Pero aquí no se trata de analizar la efectividad de la publicidad de Un matrimonio de anuncio, sino de la obra en sí. Es un libro sin lugar a dudas entretenido y merece la pena leerlo solo por el hecho de conocer a Oliver Hamer: el primer sociópata con una carencia total de empatía que hemos conocido de este género, incapaz de amar a nadie que no sea él mismo y que al final de la novela, sin ningún tipo de objeción, es capaz de declarar, con todo el descaro, en el momento cúspide de la trama, que él es así y que no piensa cambiar, pero que le ofrece un comienzo a Frannie.
Un comienzo que ella hace muy bien en aceptar. Porque... ¿a quién no le gustaría ser la única persona del universo a la que ame Oliver Hamer?