Yo quería saber cómo iba a ser el avance de Knockout en el equipo, si Dodo se recuperaría totalmente, si Velvet Coffin acabaría por aceptar de nuevo a la joven geóloga de su equipo. Y sin embargo ahora me quedo estática, sentada sobre mi reafirmadísimo culo, con una viñeta del cómic de fondo de pantalla del móvil y la sensación de que debo ir corriendo a unirme a un grupo de Roller Derby local. Porque quiero sentir lo mismo que sintieron Knockout y Dodo cuando atravesaron por primera vez la pista, porque quiero bloquear a la jammer en mitad de un giro peligroso, porque quiero ver los moratones adornando mi cuerpo. Y sin embargo, con esto me quedo. Con un segundo tomo lleno de drama y lamentaciones. Sacad una tercera parte, Ribbon y Fish, o dejad pasar al jammer.