Los 13 relojes es una fábula para adultos y un cuento fantástico para niños. Escrita en un estilo poético y cadencioso, repleto de deliciosas rimas internas, cuenta la historia del malvado duque del Castillo del Ataúd, que vive con su sobrina, la bella Saralinda. Los trece relojes del castillo están parados a las cinco menos diez porque el duque mató al Tiempo. Todo cambia cuando un misterioso trovador llamado Xingu llega al castillo, y con la ayuda del voluble y olvidadizo Gólux intenta superar la titánica prueba que le impone el duque: conseguir mil piedras preciosas en exactamente noventa y nueve horas, y regresar cuando los relojes que nunca dan las cinco marquen esa hora.
Escrito en 1950, este delicioso relato destila ternura e ironía a partes iguales. Con un magistral dominio del lenguaje, James Thurber crea un mundo mágico poblado de personajes inolvidables, cuyas peripecias están a medio camino entre los cuentos de los hermanos Grimm, las fábulas de Jean de La Fontaine y la saga de El señor de los anillos de J.R.R. Tolkien.
Para esta edición se han recuperado las ilustraciones originales de Marc Simont.
Thurber escribe como si estuviera susurrando al oído de un lector que, aunque ya no crea en la magia, la necesita más que nunca. Su prosa (absurda, lírica, afilada como los cristales de un reloj roto) no busca emocionar, sino despertar esa parte infantil de nosotros que todavía cree en lo imposible. Esa que entiende que un Golux puede salvarte. Que sabe que las pruebas imposibles a veces solo lo son hasta que alguien se atreve a intentarlas.
Y es por eso que sí, claro que deberías leerlo. Porque hay libros que se leen con la cabeza, otros con el corazón… y algunos, como este, con esa parte invisible que late justo entre ambos.