París. Son los felices años 20. Buena época para El Jardín, un cabaret de ambiente familiar que cada noche se abre a la fantasía de la música y la seducción. En ese gineceo que regenta su madre ha crecido Rose, un muchacho de apenas de 19 años que allí ha vivido una infancia alegre entre boas de plumas y terciopelo rojo, y una adolescencia de luz tenue y deseos pujantes como el deseo de bailar. Porque ahora Rose quiere bailar. Necesita expresarse. Ser en el escenario. Son los felices años 20 y Rose está a punto de pisar las tablas. Y tal vez no sabe que está a punto de convertirse en la máxima sensación de la noche parisina.