Maryse Condé adopta la voz de la mística Tituba, la esclava negra que fue juzgada en los famosos procesos por brujería que tuvieron lugar en la ciudad de Salem a finales del siglo XVII. Producto de una violación a bordo de un barco negrero, Tituba fue iniciada en las artes mágicas por una curandera de la isla de Barbados. Incapaz de sustraerse a la influencia de los hombres de baja moral, será vendida a un pastor obsesionado por Satán y acabará recalando en la pequeña comunidad puritana de Salem, en Massachussets. Allí será juzgada y encarcelada, acusada de haber embrujado a las hijas de su amo. Maryse Condé la rehabilita, la arranca del olvido al que había sido condenada y, finalmente, la devuelve a su país natal en la época de los negros cimarrones y las primeras revueltas de esclavos.
A pesar de ello no puedo evitar recomendar la lectura de una obra que sin lugar a dudas marcó un antes y un después dentro de la historia de la literatura precisamente por el enfoque con el cual la autora ha decidido introducir la cultura de los esclavos de Barbados, presentarnos a una raza oprimida y recuperar la voz de una mujer, como tantas otras, silenciada por el yugo de hombres temerosos e ignorantes.
Ya nunca te olvidaré, Tituba.