pensar en positivo, no le des excesiva importancia a las preocupaciones y te tomes tu tiempo para respirar y contemplar la naturaleza, son algunos de los secretos de lo que otra gente llama "mi paz interior".
Sin embargo, en El monje que vendió su Ferrari, concatenan una técnica con otra sin detenerse ni un momento para darte un respiro y poder procesarlas todas. No ponen ejemplos a menudo y rápidamente te da la sensación de que te están vendiendo un acelerado cursillo de cómo sentirte mejor persona en una imagen de Pinterest.
Sinceramente, para un libro que tiene más de 5 millones de copias vendidas a lo largo de todo el mundo, esperaba mucho más.
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