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Análisis de árbol de sinople, de Manu de Ordoñana

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Imágen destacada - Análisis de árbol de sinople, de Manu de Ordoñana

Hoy en Momoko analizamos una novela histórica: Árbol de sinople. La trama del libro está basada en hechos reales acontecidos en la Gipúzkoa de finales del siglo XVI. Esta obra vio la luz en el año 2009, siendo así la primera obra publicada del escritor donostiarra Manu de Ordoñana.

Sinopsis de Árbol de sinople

Es el siglo XVI, en la provincia de Guipúzkoa. La joven Ysabel de Lobiano, de tan sólo 13 años de edad, está prometida con Pedro de Ydiáquez. Los dos contrayentes son herederos de dos de las dinastías de mayor abolengo de la zona. Ysabel es la bisnieta de doña Brígida de Berriatúa, quien la ha proclamado como su heredera universal. Por su parte, Pedro de Ydiáquez es el segundo hijo varón de don Francisco de Ydiáquez, propietario de una de las fortunas más extensas de la zona. Al decidir don Francisco, padre de Pedro, legar su herencia por completo a su primogénito, don Martín de Ydiáquez, los planes de boda se ven truncados. Alegando su pretensión de volver a su tierra natal, Martín, miembro de la corte de Felipe II, ve restituidos sus derechos como principal heredero de la fortuna familiar. Este cambio de los acontecimientos trastoca terriblemente los planes de ambas familias, considerando el linaje de los Berriatúa que se incumple el contrato estipulado. Desde el mismo momento en que la familia recibe la noticia, doña Brígida comienza a mover los hilos para encontrar otro matrimonio más ventajoso para su bisnieta. Sin embargo, los dos jóvenes están enamorados y, tras conocer las ideas de su familia, Ysabel decide tomar las riendas de su vida y escapar junto al hombre destinado a ser su marido. ¿Conseguirán lograr su objetivo a pesar de la oposición familiar? ¿Encontrarán muchas trabas en su pugna por la felicidad?

Sobre Manu de Ordoñana, autor de Árbol de sinople

Manu de Ordoñana es el pseudónimo que emplea el escritor donostiarra Manuel Vázquez Martínez de Ordoñana. El autor de Árbol de sinople nació en San Sebastián, y son estas raíces las que encontramos presentes en toda la novela. Nacido en el año 1940, el escritor se formó como ingeniero industrial, profesión que ha ejercido en el campo empresarial hasta el momento de su jubilación. Fue, precisamente, a partir de su jubilación que Manu de Ordoñana decidió volcarse por completo en el mundo de las letras. Su pasión por la escritura lo llevó a publicar en 2009  Árbol de sinople, novela que analizamos hoy, y su segunda obra: Vivir de rodillas, ya en el año 2013. El escritor no centra su actividad en sus novelas, también mantiene un blog, serescritor.com, donde narra su experiencia personal al publicar una obra. En sus entradas, el autor nos desvela lo complicada que puede resultar para un escritor desconocido la fase de publicación de su obra.

Análisis de Árbol de sinople

Narrada en tercera persona, la novela nos descubre una historia de amor y conflictos familiares basado en hechos verídicos. Podemos decir que nos encontramos casi ante el Romeo y Julieta vascos. Las tensiones familiares y el conflicto de intereses entre ambas son el detonante de uno de los acontecimientos más revolucionarios de la época. Ysabel de Lobiano está cerca de cumplir los 14 años y desposarse así con su prometido, Pedro de Ydiáquez. En el momento en que el hermano mayor y primogénito de la familia, don Martín de Ydiáquez, manifiesta su intención de hacer valer sus derechos como heredero, el matrimonio entre Pedro e Ysabel queda en el aire. La familia Berriatúa (linaje materno de Ysabel) considera incumplido el contrato por el cual el matrimonio percibiría la herencia de los Ydiáquez, que ahora queda en manos de Martín. La familia del contrayente alega que don Martín poco tiempo podrá disfrutar de sus bienes, pues cuenta con una avanzada edad, y los jóvenes disfrutarán igualmente de su patrimonio. 

