Los silencios de Hugo es un viaje por el pasado reciente de España, lleno de contrastes y claroscuros, y, sobre todo, un homenaje a la vida y a la capacidad del ser humano de seguir adelante.
Noviembre de 1996. Hace doce horas que Olalla ha desaparecido y su ausencia no tiene sentido para nadie. No es propio de ella estar tanto tiempo sin avisar dónde localizarla, y menos ahora, cuando su hermano se debate entre la vida y la muerte, a la espera de un tratamiento experimental que podría salvarle. Todos la buscan, pero nadie logra dar con ella.
Pero ¿cómo ha llegado Hugo a ese hospital y por qué ha desaparecido Olalla?
Con prosa ágil y certera, Inma Chacón teje una historia marcada por los silencios: el de Hugo, que mantiene en secreto su enfermedad durante años, y el de Olalla, aquejada de polio, que procuró siempre no quejarse y ahora no contesta las llamadas de los suyos. El silencio, además, vertebra todas las relaciones de Hugo con su entorno: con Olalla, a la que siente que tiene que proteger, especialmente de sí mismo; con su amigo Manuel, de quien decide alejarse sin explicación alguna tras vivir con él sus tiempos revolucionarios; y con Helena, amiga de Olalla, de la que huye pese a que están enamorados; y con Josep, el marido de Olalla, con quien esta mantiene un feliz matrimonio hasta que el secreto de Hugo sale a la luz.
La autora borda maravillosamente los momentos de tensión, la necesidad de control por parte de un lector al que las páginas le queman, deseoso de saber qué ocurre con Hugo y dónde está Olalla desde el principio de la obra. Así, el argumento comienza en forma de un pico que se va suavizando hasta lograr que el lector se sienta a gusto con la comodidad de una vida monótona y casera que poder destrozar de la noche a la mañana como si ocurriera en la vida real.
Los silencios de Hugo es un libro duro, pero necesario, capaz de romperte un poquito el corazón al leer tanto el epílogo como cualquier diálogo de una Helena optimista hablando del destino. El tono poético de la autora se repite por momentos para regalarnos frases de una certeza literaria y emotiva esclarecedora. Y mientras tanto tú como lectora te agarras no demasiado fuerte a las tapas duras del libro, sintiéndote pequeña, sintiéndote frágil y creyendo que en cualquier momento un soplo del destino puede llevarse por delante tu vida. Y entonces te das cuenta de lo absurdo que es hacer planes maniáticos para que todo salga bien. Y no dejas de preguntarte ¿sería yo capaz de guardar silencio?