Argumento de Copygirl
Copygirl nos introduce en el competitivo mundo de la publicidad neoyorkina.
Kay es una joven escritora que se ha mudado a Nueva York con la intención de cumplir sus sueños de convertirse en una publicista de éxito... O no... Un día Kay descubre que lo único que la ha movido a trabajar en la agencia de publicidad más chic y exitosa del momento (STD) rodeada de cretinos y capullos misóginos, es su compañero de trabajo: Ben. Oh sí, está completamente coladita por ese chico divertido, honesto, sincero y con unos ojazos de muerte. De hecho, incluso mientras él busca un sitio en el que quedarse, Kay le ha dejado dormir en su sofá de manera que pasan las veinticuatro horas del día juntos.
Sin embargo, Kay no nota que su vida avance. Nadie la valora en su trabajo, se siente completamente fuera de lugar en esa inmensa ciudad que es Nueva York y su relación con Ben no avanza. Las cosas se complicarán cuando una campaña para su principal cliente, Little Kitty, sale tremendamente mal. Y de pronto todo el mundo muestra su verdadera cara cuando su trabajo peligra y Kay tendrá que aprender, por las buenas o por las malas, que en un mundo como la publicidad, lo único que importa es ser auténtico.
Sobre Anna Mitchael & Michelle Sassa, las autoras de Copygirl
Anna Mitchael & Michelle Sassa son los genios creativos detrás de esta obra. ¡Y hablan desde el conocimiento del ambiente en el que Kay se mueve! Anna es escritora y vive en un rancho de Texas rodeada de vacas. Escribe en una columna de una revista y tiene un blog en el que cuenta su visión positiva de la vida. Sassa es una copy freelance de gran éxito que trabaja para grandes marcas como Coca Cola, Reebok y New York Road Runners.
Análisis de Copygirl, la novela de Anna Mitchael & Michelle Sassa (puede contener spoilers)
A pesar de que Kay, la protagonista, trabaje en una agencia de publicidad, no se hace en ningún momento una introducción a cómo funcionan los ritmos de trabajo y la separación de tareas en un lugar así, algo que puede llegar a ser confuso para algunos lectores que no estén introducidos en el mundo de la publicidad. Esencialmente, Kay es copy, lo que quiere decir que suya es la tarea de redactar textos para las campañas publicitarias y sacar ideas. Por lo general en el departamento creativo los copys van en pareja con alguien de arte, que le da forma gráfica a sus ideas.
El día a día de la agencia en Copygirl está perfectamente bien ambientado: desde la locura de no tener horarios hasta una plantilla de gente que aparentemente no hacen nada útil en el entorno laboral y que después, sin embargo, son genios a la hora de la verdad. La personalidad de Kay y de sus compañeros está muy bien definida, aunque tendremos que avanzar a lo largo de la trama para poder conocerlos tal y como son y que estos sobrevivan a los prejuicios de la protagonista.
Y es que en un principio Kay no podía parecernos más tonta y plana... pero satisfactoriamente evoluciona de una forma del todo favorable. Kay es una joven sin orden, disciplina ni autoestima. Tiene tanto miedo de fracasar y de no haber encontrado su lugar que se pasa el día lamentándose. ¡Ni siquiera es capaz de hacer la colada y acaba montada sobre camisetas de franela y vaqueros sucios cada día para ir a trabajar a una de las agencias de publicidad más chics de Chinatown!. Como producto de su bajo autoestima, no deja de compararse con cualquier otra mujer de Manhattan y siente unamalsana envidia hacia todas ellas. Sus descripciones acerca de la "arpía de la novia de su hermano, de la chica de su otro hermano, de las mujeres que entran antes que ella en un local de fideos, de la trabajadora de producción, de la becaria, etc." siempre están marcadas por ese doble rasero de admiración- odio envidioso. Primero las llama modelos y halaga sus larguísimas piernas para después insultar lo tontas que son o lo falsas que parecen.
