Yumiko es una joven con dos peculiaridades muy particulares: la primera es que tiene un cocodrilo por mascota, y la segunda es que se dedica profesionalmente a la prostitución.
Mi madrastra es una puta que está con mi padre por su dinero. Ramera asquerosa. Y mi padre otro que tal baila. ¿Cómo se puede dejar engañar por una zorra avariciosa como esa? ¡Si no hay más que verla para darse cuenta de que es una trepa!
Pedazo de guarra. ¿Cuántas pollas te has metido en este coño?
¿Perdón? No lo sé, señor.
Calla la boca, imbécil. Zorra. Las zorras no hablan ¿entendido?
¿Qué?
Que no hables, joder.
De acuerdo.
A ver si te enteras. Tú no eres más que un trozo de carne, un coño, una basura, una mierda. ¿Habla la carne de la carnicería? ¿Hablan los coños? ¿Habla la basura?
Pero…
¡¡Que te calles!! ¡¡Cierra el pico y mueve el culo como si te fuera la vida en ello!! ¡¡Tómatelo más en serio!! Concéntrate de una vez en darle placer a mi polla, puta.
Recuerdo que mi madre siempre decía que si uno no era feliz, era mejor estar muerto.
¿Y tu madre?
… Fue consecuente. Se ahorcó con unas medias. La muerte por ahorcamiento es una pasada. La vi con mis propios ojos.