Árbol de sinople

Torre Etxebelz (Torre Ydiáquez), Azkoitia - vía Wikipedia

Siendo imposible hacer entrar en razón a la matriarca de los Berriatúa, doña Brígida de Berriatúa (bisabuela de Ysabel), la joven pareja se ve obligada a urdir un plan a espaldas de la familia de Ysabel. Es la propia joven la que elabora un plan mediante el cual ella escapará de Areizieta, donde lleva tiempo recluida al cuidado de unas monjas, para huir con su amado Pedro. Esta acción es vista por algunos como un rapto, dada la juventud de la muchacha. Pocos son los que ven esta decisión como lícita o el matrimonio contraído por protagonistas como válido. Los novios tendrán que valerse de las influencias de los Ydiáquez en las altas esferas para poder demostrar la validez de su unión. Pero todo termina complicándose más de lo esperado en un primer momento. Únicamente el amor que se profesan consigue mantenerlos unidos frente a la adversidad.

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¿Estaba ella obligada a respetar los convencionalismos sociales y acatar los pactos suscritos por su familia a costa de su persona? El sacrificio que se le reclamaba era desmesurado. No; tenía que luchar, sobreponerse y superar los muchos obstáculos que se le iban a presentar. Ella era dueña de su propio destino y no podía aceptar ninguna servidumbre ajena a sus intereses. 

Ante todo, y lo primero que queremos destacar por encima del resto, es la labor de investigación y de documentación que existe detrás de Árbol de sinople. Encontramos numerosas referencias reales a lo largo de la historia, tanto localizaciones, como edificios o calles. Un ejemplo de ello es la Torre Etxe-Beltz (Casa Negra, la Torre de los Ydiáquez en la historia). Asimismo, nos sorprende la cantidad de información jurídica y eclesiástica a la que se hace mención en las páginas del libro. Esto se justifica debido a la propia trama del libro, en la que se hace necesaria la descripción de todo el proceso legal con el que se atacan ambas familias. Por medio de aclaraciones de los propios personajes, o de pies de página, descubrimos muchos detalles de la sociedad de la época que dan cuenta de un excelente trabajo de documentación. Sabemos, de esta manera, que tan solo 200 donostiarras tenían derecho a votar en el siglo XVIII. Un perfecto ejemplo del millarismo vasco, que ya existía en el siglo XVI (en que está ambientada Árbol de sinople). El millarismo vasco era un proceso de filtrado mediante el cual se tenían en cuenta los bienes de los ciudadanos, y en base a éstos se establecía el derecho o la privación de voto. El texto de la novela es muy descriptivo. Se nos narra la historia de varias de las edificaciones que se mencionan en la historia, además de muchas de las villas que aparecen de manera recurrente en la trama. El lenguaje empleado está perfectamente adaptado a la época. No existen, como suele darse el caso en las novelas históricas, muletillas recurrentes o adjetivos empleados hasta la saciedad. El vocabulario es muy amplio y perfectamente coherente con el siglo en el que se ambienta la novela. En un momento dado, el único de la historia (a excepción de nombres propios), se hace referencia al idioma vasco. Este fragmento es una canción que le dedican los invitados a los novios en la boda; realmente se trata de unos versos de Orixe, del siglo XX, que ha tomado prestados el autor (como bien aclara en un pie de página). Se hace referencia en el libro, además, de varios hechos de la época que determinan los acontecimientos. Uno, y muy importante, es el Concilio de Trento. El cambio de las directrices de la Iglesia Católica es uno de los mayores problemas con los que se encuentran los protagonistas. Su matrimonio no es considerado como válido a los ojos de Dios. Por si esto fuera poco, al haber contraído nupcias a través del rito pagano, ambos se enfrentan a la amenaza de excomunión. Otro hecho histórico relevante de la trama, que se presenta al final, son las guerras con Francia que mantuvo Felipe II, que se nos presentan justo en el último giro argumental de la trama.

Nuestra opinión sobre Árbol de sinople (¡contiene spoilers!)

