Hoy venimos con una novedad de Desfiladero Ediciones. Catia y su gato es la primera entrega de una serie de cómics, fruto del trabajo de Yrgane Ramon (dibujante) y de Christophe Cazenove y Hervé Richez (guionistas).
Este cómic es un conjunto de historias cotidianas de una familia que acaba de incorporar un nuevo miembro a la familia: Sushi. Este inquieto gato es el eje fundamental del cómic, alrededor del cual giran todas las pequeñas tiras cómicas que componen el libro. ¡Los amantes de los gatos estáis de suerte!
Sinopsis de Catia y su gato
Sushi es la novedad en la casa de Catia y su padre. Esta pequeña bola de pelo es el tercer miembro de la familia, y el más disparatado de todos ellos. Desde que Sushi puso una pata en la casa, los muebles y la moqueta han sufrido algún percance y los nervios del cabeza de familia están a flor de piel.
Aunque puede parecer que este gato es el caos hecho mascota, también hay momentos en los que su imaginación y su energía contagiosa hacen más llevadera esta nueva relación.
En Catia y su gato aprenderemos que son los gatos los que primero escogen dónde sentarse, que adoran despedazar muebles y que pueden ser hiperactivos y perezosos a un mismo tiempo.
Sobre Yrgane Ramon, autora de Catia y su gato
Yrgane es una ilustradora profesional de nacionalidad francesa. Ramon ha trabajado para publicaciones de prensa, publicidad y en cómics. Además de todos esto, esta ilustradora imparte clases en la Escuela de dibujo Emile Cohl & Tattoos.
Para ver más trabajos de la artista, aquí os dejamos su portafolio personal con una selección de sus trabajos destacados (entre los que vemos parte de los siguientes títulos de Catia y su gato).
Sobre Christophe Cazenove, autor de Catia y su gato
Uno de los dos guionistas de este cómic. Cazenove es un guionista francés que se ha postulado como uno de los referentes fundamentales del panorama actual de las historietas de humor.
Este artista saltó a la fama cuando uno de sus proyectos más famosos hasta la fecha, junto con Olivier Sulpice, llamó la atención del gran público.
Algunos de sus trabajos anteriores son Les Sisters o Des Gendarmes, entre otros.
Sobre Hervé Richez, autor de Catia y su gato
El otro pilar de la trama de Catia y su gato. Richez no lleva dedicándose toda su vida a la creación de historias. Este autor trabajó durante 12 años en un banco, como ejecutivo, antes de terminar dedicándose a la escritura por completo.
Desde el año 2004 Hervé Richez ha escrito múltiples guiones para distintos formatos. Entre sus trabajos destacan algunas obras como Buzzi, su primer álbum, que cuenta con un prólogo de Albert Uderzo, The Messenger, su segunda serie realista con Mig. Su primera colaboración con este otro autor data del año 2002, antes de que abandonara su puesto en el banco, y tiene por título Sam Lawry.
Análisis de Catia y su gato
Como es habitual con los cómics, Catia y su gato cuenta con una portada de lo más llamativa. Apreciamos que se trata de un libro orientado especialmente al público infantil. Los colores saturados y la presentación de un protagonista simpático y muy inquieto son un perfecto indicativo de la intención del cómic. Sabemos desde el principio que la historia va a estar cargada de dinamismo y humor.
Los dibujos de Yrgane Ramon se apoyan en la línea. Unas líneas limpias en color negro son las que componen las sencillas formas de los personajes y elementos de fondo. Los colores son vivos, una paleta amplia y saturada, predominando especialmente los tonos rosas y violetas. Algunos de los elementos del fondo están dibujados con las líneas de color, para que sean los elementos más importantes de la escena los que más llamen la atención del lector.
La calidad y la soltura de las poses y expresiones de los personajes, en especial de Sushi, es uno de los puntos que más nos ha gustado del libro. También nos impresiona lo bien escogida que está la paleta de colores. Los tres personajes principales cuentan con una combinación cromática que se complementa a las mil maravillas, entre sí y con los distintos escenarios en los que se sitúan a lo largo de todas las páginas del libro.
Las viñetas están ordenadas por filas, sin que haya ningún experimento formal que dificulte la lectura o que la condicione. La forma de las viñetas no sigue el esquema rectangular/cuadrado que es habitual, ya que se conforma por medio de manchas de color que componen el fondo de la escena. También en ocasiones hay viñetas sin fondo, en las que aparecen solo los personajes con fondo blanco, pero se intuye su orden gracias al espacio negativo que se genera con el resto de viñetas. Únicamente se rompe esta estructura en una splash page (página en la que un dibujo ocupa completamente el espacio, sin división de viñetas).
Los cuadros de texto emplean diversos colores, sin que éstos sean específicos de cada uno de los personajes. La asignación de colores se da, según llegamos a la conclusión, por la mejor elección en cuanto a la gama cromática de cada una de las composiciones. Destacamos una vez más, por ello, el trabajo de color que hay en esta obra. También tenemos que decir que la tipografía elegida nos parece perfecta, a pesar de ser en minúscula. Tiene el tamaño perfecto y la forma de las letras es limpia, sin serifa, con lo que la lectura no se ve dificultada en ningún momento por este motivo.