No se molesta en conocerlas personalmente. De hecho, destripa a cualquier mujer más atractiva que ella basándose en prejuicios y provocando que en varios momentos nos diesen ganas de estampar Copygirl y a Kay contra la pared. No sólo su baja autoestima con la que deberíamos sentirnos identificadas cansa y cabrea, si no que a veces se pasa de MACHISTA. Correcto. Machista. Kay es el perfecto ejemplo de lo que una mujer NO DEBE HACERLE a otra mujer. Como juzgarlas y tratarlas de "putas" simplemente por su forma de vestir:
El filetón de mi hermano, quiero decir... su novia, nos ha conseguido la mejor mesa, lejos de la plebe [...] Aunque la verdad es que las It Girls de esta ciudad deberían preferir sentarse cerca de los servicios, así no tendrían que esconder la carne en las servilletas. Ya sabes a qué me refiero - Imito el sonido de alguien vomitando y después tiro de la cadena [...] Sí, este look será el último grito en la temporada de furcias. O tal vez debería llamarlo "la al a costura de zorras". Evidentemente, combina mucho mejor si llevas tacones, cuanto más altos mejor. - Página 124
Y para destacar otra serie de perlas que suelta por su boquita:
No es que pretenda que los chicos me silben al pasar, pero no me importaría si alguno me mirase de vez en cuando. - Página 133
No hace falta ir más lejos para definir a esta Kay como una HATER TOTAL.
Sorprendentemente, justo cuando Kay aparta de su lado la pésima influencia negativa que es Ben en su vida, empieza a convertirse exactamente en lo que ella siempre odió: una Copygirl. Se hace mechas en el pelo en un peluquero de gran éxito, se compra ropa de marca y de golpe se emociona terriblemente porque Rupert Walker, un chico guapo de la competencia, se la quiere llevar a la cama.
Por un momento como lectores llegamos a pensar que sí, que Kay es imbécil. Una estúpida. La clásica persona que se autocompadece y con la que no querrías pasar ni un minuto de tu tiempo. A pesar de que las mujeres a su alrededor como Peyton o Gina se esfuercen en ayudarla y ser amables, Kay, irónicamente, las mira por encima del hombro.
Y de pronto, nos encontramos con que la trama evoluciona. Como una de estas películas de las cinco de la tarde en la que la chica lo hace todo mal y es horrenda pero un episodio traumático de fracaso la hace replantearse las cosas, Kay evoluciona. Y dejadnos que os digamos, que es una dulce sorpresa, ya que convierte esta novela que podría haber llegado a ser simplista, comercial y plana en algo que merece la pena. Tiene un mensaje detrás. De golpe nos damos cuenta de que la niñata tonta pero con talento, cargada de prejuicios sobre el resto de las mujeres y hombres de la agencia, va evolucionando y se le cae la venda de los ojos.
La gente que parece tan buena NO ES TAN BUENA, y los que nos parecían verdaderos demonios, son en realidad personas normales y corrientes que escogen un bolso de Marc Jacobs por encima de uno de Zara. La superioridad moral de Kay por no moverse en el mundo de la moda va desapareciendo paulatinamente y empieza a centrarse en cosas realmente interesantes.
Si bien es cierto que la relación amorosa con Suit estaba cantada desde un primer momento y era terriblemente predecible, el resto de argumentos que se desarrollan son realmente sorprendentes. Desde su alineación con Peyton hasta todo el asunto con Kola.
Conclusiones sobre Copygirl
Copygirl es una novela para las amantes de libros como "El diario de Bridget Jones" o "El diablo se viste de Prada". Es una historia amena, divertida y cargada de tonos de humor que nos muestra la evolución de una joven cargada de prejuicios en pleno centro de Manhattan. La construcción de los personajes es realmente interesante y las vicisitudes que atraviesa Kay te hacen una ferviente defensora de su causa: ¡no seas una copygirl!
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