Como ya hemos comentado, las referencias espaciales son numerosas y salpican toda la trama. Nos situamos en todo momento a la perfección, e incluso podemos acudir a internet para descubrir la apariencia de algunas de las edificaciones o poblaciones que se nos mencionan en la trama. En cada uno de los 55 capítulos de la novela, el punto de atención de la historia varía de unos personajes a otros. Conocemos las historias de forma paralela, pero en diferentes capítulos. Esta es una estructura que agiliza mucho la narración y mantiene vivo el interés del lector. Además, resulta perfecto para ahondar más en la personalidad de los personajes. Todo está narrado en tercera persona, y nos ha sacado una sonrisa el detalle de que el narrador haga referencias al lector, como si fuera consciente de nuestra presencia. El escritor emplea, como es lógico, un lenguaje culto y antiguo. Por tanto, la lectura de la obra no es sencilla de leer, aunque sí coherente y cuenta con unos diálogos muy bien construidos e interesantes, además de unas descripciones perfectamente documentadas. Quizás nos habría gustado encontrar una diferenciación más clara en los diálogos de los personajes. Nos da la impresión de que, salvo doña Brígida y don Blasio, personajes de carácter, todos se mantienen templados y contenidos en su mayoría. No hay distinciones especiales de los personajes mediante los diálogos, ninguna jerga propia o deje del lenguaje característico. Todos hablan de forma extremadamente correcta. De todos los personajes del libro, el que más nos ha gustado, sin duda, es el de Ysabel. A pesar de su temprana edad, a nuestros ojos se presenta como una mujer. Con ideas claras, de voluntad fuerte y decidida, es uno de los pilares de la narración. De hecho, a raíz de su decisión de no someterse a los deseos de su familia, nace la historia de Árbol de sinople. Nos ha llamado la atención el hecho de que, ya una vez en la Torre de Ydiáquez, con el plan de fuga finalizado, Ysabel comienza a sentir nostalgia por todo aquello que ha dejado atrás. Al llegar al que será su nuevo hogar no puede evitar sentirse desapegada de todo lo que la rodea.

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Mas ahora empezaba a tomar conciencia de lo que significaba encerrarse en una casa nueva, con gentes desconocidas y costumbres diferentes. Iba a internarse en un laberinto intrincado y sin marcha atrás. ¡Cuán diferente iba a ser la realidad! ¡Cuán deseable el tiempo pasado! Una lágrima resbaló por su mejilla. 

También nos quedamos con el bonachón de don Bautista, el párroco que casa a la pareja. Este hombre presenta unas ideas muy firmes acerca de lo que representa para él la Iglesia. Siente que su deber es ser un apoyo para sus feligreses, pero al mismo tiempo tiene el deber de hacer cumplir las directrices marcadas en el Concilio de Trento. Se hace mención al Concilio en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. Es uno de los puntos determinantes de la trama, pues anula el matrimonio pagano como válido, y precisamente ésto supone la duda de la excomunión para los protagonistas. En el texto se hace mención al título de la obra. Es aquí cuando conocemos que Ysabel se siente irremediablemente vinculada al color verde. Ésta, así como el título, es una referencia heráldica, a la importancia que tienen las raíces y la sangre en esta historia. Los vínculos familiares son los que determinan, en gran medida, cómo es uno y qué porvenir tiene. Destacamos, además, el epílogo. En esta parte final de la novela se nos desvela qué fue de los personajes a los que hemos acompañado durante la lectura. Nos sorprendemos al descubrir un Pedro diferente. El protagonista se nos muestra durante toda la trama como un muchacho decidido y valeroso, sin que ahondemos especialmente en su personalidad. Lo conocemos como un enamorado devoto y decidido. Sin embargo, como hemos dicho, en esta parte de la novela, al terminar, sabemos qué le sucedió más adelante. Nos sorprende saber que la historia no termina bien para todos, y nos entristece conocer el final del pobre Pedro. Un hombre que lo tenía todo y, sin embargo, lo perdió por la mala fortuna. El ritmo de la historia mantiene la atención a lo largo de toda la narración. Sin embargo, aunque entretiene, sólo apreciamos un pico de tensión en el momento de la huida de los amantes. A mayores de este punto, no se experimenta en la novela una situación igual de tensión. El resto de la trama, aunque sí que juega con la incertidumbre, se mueve más en el plano administrativo y lógico, que en el de la acción. La edición es muy buena. La tapa blanda invita a la lectura, que se hace extremadamente cómoda. Con solapas con información adicional y papel consistente, además de una tipografía limpia sin serifa. Hemos encontrado una serie de errores de edición, como la supresión de los espacios entre algunas palabras, que achacamos a despistes puntuales sin mayor importancia. No distraen de la trama de la novela en absoluto ni condicionan la lectura lo más mínimo.

Conclusión de Árbol de sinople

Si sois unos apasionados de la historia, os encantará. Hay tantas píldoras de información verídica y documentada, tantas referencias y descripciones que es imposible no sumergirse en la época. Si, además, os gusta especialmente la historia vasca, no hay fallo posible. Aunque por la portada y por el detonante de la trama pueda parecer un libro romántico, no lo es en absoluto. La motivación principal de los protagonistas sí es su impulso romántico juvenil, pero la historia no gira en torno al amor. Se trata, más bien, de una exploración e investigación de un hecho histórico real, en forma de novela.

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