Argumento de la novela Juego de Reinas
Año 250 a.C. Tauntinkon, rey de Erin, es destronado por Irvin El Blanco tras asesinar a su esposa. Sus dos hijas deben separarse. Wen, más conocida como la Dama Blanca, queda cautiva en manos del tirano Irvin, mientras que Elvia, la montañesa, tendrá que huir a Tierra galaicas con su padre.
Años más tarde cuando Wen es liberada, jurará venganza a su captor. Su hermana Elvia, tras la muerte de su padre, Tauntinkon, comenzará un viaje para reencontrarse con su hermana. Acompañadas por druidas y guerreros salvajes comenzarán una aventura que las llevará a esa reunión, pero los tiempos de guerra, de traición y venganza provocarán que ya nada sea igual.
Análisis y opinión de Juego de Reinas
Juego de Reinas es una novela de ficción histórica, llena de aventuras, pasión, magia y venganza, donde las protagonistas son mujeres fuertes y valientes que no tienen reparos en luchar por lo que consideran suyo, sin importar cuantos caigan en su camino.
Cierto es que el comienzo puede resultar un tanto confuso con los diferentes personajes que van apareciendo, pero una vez que vas conociéndolos y ubicándolos en el argumento, es como coser y cantar, todo fluye dando lugar a una historia mágica que te trasporta de lleno a los diferentes lugares por los que las protagonistas van pasando.
Narrada en tercera persona, nos permite ir adentrándonos en la lectura haciéndonos sentir como un personaje más gracias a las detalladas descripciones con las que Pablo nos va conquistando.
La tormenta perfecta arrasaba las verdes tierras de Erin.
Los relámpagos y su luz espectral encendían entre destellos y sombras el bosque sagrado. Un centenar de robles milenarios se convertían en testigos y cómplices. Un guerrero, aterrorizado y solo, se enfrentaba a la crueldad de su destino.
En otro tiempo, en días menos oscuros, hubiese creído que era invencible, que las flechas no podrían alcanzarlo y que una espada no podría verter su sangre. Pero las heridas no mienten y la sangre no suele atender a razones. Se había agazapado tras un tronco aún humeante. La lluvia, que su cuerpo febril soportaba, le calaba los huesos. Temblaba de frío. Y tenía miedo.
Las protagonistas principales de Juego de Reinas son dos mujeres, hermanas y rivales, ambas luchadoras, que junto al resto de personajes que se van uniendo a su aventura crean una historia de leyenda.
Wen, la dama blanca, la hija mayor del difunto rey Tauntinkon, se muestra como una mujer dura, salvaje, que no duda en deshacerse de todo el que se pone en su camino, con tal de conseguir sus fines en esta lucha de poder. Y a la cual no he podido dejar de admirar a medida que iban pasando los capítulos. No es la típica damisela en apuros, es fuerte y sabe qué es lo que quiere.
Wen comenzó a asestar puñaladas salvajes sobre el cuerpo del hombre, quien, envuelto en un dolor horrible, se retorcía y caía sobre la hierba constantemente. Ella, salpicada de sangre, lo agarraba por el cabello y volvía a postrarlo de rodillas. Cuando se cansó, le practicó dos cortes a ambos lados de la garganta con la habilidad de un hechicero.
Mientras que Elvia, la montañesa, la hermana menor de Wen, puede resultarnos más terrenal, más visceral y sin duda mucho más humana. Con la que viviremos momentos de angustia y sobre todo pasión. Es un personaje al que se le coge cariño desde el principio, al que quieres que todo le salga bien y consiga todo aquello que se propone.
Cabalgando en busca de su destino, Elvia buscó con el corazón entre las tinieblas de su memoria. Y encontró el dolor. El salón real de Cathoir Gall, la sonrisa de Wen y sus cabellos de fuego, los brazos cariñosos de su madre, en los que a ambas les gustaba dormirse al calor de la lumbre, los mordiscos y patadas que había propinado a su padre tras el acto de valentía de su hermana mayor.
Acompañando a estas dos guerreras, y dando forma a la parte fantástica de la historia, aparecen los druidas, importantes figuras en la vida de los poderosos, y que sin duda tienen un significativo papel en la vida de Wen y Elvia.
Entre ellos destacaré a Kalen, descrito como «el hombre que posee las claves». Y por el que he sentido un amor-odio desde que aparece por primera vez en la historia hasta el final.
Primero amor por su relación con Elvia, viendo como esta no podía dejar sus sentimientos aparte y esperando ansiosa que pasase algo entre estos dos personajes.
Tras unos instantes, Kalen se movió. Había permanecido quieto, sentado, recorriendo su desnudez.
Pero no se abalanzó sobre la mujer, como ella deseaba. O casi suplicaba.
Elvia escuchaba como la rondaba, percibía cada ruido, pero todavía no rozaba su piel. Tal vez ya se había deshecho de las prendas con las que acababa de vestirse, e iba a acostarse junto a ella. Esperaba que lo hiciese pronto, porque su corazón amenazaba con escapársele de pecho.
Para después, cuando al fin, ambas hermanas se reencuentran, odiarlo, literalmente. Desearle lo peor. Queriendo con todas mis fuerzas que Elvia lo mandase al otro mundo.
Elvia se sobresaltó. ¡El tatuaje! Kalen se había tatuado en la espalda el mapa de aquel enigmático escudo. Al final quizás el druida sí poseía alguna que otra clave, y a ella... A ella la había utilizado para llegar hasta su hermana. «¡Maldito traidor y embustero!», pensó haciendo un esfuerzo por no ir a por él.
Pablo Nuñez es el autor de este maravilloso relato que me ha entusiasmado, su prosa es dinámica y sencilla con geniales descripciones que nos trasladan y nos ayudan a sentirnos dentro de la épica historia que nos narra, haciendo las delicias de cualquier lector.
Se fijó en su forma de caminar, en su belleza, en la melena que ya recogía el agua de lluvia, dejando un gracioso mechón sobre su rostro. Por un instante, observándola, se sintió seguro.
Pero había acudido a refugiarse en el único lugar en el que los dioses no le ofrecerían refugio. En el corazón de su bosque sagrado. ¿Y aquel hombre? Se hizo la pregunta demasiado tarde.
Y acercándonos al mundo celta, desconocido para muchos y del que desafortunadamente no tenemos un especial conocimiento.
Juego de Reinas de Pablo Nuñez es una novela a la que le tenía muchas ganas. Y la verdad, no me ha defraudado. La historia me ha atrapado de principio a fin. Para los amantes de este género, será sin duda, una novela muy a tener en cuenta.
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