La estructura que construye la trama a través de pequeñas historietas cortas independientes le aporta un dinamismo a la lectura que agradecemos enormemente. Este tipo de formato, como emplea también Sarah C. Andersen en Soy un bollito feliz o en Crecer es un mito, por ejemplo, funcionan especialmente bien ya que ofrecen una lectura rápida y amena al lector.
Las historias son sencillas, el peso recae a partes iguales en la trama y en la imagen. Además, el libro se compone de ideas muy variadas, tema que es complicado al tratarse de gatos, sobre los que está casi todo escrito. Muchas de las premisas de las historietas son tópicos, como los muebles, la pereza gatuna o su don para el victimismo, pero funcionan increíblemente bien. Las historias son frescas y están llenas de ritmo. Los personajes no evolucionan, son planos (para poder estirar las historietas y no variar el estilo). El padre de Catia no vence su estrés, Catia sigue siendo la defensora y mano derecha de Sushi, y éste no pierde en ningún momento su punto gamberro.
La premisa de los muebles (Sushi siente especialmente por destrozar los muebles y la moqueta) es la que más se repite en el cómic. Por otra parte, nos han sorprendido las historias que se apoyan en la imaginación del protagonista, creando un mundo paralelo cargado de fantasía e ingenuidad.
Nuestra opinión sobre Catia y su gato
Ni que decir tiene que a unos amantes de los felinos como somos en Momoko, este libro nos ha encantado. La premisa aunque en un primer momento puede parecer sencilla o infantil, también se disfruta peinando unas cuantas canas. Y es que el humor, cuando está bien construido y tiene ritmo no puede fallar.
El punto fuerte de Catia y su gato es, precisamente el humor. Y es que este tono de diversión y alegría impregna no solo su trama, sino que los dibujos siguen la misma línea con la expresividad de los personajes y sus infinitas poses.
Se agradece muchísimo la variedad de temas que encontramos en el libro. Tratándose de gatos siempre se cae en tópicos, es inevitable, pero en este cómic se hace con un estilo que funciona. Las historietas se apoyan en la ingenuidad de Sushi, en la personalidad protectora (como si de una presencia maternal se tratara) de Catia y en el manojo de nervios que es el padre de la protagonista. Los personajes son una de las claves vitales de que este cómic funciones, y es que encajan a la perfección como trío cómico.
Las historias son variadas y se entienden a la perfección. Nos costó situarnos únicamente en una de ellas (en la que Sushi se confunde con la gatera de la puerta de la casa) por el cambio de punto de vista que nos confundió la primera vez que la leímos. Esta confusión no afectó la lectura, ya que al momento que le echamos un segundo vistazo ya comprendimos el juego de los autores.
Si tenemos que destacar una de las historietas sería, sin duda alguna, en la que Sushi se acerca a la nevera para que Catia piense que ha estado jugando fuera de la casa, cuando ha estado en casa vagueando toda la tarde. El dramatismo y la afición al victimismo de los gatos es un clásico, pero nunca falla, nos sacó una sonrisa esta historia.
El dibujo nos parece que, como la historia, funciona a la perfección. Los colores vivos y las formas sencillas consiguen el punto ideal de un resultado atractivo que no distrae al lector en la lectura. Es uno de los temas que abren más debate en el mundo del cómic y la novela gráfica, ya que un elevado nivel de detalle en las viñetas puede aportar calidad al dibujo y ser un plus, pero también resulta un escollo para el ritmo de la trama. Si el lector se para a apreciar cada uno de los elementos que ha dibujado el artista y se olvida de la historia, aunque sea por un momento, la trama pierde efecto e intención.
Sabemos que es una historia sencilla, pensada para pasar un buen rato y que está orientada para niños, pero no podemos evitar pensar que existe un perfecto equilibrio entre calidad de dibujo (apreciable en la destreza que tiene la dibujante para crear expresiones y poses infinitas) y sencillez de formas.
Tenemos curiosidad por saber cómo siguen las aventuras de Sushi y su familia. Es especialmente interesante el pensar cómo resolverán los autores nuevas historietas y qué ideas desarrollarán. Como hemos comentado, tratándose de gatos es difícil crear una historia nueva que no caiga en tópicos que pueden terminar aburriendo.
Por nuestra parte, esperamos ansiosas a tener el segundo cómic en nuestras manos. Seguro que no decepciona y los autores han dado con fórmulas para mantener el humor y la frescura que derrochan en este primer libro.
Conclusión sobre Catia y su gato
Puede parecer a primera vista que Catia y su gato es un título orientado exclusivamente para el público infantil. Sus colores vivos, el toque humorístico de la trama, así como los personajes protagonistas de la historia son elementos que pueden llevar a esta conclusión. Aunque sí que es cierto que se trata de un cómic pensado para el público infantil, los lectores de mayor edad pueden disfrutar tanto con su lectura –o más– que los propios niños.
Lo único que se necesita para devorar este volumen, y soltar una que otra carcajada de paso, es sentir cierta predilección por los gatos. Todas aquellas personas que hayan tenido como mascota un gato reconocerán muchas de las situaciones descritas en las historietas y las disfrutarán como niños, nunca mejor dicho.
Catia y su gato es un libro de lectura rápida, cargado de muchos momentos divertidos. Las risas –o al menos una que otra sonrisa– están aseguradas para los amantes de las historietas y de los gatos. Es lo que promete, una historia ligera con unos personajes sencillos pero bien construidos, planos y cargados de humor.
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