Personalmente, como con todos los libros que proponen actividades y ejercicios que analizo en Momoko, me he tomado la libertad de hacerme con mi “espejo” e ir realizando los ejercicios y actividades que la propia Isabella propone y está claro que el nivel de autoconfianza, aceptación y respeto que consigues hacia ti misma aproximándote a tu vulva desde una visión del amor es enorme. Las preguntas de autoexploración psicológica del principio me hicieron sentirme incómoda, dolida y sin duda rascaron muchas de mis heridas casi cicatrizadas, pero creo que he salido más fuerte de la experiencia de cómo entré.
No estoy segura de si mi vagina por fin está hablándome, pero, sea como sea, después de leer el libro de Isabella Magdala y Urano, yo ya estoy lista para escucharla.